/ lunes 4 de abril de 2022

La tragedia que tiñó de sangre el Cerro de las Noas

Los hechos ocurrieron el 1 de abril de 1983, en plena Semana Santa, al caer un camión de redilas lleno de gente

Torreón, Coahuila.- La Semana Santa está cerca y viene a la memoria de miles de laguneros, aquella tragedia que tiñó de sangre el Cerro de las Noas, en la que perdieron la vida 10 personas en terrible accidente, al caer de la parte alta un camión de redilas que iba repleto de gente, ante la mirada incrédula de cientos de visitantes que se encontraban en el lugar. Era el 1 de abril de 1983 cuando ocurrió el fatal percance, atribuido al descuido del chofer, de nombre Baudelio Segovia, que olvidó quitar un bastón contra robos que bloqueaba el volante y los frenos, perdiendo el control de la unidad.

A 39 años de lo que se considera la mayor tragedia en el Santuario del Cristo de las Noas, al fallecer siete niños, uno de ellos de apenas 10 meses de edad, así como tres adultos, El Sol de La Laguna abordó a dos testigos presenciales de lo acontecido, quienes pasaron momentos de angustia y dolor por aquellas espantosas escenas de cuerpos regados por el cerro, inmóviles y sin señales de vida.

Según lo reportado, el camión había subido a dejar gente y cuando se disponía a bajar, muchas personas se acercaron para pedirle rait, a lo cual accedió, por lo que la parte trasera se llenó de inmediato de adultos y niños, sin imaginar que para algunos de ellos serían sus últimos instantes de existencia.

ALFREO MARTÍNEZ VIO EL ACCIDENTE Y APOYÓ EN EL RESCATE

Uno de los entrevistados es Alfredo Martínez Félix, hoy de 68 años de edad y que gracias a su preparación como técnico en urgencias, intervino en el rescate a los sobrevivientes:

“Íbamos subiendo un compadre mío y yo, cuando vimos el momento en que la camioneta se empezó a venir abajo, viendo nosotros que por salvarse, varias gentes se iban aventando, en ese momento le dije a mi compadre ‘detente’, porque casi estábamos de frente al cerro, a lo que era la caída de la camioneta, mi compadre se para y corro a ayudar a la gente, dándome cuenta que la camioneta ya estaba abajo”.

Foto Hemeroteca | El Sol de La Laguna

“Empezamos a auxiliar a la gente. La primera persona que yo auxilié, una señora que gritaba ‘mi niña, mi niña’, pero la niña estaba a un lado de ella ya fallecida, ya había fallecido la niña, confortándola le decía que su niña ‘está bien, queremos ayudarla a usted, permítame ayudarla’, porque la señora tenía escalpado su cabello, ya lo que hice fue acomodarla y con la ayuda de dos o tres personas más, transportarla hacia abajo mientras llegaba la Cruz Roja, volví a subir, fueron tres o cuatro veces que bajé y subí para ver a quién más rescatábamos”.

Otra de las personas que ayudó, fue una mujer joven con una herida expuesta en una de sus piernas, a la cual llevó hasta el Hospital Universitario para la que atendieran, pidiendo desesperadamente al personal que la ayudaran. “No sé de dónde saqué fuerzas para bajar y subir al cerro, fueron como cuatro veces, pero lo único que quería era ayudar, ya cuando llego a la casa de mi madre, se asusta porque andaba todo lleno de sangre, le expliqué lo sucedido y le dije que era la sangre de las personas que auxilié, hoy, después de tantos años, me siento satisfecho de haber colaborado con la gente por la que se pudo hacer algo”.

CÉSAR MEDRANO RECUERDA CÓMO FUE EL ACCIDENTE EN EL CERRO DE LAS NOAS

Cesar Medrano, hoy de 55 años de edad, compartió lo vivido en aquella lejana fecha:

“Nosotros íbamos para arriba para el Cristo, estábamos muy jóvenes, ya cuando íbamos subiendo, vimos cuando ya el camión venía bajando con velocidad, ahí fue cuando brincó (salió del camino) y traía a toda la gente entre las piedras del cerro, se volteó el camión y toda la gente salía volando y se estampaba en las piedras”.

