Torreón, Coahuila.- Fueron muchas las familias que asistieron al Viacrucis con fervor y agradecimiento por milagros concebidos. El caso particular de la familia Noriega, que solo lo hace por devoción, porque desde hace más de 20 años participan en el Viacrucis y esta misma tradición la comparten ahora con toda la familia, llevando al integrante más pequeño de 2 años, vistiendo todos una playera color azul con la leyenda, “Un años más en familia”.
Suben con esfuerzo y devoción un kilómetro y medio, como es el caso de la señora Juana Lares Pérez de 57 años, ella hace la manda por su padre, porque él le prometió a Dios que si le daba la salud a su nieto no faltaría al Viacrucis del Cerro de las Noas.
En 39 años nunca le falló, hasta el día que murió, y ahora ella sigue con la promesa de su padre, por que menciona que su hijo nació enfermo, sin intestino, lo bautizaron de emergencia en el hospital infantil y no le daban muchas esperanzas de vida, afortunadamente el pronóstico fue favorable después de varias operaciones y gracias a su fe, la familia sigue unida, al grado de que le acompañaron todos en playera roja para ayudar a la señora Juana a terminar con su promesa que, desde hace 5 años, no le ha fallado, pero en esta ocasión será su último Viacrucis porque su rodilla, físicamente, ya no le permitirá subir.
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“Tú puedes hacerlo, falta muy poco, ya vamos a llegar”, son las frases que se escuchan al momento de caminar entre las filas de las personas y familias que van subiendo, unas deciden rezar en cada estación, otras descansan en la sombra de los mezquites que reposan en las bases de piedra que limitan la carretera del cerro, descanso que sirve para tomar agua y nuevamente seguir el camino para así fortalecer su fe llegando hasta el final del camino.
Una tradición que se comparte hasta con aquellos que aún no pueden dar sus primeros pasos, bebés en sus carriolas que son llevados por sus familiares en turnos, mientras que los otros apoyan con la sombra en el camino para que el sol no resulte agotador.