La pandemia de Covid-19 está en su máximo esplendor en la Ciudad de México este diciembre. El virus se propaga rápidamente, las hospitalizaciones aumentan y los ventiladores se agotan, de acuerdo con The New York Times.
A pesar de lo anterior, escribe el medio estadounidense, los funcionarios federales aseguraron al público en una conferencia de prensa que el 4 de diciembre la capital no había alcanzado el nivel crítico de contagio que, según sus estándares, los obligaba a cerrar su economía.
Desde entonces, la ciudad continuó abierta para los negocios, sus calles llenas de compradores y sus restaurantes llenos durante dos semanas más, en lugar de cerrar la economía, engañando así al público.
Según una revisión de documentos gubernamentales, The New York Times supo que en México se decide bloquear la economía con base en una fórmula que considera los últimos números de casos, hospitalizaciones y muertes.
Para este caso en específico, el gobierno habría utilizado cifras que eran más bajas que otras que puso a disposición del público en otros lugares, lo que dio como resultado que la capital, ciudad de nueve millones de habitantes, podía mantener los negocios abiertos en semanas de compras de diciembre.
No fue sino hasta que los médicos, abrumados por la situación hospitalaria, empezaron a publicar súplicas en redes sociales, advirtiendo la falta de camas, medicamentos y especialistas, que el gobierno tomó medidas para cerrar la ciudad el viernes.
Pese a ello, los funcionarios insistieron que la ciudad tenía un nivel de riesgo moderado (semáforo naranja) y que no había necesidad de medidas de salud estrictas, lo que fue recibido con sorpresa por los médicos, quienes aseguran que la situación es peor que en mayo, durante el primer pico de la pandemia.
Incluso, señala The New York Times, el Dr. Hugo López-Gatell, a cargo de la pandemia, ha tratado de minimizar la importancia del sistema de semáforos que él mismo creó y defendió, pues en su momento declaró: “El color del semáforo es en cierto punto irrelevante”, esto una semana antes de que la ciudad fuera cerrada.