San Juan de Sabinas, Coah.- Un contingente de cerca de 800 mineros, de alrededor de más de 90 secciones del Sindicato Minero Nacional, salió en punto de las 10 de la mañana de la escuela de Minería de San Juan de Sabinas, mejor conocido como Nueva Rosita, caminaron alrededor de media hora para después, a bordo de autobuses y vehículos, recorrer 17 kilómetros a la mina Pasta de Conchos, donde encabezados por el dirigente nacional del Sindicato Minero, Napoleón Gómez Urrutia, conmemoraron los 13 años de la explosión de la mina.
Ya en la mina, en medio de un impresionante cerco de vigilancia de Fuerza Coahuila, una gran concentración de autobuses y vehículos de grupos sociales, arribó a las 13:05 horas el dirigente nacional acompañado de varios de integrantes de su Comité Ejecutivo Nacional y de su esposa Oralia Casso, para después trasladarse al interior de la unidad donde se encuentra un nicho y capilla donde montó guardia de honor.
Después subió al templete junto con su esposa, el secretario de Actas Sergio Beltrán, Tomasita Almaguer, en representación de las viudas, los representantes de Steel Workers, Ken Newmann representante para Canadá y Benjamin Davis, presidente de International Steel Worker en Estado Unidos.
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Fue presentado por el ingeniero Fernando Acosta, de la organización social y el Partido Comunista Mexicano, que encabezó el intento de rescate y que demostró que las condiciones físicas del tiro donde se registró la explosión no eran cómo lo habían planteado los técnicos de la empresa Industrial Minera México.
En el exterior de la unidad Minera se congregaron grupos de trabajadores de las diferentes secciones, entre las que destacaron, además de la sección 271 de Michoacán por su combatividad y número, las de Ciudad Sahagún de Zacatecas y no podían faltar las de Monclova.
En este escenario el dirigente nacional minero recordó la persecución de que fue objeto por el gobierno de Vicente Fox y después por el de Felipe Calderón, la que también permitió Enrique Peña Nieto, todos sumisos al financiamiento de German Larrea, presidente del Grupo Minero México.
Agregó que, así como en Pasta de Conchos dejaron morir y abandonaron a los mineros que laboraban cuando se dio la explosión, también el Grupo Minero México, mata lentamente a la población de Sonora donde envenenó las aguas con sus desechos de ácidos, lo que ya no debe permitirse, debe castigarse y reparar los daños tanto ambientales como a las familias de quienes han muerto.
Recordó que en el intento de Grupo México y los gobiernos panistas y priístas por evitar que se castigue el homicidio industrial, han recurrido a toda clase de engaños, a comprar voluntades, como el involucramiento del ex gobernador de Coahuila, Rogelio Montemayor, que simularon haber comprado los terrenos de la mina colapsada junto con la planta lavadora que se ubica a un lado, para desalojar a los rescatistas.