“Fue como al mediodía, creo que ya era semana santa, nosotros íbamos para arriba, éramos como seis o siete amigos, vimos que venía el camión y se volcó, la gente salió volando, según las pláticas que oí, eran unas 20 gentes más o menos las que iban en la camioneta, un accidente demasiado fuerte el que ocurrió, hasta niños venían también”.


En comparación a Alfredo, que pudo intervenir y ayudar a los heridos, Cesar vio de un poco más lejos cómo bajaban otras personas para ver la situación de los caídos:

Mucha gente iba para arriba y mucha gente que bajaba trató de ayudar primero, antes de que llegara la Cruz Roja. Creo que toda la gente perdió la vida en ese accidente, no sé si hubo gente que quedó viva, pero casi la mayoría de esa gente se mató”.

Cesar recuerda la tragedia con tristeza y hace una recomendación para la gente que visita el Cristo, subiendo con sus vehículos: “pues que tengan mucho cuidado, primeramente que vean su carro mecánicamente, porque han pasado accidentes, hasta muchachos en bicicleta se han matado, hasta caminando se han matado ahí arriba en el cerro”.

SEIS DE LAS VÍCTIMAS ERAN FAMILIA

El día posterior al sangriento accidente, se conoció que seis de las víctimas pertenecían a la misma familia: Elena de 45 años, Ofelia de 22 años, Margarita de 20 años, Carlitos de 6 años, Enrique de 6 años y Margarita de apenas 10 meses. Todos ellos, fueron velados en el mismo domicilio en la colonia Eduardo Guerra, a donde acudieron decenas de personas, entre vecinos del lugar y gente proveniente de otros lados que fue a despedirlos.

Si ver un ataúd impresiona y produce tristeza, observar seis juntos, ocupados tres de ellos por niños y otros tres por adultos, todos de una misma familia, fue una experiencia fría y dolorosa para toda una sociedad, que se conmocionó por aquel accidente que tiñó de sangre el Cerro de las Noas.

Torreón, Coahuila.- La Semana Santa está cerca y viene a la memoria de miles de laguneros, aquella tragedia que tiñó de sangre el Cerro de las Noas, en la que perdieron la vida 10 personas en terrible accidente, al caer de la parte alta un camión de redilas que iba repleto de gente, ante la mirada incrédula de cientos de visitantes que se encontraban en el lugar. Era el 1 de abril de 1983 cuando ocurrió el fatal percance, atribuido al descuido del chofer, de nombre Baudelio Segovia, que olvidó quitar un bastón contra robos que bloqueaba el volante y los frenos, perdiendo el control de la unidad.

A 39 años de lo que se considera la mayor tragedia en el Santuario del Cristo de las Noas, al fallecer siete niños, uno de ellos de apenas 10 meses de edad, así como tres adultos, El Sol de La Laguna abordó a dos testigos presenciales de lo acontecido, quienes pasaron momentos de angustia y dolor por aquellas espantosas escenas de cuerpos regados por el cerro, inmóviles y sin señales de vida.

Según lo reportado, el camión había subido a dejar gente y cuando se disponía a bajar, muchas personas se acercaron para pedirle rait, a lo cual accedió, por lo que la parte trasera se llenó de inmediato de adultos y niños, sin imaginar que para algunos de ellos serían sus últimos instantes de existencia.

ALFREO MARTÍNEZ VIO EL ACCIDENTE Y APOYÓ EN EL RESCATE

Uno de los entrevistados es Alfredo Martínez Félix, hoy de 68 años de edad y que gracias a su preparación como técnico en urgencias, intervino en el rescate a los sobrevivientes:

“Íbamos subiendo un compadre mío y yo, cuando vimos el momento en que la camioneta se empezó a venir abajo, viendo nosotros que por salvarse, varias gentes se iban aventando, en ese momento le dije a mi compadre ‘detente’, porque casi estábamos de frente al cerro, a lo que era la caída de la camioneta, mi compadre se para y corro a ayudar a la gente, dándome cuenta que la camioneta ya estaba abajo”.

