/ miércoles 5 de mayo de 2021

A 32 años y a pesar de la pandemia, sobrevive el Tianguis ‘La Rosita’

Actualmente, se habla de más de 30 que operan en distintos puntos de la ciudad

Torreón, Coahuila.- Fue a finales de los 80 cuando surgió el Tianguis ‘La Rosita’ y aunque no es el más antiguo de la ciudad, sí es el más emblemático e incluso es considerado ‘el padre de los tianguis’, y a pesar que ha enfrentado situaciones muy complicadas, como la pandemia recientemente, sobrevive y se mantiene como una importante opción para la población, sobre todo para aquella que busca mejores precios.

Desde hace tres décadas, cada martes se instala este tradicional tianguis sobre el bulevar Independencia, a partir de la calle Múzquiz, iniciando una inmensa fila de puestos hacia el interior de la colonia Nueva Rosita, siendo la venta de ropa (usada, seminueva y nueva) el principal giro de los comerciantes, encontrándose otros como el de calzado, perfumes, alimentos, verduras, carriolas, juguetería, dulces, lentes, electrónica, entre otros.


Héctor Villegas: Un orgullo ser pionero de los tianguis

Con más de 40 años en el negocio y uno de los primeros en establecerse como vendedor en el Tianguis ‘La Rosita’, Héctor Villegas Reyes, se dijo orgulloso de ser uno de los pioneros de este comercio en la región:

“Hace más de 32 años, aunque no lo crean, yo fui el primero en ponerme aquí, estamos casi casi desde que quitaron la zona de tolerancia, iniciamos con ‘teni usadito’, ropa de medio uso, ya después cambiamos el giro a esto de belleza, la pinza, la plancha, la secadora, cortadora de pelo y todo eso, bendito Dios hemos venido subiendo con ese tipo de producto”.

Con la poca clientela y bajas ventas como consecuencia de la pandemia, se vieron obligados a actualizarse, ‘entrándole’ a la promoción en línea a través de las redes sociales: “yo no era muy apto en eso, pero tuve que aprenderle, compré tres teléfonos y nos fuimos metiendo a todo lo que era en línea y fue del modo que fuimos poco a poco levantando esto”.

Afortunadamente para Héctor y su esposa Patricia, no se han contagiado de Covid-19, sin embargo, no ha sido así para los compañeros tianguistas: “en lo particular no hubo ningún caso, ni en la familia, pero en los compañeros sí, fueron como 30 los que se nos adelantaron lamentablemente”.


Dora Martínez: Enfermó de Covid-19 en complidado momento

Dora Martínez, tianguista desde hace casi 40 años, enfermó de Covid-19 en diciembre del año pasado, época en la que casi no había ventas y el panorama lucía bastante incierto, por lo que vivió momentos de angustia en los que creía que no la ‘libraba’, afortunadamente logró recuperarse y aunque quedaron algunas secuelas que afectan su salud, se mantiene vigente en este negocio.

“Fue muy duro lo que pasé, yo la verdad pensé que ya me bajaban muerta (del hospital), estuve muy mal y más porque no teníamos dinero, era el peor momento para los tianguistas, teníamos todo el año batallando mucho para sacar algo, me enfermé en diciembre y no pude estar con la familia”, compartió con tristeza.

En lo más crítico de la enfermedad, Dora perdió el cabello y quedó con algunas secuelas, como la pérdida de fuerza en sus piernas: “perdí todo mi pelo y además quedé con mis piernas muy débiles, tengo que sentarme a descansar a cada rato, también mis pulmones quedaron dañados y hago algunos ejercicios para fortalecerlos un poco”.

A pesar de todo lo malo que le provocó el Covid-19, Dora no se da por vencida y está de vuelta en el tianguis, un trabajo que aunque no le da para lujos, sí tiene para pasarla bien: “nomás es para comer el diario, como si estuviera trabajando en una maquila”.


Hortensia: El tianguis es la salvación de mucha gente

Para la señora Hortensia, quien fuera líder de los vendedores del Tianguis La Rosita por más de 10 años, este comercio ha significado la salvación de mucha gente que no encontraba empleo y que ahora tiene una forma de ganarse la vida honradamente:

“Aquí ha habido muchas experiencias bonitas, hay mucha gente que no consigue un trabajo asalariado, que no hay mucha oportunidad de trabajo para ellos, pues esta es una muy buena opción y sobre todo porque no tenemos patrón, no tenemos horario, pero sí tenemos que madrugar para poder venir ‘a poner el circo’, como nosotros le llamamos”.

