El estado del transporte escolar representa un papel importante en el cuidado de la vida de los estudiantes, desde los de preescolares hasta los de bachillerato, y es por esta recalcada responsabilidad que se debe contar con vehículos eficientes y cómodos, pero sobre todo seguros, características de las cuales carece la gran mayoría de los camiones que se utilizan en la ciudad.
A simple vista pueden verse bien, sin embargo la carrocería muchas veces se encuentra dañada, e incluso muchos otros se descomponen y no hay recursos para arreglarlos, por lo que las escuelas suspenden ese servicio o rentan uno externo.
Microbuses viejos, vagonetas en mal estado o particulares ponen en riesgo a los usuarios y violan la ley.
En diversas regiones el servicio de transporte escolar en unidades particulares, en microbuses viejos adaptados o en autobuses de rutas concesionadas es una violación, sin embargo este servicio escolar pirata se ha convertido en una necesidad para estos usuarios.
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Incluso debido a la alta demanda, los padres de familia tienen que esperar cupo para que alguna de estas unidades pueda trasladar a sus hijos, siendo que se estima que, por cada escuela pública de la ciudad, opera al menos una unidad de transporte escolar.
El servicio cuesta entre 200 y 300 pesos semanales e incluye recoger a los alumnos frente a su casa, llevarlos a la escuela y regresarlos a su hogar.
Ante ello, transportistas particulares han visto un nicho de oportunidad en este tipo de transporte escolar.