Foto Hemeroteca | El Sol de La Laguna

“Empezamos a auxiliar a la gente. La primera persona que yo auxilié, una señora que gritaba ‘mi niña, mi niña’, pero la niña estaba a un lado de ella ya fallecida, ya había fallecido la niña, confortándola le decía que su niña ‘está bien, queremos ayudarla a usted, permítame ayudarla’, porque la señora tenía escalpado su cabello, ya lo que hice fue acomodarla y con la ayuda de dos o tres personas más, transportarla hacia abajo mientras llegaba la Cruz Roja, volví a subir, fueron tres o cuatro veces que bajé y subí para ver a quién más rescatábamos”.

Otra de las personas que ayudó, fue una mujer joven con una herida expuesta en una de sus piernas, a la cual llevó hasta el Hospital Universitario para la que atendieran, pidiendo desesperadamente al personal que la ayudaran. “No sé de dónde saqué fuerzas para bajar y subir al cerro, fueron como cuatro veces, pero lo único que quería era ayudar, ya cuando llego a la casa de mi madre, se asusta porque andaba todo lleno de sangre, le expliqué lo sucedido y le dije que era la sangre de las personas que auxilié, hoy, después de tantos años, me siento satisfecho de haber colaborado con la gente por la que se pudo hacer algo”.

CÉSAR MEDRANO RECUERDA CÓMO FUE EL ACCIDENTE EN EL CERRO DE LAS NOAS

Cesar Medrano, hoy de 55 años de edad, compartió lo vivido en aquella lejana fecha:

“Nosotros íbamos para arriba para el Cristo, estábamos muy jóvenes, ya cuando íbamos subiendo, vimos cuando ya el camión venía bajando con velocidad, ahí fue cuando brincó (salió del camino) y traía a toda la gente entre las piedras del cerro, se volteó el camión y toda la gente salía volando y se estampaba en las piedras”.

“Fue como al mediodía, creo que ya era semana santa, nosotros íbamos para arriba, éramos como seis o siete amigos, vimos que venía el camión y se volcó, la gente salió volando, según las pláticas que oí, eran unas 20 gentes más o menos las que iban en la camioneta, un accidente demasiado fuerte el que ocurrió, hasta niños venían también”.


En comparación a Alfredo, que pudo intervenir y ayudar a los heridos, Cesar vio de un poco más lejos cómo bajaban otras personas para ver la situación de los caídos:

Mucha gente iba para arriba y mucha gente que bajaba trató de ayudar primero, antes de que llegara la Cruz Roja. Creo que toda la gente perdió la vida en ese accidente, no sé si hubo gente que quedó viva, pero casi la mayoría de esa gente se mató”.

Cesar recuerda la tragedia con tristeza y hace una recomendación para la gente que visita el Cristo, subiendo con sus vehículos: “pues que tengan mucho cuidado, primeramente que vean su carro mecánicamente, porque han pasado accidentes, hasta muchachos en bicicleta se han matado, hasta caminando se han matado ahí arriba en el cerro”.

SEIS DE LAS VÍCTIMAS ERAN FAMILIA

El día posterior al sangriento accidente, se conoció que seis de las víctimas pertenecían a la misma familia: Elena de 45 años, Ofelia de 22 años, Margarita de 20 años, Carlitos de 6 años, Enrique de 6 años y Margarita de apenas 10 meses. Todos ellos, fueron velados en el mismo domicilio en la colonia Eduardo Guerra, a donde acudieron decenas de personas, entre vecinos del lugar y gente proveniente de otros lados que fue a despedirlos.

Si ver un ataúd impresiona y produce tristeza, observar seis juntos, ocupados tres de ellos por niños y otros tres por adultos, todos de una misma familia, fue una experiencia fría y dolorosa para toda una sociedad, que se conmocionó por aquel accidente que tiñó de sangre el Cerro de las Noas.

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