Con la pandemia, Hortensia recordó que se vieron muy afectados y ante esa mala situación económica, tuvieron que ‘arriesgarse’ a abrir y seguir con el negocio: “a raíz de la pandemia nos arriesgamos mucho, venían y nos quitaban, hasta que tuvimos que reunirnos con las autoridades para decirles que era necesario que nos dejaran trabajar, con el compromiso de cumplir con todas las medidas sanitarias”.


La necesidad llevó a Sonia a ser tianguista

Sonia Valadez Castro lleva más de cuatro décadas como tianguista, un trabajo al que se han venido sumando poco a poco otros integrantes de la familia, como hijos y nietos, siendo su ‘fuerte’ la venta de ropa, la cual ofrece desde 5 pesos la pieza a la multitud que se da cita cada martes en La Rosita.

“Llevo 42 años en esto, la necesidad fue la que nos hizo entrarle a este negocio, a mi primer hijo lo tuve muy chica y no encontraba trabajo, así que el tianguis fue mi única opción. Lo principal que vendemos es ropa, pero también nos ha tocado calzado, cachuchas, cintos, bolsas, mono de peluche, de todo, ahora sí que ‘de lo que caiga’, vendemos ropa desde 5 pesos, 10 pesos, 20 pesos, lo que queremos es vender y ofrecemos desde precios muy bajos”, mencionó.

A pesar de las dificultades, Sonia se ha mantenido por muchos años en el medio, del cual no depende solo ella, pues también tiene trabajando con ella a hijos e incluso nietos: “hay veces que no tenemos ni con qué surtir, pedimos préstamos y volvemos a surtir, no nos dejamos caer, pagamos intereses aquí, intereses allá”.

Para Sonia y sus colegas tianguistas, un martes en La Rosita es “desde las 5 de la mañana levantarnos, hay que cargar la mercancía, llegar temprano para descargar, acomodarnos y empezar a vender. Aquí almorzamos, aquí comemos, sí es algo pesado, pero es lo que nos gusta y tratamos de hacerlo bien, de que la gente esté satisfecha y regrese otra vez con nosotros”.

Torreón, Coahuila.- Fue a finales de los 80 cuando surgió el Tianguis ‘La Rosita’ y aunque no es el más antiguo de la ciudad, sí es el más emblemático e incluso es considerado ‘el padre de los tianguis’, y a pesar que ha enfrentado situaciones muy complicadas, como la pandemia recientemente, sobrevive y se mantiene como una importante opción para la población, sobre todo para aquella que busca mejores precios.

Desde hace tres décadas, cada martes se instala este tradicional tianguis sobre el bulevar Independencia, a partir de la calle Múzquiz, iniciando una inmensa fila de puestos hacia el interior de la colonia Nueva Rosita, siendo la venta de ropa (usada, seminueva y nueva) el principal giro de los comerciantes, encontrándose otros como el de calzado, perfumes, alimentos, verduras, carriolas, juguetería, dulces, lentes, electrónica, entre otros.


Héctor Villegas: Un orgullo ser pionero de los tianguis

Con más de 40 años en el negocio y uno de los primeros en establecerse como vendedor en el Tianguis ‘La Rosita’, Héctor Villegas Reyes, se dijo orgulloso de ser uno de los pioneros de este comercio en la región:

“Hace más de 32 años, aunque no lo crean, yo fui el primero en ponerme aquí, estamos casi casi desde que quitaron la zona de tolerancia, iniciamos con ‘teni usadito’, ropa de medio uso, ya después cambiamos el giro a esto de belleza, la pinza, la plancha, la secadora, cortadora de pelo y todo eso, bendito Dios hemos venido subiendo con ese tipo de producto”.

Con la poca clientela y bajas ventas como consecuencia de la pandemia, se vieron obligados a actualizarse, ‘entrándole’ a la promoción en línea a través de las redes sociales: “yo no era muy apto en eso, pero tuve que aprenderle, compré tres teléfonos y nos fuimos metiendo a todo lo que era en línea y fue del modo que fuimos poco a poco levantando esto”.

