Torreón, Coah.- Aún no hay claridad respecto a la manera en que podría impactar a las unidades médicas de la Secretaría de Salud del Gobierno de Coahuila, con una mayor demanda de servicios, el cierre definitivo a nivel estatal de nueve Unidades Médicas Urbanas (UMU) del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), de las cuales por lo menos dos funcionaban en esta región a favor de quienes estaban afiliados como beneficiarios a lo que fue el programa Prospera, cuyas acciones dependen ahora de la Secretaría de Bienestar.
Al respecto, el doctor César Alejandro del Bosque Garza, titular de la Jurisdicción Sanitaria VI, que comprende los municipios de Torreón, Matamoros y Viesca, reconoce que aún no se cuenta con información que permita cuantificar al menos de manera estimada, cuál podría ser el flujo de personas que al dejar de recibir atención en las UMU podrían buscar como alternativa de atención los Centros de Salud y Hospitales Generales dependientes del sistema de salud estatal.
Dijo desconocer de qué manera se tiene contemplado por parte del gobierno federal re-direccionar el apoyo que en materia de atención a la salud se brindaba a los beneficiaros de Prospera, y consideró que los pormenores al respecto los tendrán que revisar las Secretarías de Salud de Coahuila y del Gobierno Federal, sobre todo si en realidad se tiene previsto canalizar a las unidades de atención del Estado a quienes eran usuarios de los centros médicos que se acaban de cerrar, ya que eso implicaría tener que reforzar la disponibilidad de recursos tanto humanos como materiales y particularmente en lo que tiene que ver con abasto de medicamentos.
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De hecho, del Bosque Garza estima que en tal caso el surtimiento de medicamentos es uno de los principales asuntos que se tendría que resolver, toda vez que en las unidades de la Secretaría de Salud se tiene actualmente un abasto del 60 por ciento y se tiene previsto cubrir el déficit con compras consolidadas ya programadas, pero en esto no se ha considerado el posible incremento en la demanda de atención que podría desprenderse del cierre de las UMU.
Hizo notar que, si bien los Centros de Salud y Hospitales Generales del sistema estatal atienden especialmente a personas que no cuentan con acceso a la seguridad social, en realidad la atención no se le puede negar a nadie, incluso a quienes si son derechohabientes de otras instituciones donde a veces falla el abasto de medicamentos. En cuanto al posible incremento en la afluencia de demandantes de servicios médicos, insistió que aún no se sabe qué podría ser, pero “cuando se llegue el caso, ya veremos cómo distribuimos a la gente y a los pacientes”.