Por primera vez en más de 100 años decenas de girasoles visten de oro la tierra de la familia Rodríguez Romo y son una luz amarilla que “transmite una sonrisa reluciente” que desde el campo en Villa Juárez, Durango, llega a los hogares de la Comarca Lagunera.
Los girasoles siguen al sol. Cada día se recargan de vida cuando comienza y termina su luz; la labor empieza a las 5:30 de la mañana, así lo describe Miguel Carlos Rodríguez Rubio, quien ha trabajado por más de 20 años la tierra, herencia de su abuelo y padre, y se pone sus botas, sombrero y un pañuelo para cortar la flor.
“Llegamos, preparamos hilos, luego pasamos por todo el cultivo, vamos viendo la flor que ya está lista, elegimos la que está en posibilidad de llevarla y la deshojamos completamente, cortamos el girasol a una misma medida y ya vamos armando los manojos”, contó Rodríguez Rubio.
Tienen que llegar desde muy temprano para ganarle al sol, aprovechan toda la mañana y le dan celeridad para terminar antes de la una de la tarde, ya que el calor después de esa hora es muy insoportable.
Desde 1917 la “Tierra Rodríguez” ha producido forrajes de maíz, alfalfa, calabaza, cilantro y diferentes hortalizas, lamentablemente, en los últimos años la falta de agua ha causado que los productos no se den o, como expresó don Miguel, “siembras planta y muchas de las veces no recuperas la inversión”.
Tratando de buscar una alternativa y siempre con el fiel amor por mantener viva la tierra, su hija Niria Yunuen Romo, ingeniera en Sistema de Suelos, egresada por la Universidad Autónoma de Chapingo, tuvo la idea de cultivar semilla de girasol para ornato, es decir, la que se puede llevar a casa.
Fue en agosto de 2020 cuando iniciaron el proyecto con una primera siembra de girasol. En septiembre tuvieron un excelente resultado, aunque señaló don Miguel que en el momento de tener la flor no sabían qué hacer con ella. “No teníamos a dónde llevarla a la venta y batallamos, se nos echó a perder una cantidad, hasta que encontramos los canales de comercializarla y pudimos sacar gran parte de la producción”.
El sueño se cristalizó cuando en marzo de este año lanzaron las semillas y hoy en día se tiene la producción lista para el mercado. Esta vez encontraron la manera de organizarse: meses antes buscaron la forma de comercializarla y utilizar todo lo que iba saliendo, primeramente en distintas florerías de la Comarca Lagunera.
Como un proyecto completamente familiar, Idalia Romo, esposa de don Miguel, se dijo orgullosa porque es el primer y único cultivo de girasol en La Laguna. Ella es pieza clave en el sueño familiar, porque se encarga de la comercialización y empezó a promover la flor a través de Facebook, luego se establecieron sobre el Bulevar Independencia, una cuadra antes de llegar a Hipermart, en Torreón, para la venta directa.
La sorpresa fue que la gente poco a poco acudió a comprar. “Supongo que les llamó la atención, ya que la flor no es común en esta región”, mencionó Idalia.
Y de un día a otro su proyecto se hizo viral en las redes sociales. Alguien publicó fotografías de los bellos y brillantes ramos de girasoles: “Ramo $100 (6), girasoles 3 x $50”, se lee en un cartel del post que ha sido compartido más de 500 veces.
Una característica importante de los girasoles de la familia Rodríguez Romo es que la flor al haber nacido en la Comarca Lagunera está completamente aclimatada, por lo que tendrá una vida más larga en los floreros. “Nuestra flor la cortamos abierta o tres cuartos y eso nos da la oportunidad de que nos duré hasta una semana”, detalló don Miguel.
A Niria y Christine, otra de sus hijas, les nació la inspiración por trabajar la tierras y son quienes están en este proyecto. “Ellas vienen junto conmigo a sembrar, agarran el azadón para limpiar y trabajar”, agregó el padre de familia.
También Miguel Carlos, uno de sus hijos que estudia en el Conservatorio Nacional de Música en la Ciudad de México y que por la pandemia le ha tocado estar en su ciudad, se convirtió en pieza importante en la realización de este proyecto, debido a que se ha metido de lleno a todo: sembrar, cortar, fumigar, regar, limpiar surcos y mucho más.
“Dependiendo del calor de la tierra y del ambiente es como se va dando más rápida o lenta la flor”, explicó Miguel Carlos.
Dijo que el girasol tiene varias maneras de cultivarse, como semilla, forraje, para fabricar aceite o para ornato, que es la flor que se puede llevar a casa.
Señaló que el girasol se tarda en crecer dependiendo de las condiciones del clima y las estaciones, las mejores temporadas son agosto, septiembre y octubre, donde se tarda aproximadamente 65 días, mientras que en marzo, abril y mayo la semilla termina en flor en 55 días.
Que el girasol sea nacido en tierras laguneras es lo que les ha permitido venderlo a precios muy accesibles, dijo Idalia Romo. “Quien sabe de flores sabe que es caro y nosotros lo vendemos de una forma muy económica para que llegue a cada casa, a cada pareja, a adornar algún espacio”.
Apenas van ocho días que comenzaron con la venta en la calle y toda la familia está completamente sorprendida por la aceptación que la ciudadanía lagunera les ha brindado en tan poco tiempo y, sobre todo, están agradecidos con quienes les compran.
Cada uno de sus clientes es muy importantes para ellos, las historias que cuentan los esposos, parejas y amigos es lo que los motiva a estar pensando en estar ahí cada día, es una emoción tan grande que ha impulsado a la familia para seguir dándole vida a sus girasoles. Y la historia apenas comienza…
Datos:
- Los puedes encontrar de lunes a sábado de seis de la tarde a nueve de la noche sobre el bulevar independencia antes de llegar a Soriana Hipermart
- Sus líneas de contacto son los teléfonos 87 17 36 26 62 y 87 11 72 53 45, además en la página de Facebook: Flor de girasol.
- A más de 2 kilómetros de la entrada de Villa Juárez, Durango, se encuentra la tierra donde se siembra el girasol amarillo, rojo, bicolor y próximamente color blanco
Numeralia:
- 50 pesos cuesta el ramo de tres girasoles
- 100 pesos el ramo de seis girasoles
Dato extra:
- Don Miguel se ha dedicado al cultivo sin dejar que caiga la tradición de trabajar la tierra, fahora es jubilado, fue maestro de la secundaria técnica número 62 de San Miguel y en la escuela primaria Juan Aldama de las Magdalenas
“Estoy muy orgulloso de mi papá porque es muy trabajador, él no sé cómo le hace, pero se despierta bien temprano, fue profe mucho tiempo y nunca descuido las tierras”, Miguel Carlos Rodríguez, hijo.