Afortunadamente para Héctor y su esposa Patricia, no se han contagiado de Covid-19, sin embargo, no ha sido así para los compañeros tianguistas: “en lo particular no hubo ningún caso, ni en la familia, pero en los compañeros sí, fueron como 30 los que se nos adelantaron lamentablemente”.


Dora Martínez: Enfermó de Covid-19 en complidado momento

Dora Martínez, tianguista desde hace casi 40 años, enfermó de Covid-19 en diciembre del año pasado, época en la que casi no había ventas y el panorama lucía bastante incierto, por lo que vivió momentos de angustia en los que creía que no la ‘libraba’, afortunadamente logró recuperarse y aunque quedaron algunas secuelas que afectan su salud, se mantiene vigente en este negocio.

“Fue muy duro lo que pasé, yo la verdad pensé que ya me bajaban muerta (del hospital), estuve muy mal y más porque no teníamos dinero, era el peor momento para los tianguistas, teníamos todo el año batallando mucho para sacar algo, me enfermé en diciembre y no pude estar con la familia”, compartió con tristeza.

En lo más crítico de la enfermedad, Dora perdió el cabello y quedó con algunas secuelas, como la pérdida de fuerza en sus piernas: “perdí todo mi pelo y además quedé con mis piernas muy débiles, tengo que sentarme a descansar a cada rato, también mis pulmones quedaron dañados y hago algunos ejercicios para fortalecerlos un poco”.

A pesar de todo lo malo que le provocó el Covid-19, Dora no se da por vencida y está de vuelta en el tianguis, un trabajo que aunque no le da para lujos, sí tiene para pasarla bien: “nomás es para comer el diario, como si estuviera trabajando en una maquila”.


Hortensia: El tianguis es la salvación de mucha gente

Para la señora Hortensia, quien fuera líder de los vendedores del Tianguis La Rosita por más de 10 años, este comercio ha significado la salvación de mucha gente que no encontraba empleo y que ahora tiene una forma de ganarse la vida honradamente:

“Aquí ha habido muchas experiencias bonitas, hay mucha gente que no consigue un trabajo asalariado, que no hay mucha oportunidad de trabajo para ellos, pues esta es una muy buena opción y sobre todo porque no tenemos patrón, no tenemos horario, pero sí tenemos que madrugar para poder venir ‘a poner el circo’, como nosotros le llamamos”.

Con la pandemia, Hortensia recordó que se vieron muy afectados y ante esa mala situación económica, tuvieron que ‘arriesgarse’ a abrir y seguir con el negocio: “a raíz de la pandemia nos arriesgamos mucho, venían y nos quitaban, hasta que tuvimos que reunirnos con las autoridades para decirles que era necesario que nos dejaran trabajar, con el compromiso de cumplir con todas las medidas sanitarias”.


La necesidad llevó a Sonia a ser tianguista

Sonia Valadez Castro lleva más de cuatro décadas como tianguista, un trabajo al que se han venido sumando poco a poco otros integrantes de la familia, como hijos y nietos, siendo su ‘fuerte’ la venta de ropa, la cual ofrece desde 5 pesos la pieza a la multitud que se da cita cada martes en La Rosita.

“Llevo 42 años en esto, la necesidad fue la que nos hizo entrarle a este negocio, a mi primer hijo lo tuve muy chica y no encontraba trabajo, así que el tianguis fue mi única opción. Lo principal que vendemos es ropa, pero también nos ha tocado calzado, cachuchas, cintos, bolsas, mono de peluche, de todo, ahora sí que ‘de lo que caiga’, vendemos ropa desde 5 pesos, 10 pesos, 20 pesos, lo que queremos es vender y ofrecemos desde precios muy bajos”, mencionó.

A pesar de las dificultades, Sonia se ha mantenido por muchos años en el medio, del cual no depende solo ella, pues también tiene trabajando con ella a hijos e incluso nietos: “hay veces que no tenemos ni con qué surtir, pedimos préstamos y volvemos a surtir, no nos dejamos caer, pagamos intereses aquí, intereses allá”.

Para Sonia y sus colegas tianguistas, un martes en La Rosita es “desde las 5 de la mañana levantarnos, hay que cargar la mercancía, llegar temprano para descargar, acomodarnos y empezar a vender. Aquí almorzamos, aquí comemos, sí es algo pesado, pero es lo que nos gusta y tratamos de hacerlo bien, de que la gente esté satisfecha y regrese otra vez con nosotros”.

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