/ lunes 25 de mayo de 2020

Médicos experimentan diversas sensaciones, pero la vocación los saca adelante

Reconocen que sí existe el miedo, pero ponen por delante el amor a su profesión

Torreón, Coahuila. - Recoger las emociones, sentimientos y expresiones emanadas directamente de quienes están en la línea de batalla con pacientes contagiaos por Covid-19; tiñen de esperanza y certeza de que en México, y en La Laguna, se pueden hacer las cosas bien; de que existen profesionales de la salud capaces de poner en riesgo su vida con el único afán de salvaguardar la de los demás.

Por su naturaleza y por la exigencia en la demanda de recibir una buena atención médica en estos días, cualquier institución de salud se vuelve un blanco perfecto para señalar y cuestionar de los “cómos” y “porque” de todas sus acciones, pero lo que es un hecho irrefutable es la pasión y el compromiso, ética, entrega –podríamos agotar todos los adjetivos- del cuerpo médico, enfermeros, camilleros, radiólogos, recepcionistas y no menos importantes, quienes están a la cabeza de las instituciones con el único fin de solucionar la salud de todos sus derechohabientes.

A menudo se ha sabido de casos en nuestro país de personal médico que ha sufrido algún tipo de agresión, insultos o discriminación por el hecho de ser ellos los primeros respondientes en los casos de personas que llegan a solicitar atención médica y por el temor de que ellos, los profesionales de la salud, sean los portadores del virus Covid-19.

Pero, quizás pasemos por alto que ellos, sí, los doctores, los enfermeros, los radiólogos, etc, también son padres de familia, hijos, esposos, esposas, hermanos, hermanas, personas que tienen sentimientos y que no están exentos en –en un momento dado- en reconocer que tienen miedo y que viven en una zozobra porque todos los días ponen en riesgo sus vidas y por ende, en riesgo la salud de sus seres queridos más cercanos.

Israel Soto Rivas, médico internista pediatra, y que actualmente es el jefe de servicio de Medicina Interna y Pediatría de la Unidad Médica del IMSS número 16, nos explica para esta casa editora en exclusiva: “Es una situación muy compleja, cada uno de nosotros de manera personal tenemos motivos para tener miedos. Finalmente los miedos son el infectarme o infectar a algún familiar o ser querido cercano, es un miedo constante, lo tenemos al momento de entrar en contacto con este grupo de pacientes, es una situación compleja porque cada uno de nosotros tiene una reacción diferente a las sensaciones que podamos tener al momento de estar con el paciente, frustración, enojo, tristeza por mencionar algunas”.

Soto Rivas, compartió que están sometidos a situaciones de estrés, situaciones que logran equilibrar con una serie de capacitaciones que son especialmente para estos escenarios que se viven día a día al estar en el área de pacientes Covid-19: “en el servicio nosotros hicimos un apartado para que el personal de salud tenga ese apoyo por los médicos y que eso nos ayude por todo el estrés que estamos cargando, porque es pesado”, relató.

“Nosotros tenemos un compromiso personal, moral, social, familiar y profesional, esos cinco puntos, obviamente en cada uno entran acciones específicas, lo que yo puedo compartir, las veces que yo he estado en esa área, el paciente tiene miedo, nosotros como profesionales de la salud debemos mantenerlo tranquilo y a los familiares, porque como se aísla el paciente, los familiares no tienen contacto y solo puede ser vía telefónica; ahorita ellos necesitan más apoyo de tipo moral”.

Cuestionado al respecto sobre qué experimentan en lo personal él y sus demás compañeros a su cargo, detalla que sin lugar a duda hay temor y nerviosismo, pero antes que sentir eso, se apegan a la ética y profesionalismo. Incluso, el cambio es a tal grado lo que se logra en los enfermeros y médicos, que la virtud de ser más humano ya llegado a sus corazones.

No obstante, en estos casos, compartió el médico, a pesar de que cuentan con todas las medidas de seguridad e higiene al momento de ingresar al área Covid: “es importante comentar que una vez que ingresas ya no puedes salir al baño, ni tomar alimentos ni líquidos, entonces todos se tienen que hidratar previamente porque una vez que entramos con el equipo de protección ya no podemos salir. Es algo complicado para maniobrar con el equipo especial. Al salir, hay una zona específica para retirarse el equipo especial, así como regaderas y un proceso de sanitización y desinfección al cien por ciento”, determinó.

En condiciones como estas a la que se enfrentan todos los días, sin entrar en detalles o sin enfatizar sobre tal o cual concepto e ideología religiosa, Soto Rivas, admitió que sin lugar a dudas son persona de fe, que creen en algo, que ese algo es lo que los sigue manteniendo estoicos ante los escenarios más adversos que han vivido a lo largo de estos meses de contingencia sanitaria.

“Primero, te tienes que relajar, en segundo lugar nos sentimos ya más tranquilos porque vamos a nuestra casa. Siempre hay esa angustia de no llevar algún virus a nuestros familiares, sentimos confort porque pudiste hacer acciones adecuadas para salvar una vida en esta situación y satisfacción personal es lo que sentimos; porque desde el camillero hasta el jefe de enfermeros es invaluable la labor que realizan; claro que interviene un tema de fe, en lo que crea cada quien, pero eso nos impulsa a pensar que estamos haciendo todo lo que tenemos a nuestro al alcance para cumplir con la sociedad”, sentenció.

Evaristo Quiñones, subdirector médico de la Unidad Número 16 del IMSS, puntualizó que todo su personal está altamente capacitado, y que pese a de pronto las malas noticias o información malversada, todos los días están en la línea de batalla para mostrar ética y entrega en su quehacer diario.

DATOS

Israel Soto, reconoce que incluso, han tenido que atender ellos mismos a sus propios compañeros ya que en algunas ocasiones sufren crisis de ansiedad al estar en el área Covid, ya que sienten –algunos- claustrofobia y cuando pasa eso tienen que abandonar el área.

Torreón, Coahuila. - Recoger las emociones, sentimientos y expresiones emanadas directamente de quienes están en la línea de batalla con pacientes contagiaos por Covid-19; tiñen de esperanza y certeza de que en México, y en La Laguna, se pueden hacer las cosas bien; de que existen profesionales de la salud capaces de poner en riesgo su vida con el único afán de salvaguardar la de los demás.

Por su naturaleza y por la exigencia en la demanda de recibir una buena atención médica en estos días, cualquier institución de salud se vuelve un blanco perfecto para señalar y cuestionar de los “cómos” y “porque” de todas sus acciones, pero lo que es un hecho irrefutable es la pasión y el compromiso, ética, entrega –podríamos agotar todos los adjetivos- del cuerpo médico, enfermeros, camilleros, radiólogos, recepcionistas y no menos importantes, quienes están a la cabeza de las instituciones con el único fin de solucionar la salud de todos sus derechohabientes.

A menudo se ha sabido de casos en nuestro país de personal médico que ha sufrido algún tipo de agresión, insultos o discriminación por el hecho de ser ellos los primeros respondientes en los casos de personas que llegan a solicitar atención médica y por el temor de que ellos, los profesionales de la salud, sean los portadores del virus Covid-19.

Pero, quizás pasemos por alto que ellos, sí, los doctores, los enfermeros, los radiólogos, etc, también son padres de familia, hijos, esposos, esposas, hermanos, hermanas, personas que tienen sentimientos y que no están exentos en –en un momento dado- en reconocer que tienen miedo y que viven en una zozobra porque todos los días ponen en riesgo sus vidas y por ende, en riesgo la salud de sus seres queridos más cercanos.

Israel Soto Rivas, médico internista pediatra, y que actualmente es el jefe de servicio de Medicina Interna y Pediatría de la Unidad Médica del IMSS número 16, nos explica para esta casa editora en exclusiva: “Es una situación muy compleja, cada uno de nosotros de manera personal tenemos motivos para tener miedos. Finalmente los miedos son el infectarme o infectar a algún familiar o ser querido cercano, es un miedo constante, lo tenemos al momento de entrar en contacto con este grupo de pacientes, es una situación compleja porque cada uno de nosotros tiene una reacción diferente a las sensaciones que podamos tener al momento de estar con el paciente, frustración, enojo, tristeza por mencionar algunas”.

Soto Rivas, compartió que están sometidos a situaciones de estrés, situaciones que logran equilibrar con una serie de capacitaciones que son especialmente para estos escenarios que se viven día a día al estar en el área de pacientes Covid-19: “en el servicio nosotros hicimos un apartado para que el personal de salud tenga ese apoyo por los médicos y que eso nos ayude por todo el estrés que estamos cargando, porque es pesado”, relató.

“Nosotros tenemos un compromiso personal, moral, social, familiar y profesional, esos cinco puntos, obviamente en cada uno entran acciones específicas, lo que yo puedo compartir, las veces que yo he estado en esa área, el paciente tiene miedo, nosotros como profesionales de la salud debemos mantenerlo tranquilo y a los familiares, porque como se aísla el paciente, los familiares no tienen contacto y solo puede ser vía telefónica; ahorita ellos necesitan más apoyo de tipo moral”.

Cuestionado al respecto sobre qué experimentan en lo personal él y sus demás compañeros a su cargo, detalla que sin lugar a duda hay temor y nerviosismo, pero antes que sentir eso, se apegan a la ética y profesionalismo. Incluso, el cambio es a tal grado lo que se logra en los enfermeros y médicos, que la virtud de ser más humano ya llegado a sus corazones.

No obstante, en estos casos, compartió el médico, a pesar de que cuentan con todas las medidas de seguridad e higiene al momento de ingresar al área Covid: “es importante comentar que una vez que ingresas ya no puedes salir al baño, ni tomar alimentos ni líquidos, entonces todos se tienen que hidratar previamente porque una vez que entramos con el equipo de protección ya no podemos salir. Es algo complicado para maniobrar con el equipo especial. Al salir, hay una zona específica para retirarse el equipo especial, así como regaderas y un proceso de sanitización y desinfección al cien por ciento”, determinó.

En condiciones como estas a la que se enfrentan todos los días, sin entrar en detalles o sin enfatizar sobre tal o cual concepto e ideología religiosa, Soto Rivas, admitió que sin lugar a dudas son persona de fe, que creen en algo, que ese algo es lo que los sigue manteniendo estoicos ante los escenarios más adversos que han vivido a lo largo de estos meses de contingencia sanitaria.

“Primero, te tienes que relajar, en segundo lugar nos sentimos ya más tranquilos porque vamos a nuestra casa. Siempre hay esa angustia de no llevar algún virus a nuestros familiares, sentimos confort porque pudiste hacer acciones adecuadas para salvar una vida en esta situación y satisfacción personal es lo que sentimos; porque desde el camillero hasta el jefe de enfermeros es invaluable la labor que realizan; claro que interviene un tema de fe, en lo que crea cada quien, pero eso nos impulsa a pensar que estamos haciendo todo lo que tenemos a nuestro al alcance para cumplir con la sociedad”, sentenció.

Evaristo Quiñones, subdirector médico de la Unidad Número 16 del IMSS, puntualizó que todo su personal está altamente capacitado, y que pese a de pronto las malas noticias o información malversada, todos los días están en la línea de batalla para mostrar ética y entrega en su quehacer diario.

DATOS

Israel Soto, reconoce que incluso, han tenido que atender ellos mismos a sus propios compañeros ya que en algunas ocasiones sufren crisis de ansiedad al estar en el área Covid, ya que sienten –algunos- claustrofobia y cuando pasa eso tienen que abandonar el área.

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