/ lunes 21 de febrero de 2022

Tornado: La tragedia que acabó con la vida nocturna de Torreón

La madrugada del 6 de enero del 2013, hubo un ataque armado que causó la muerte de siete personas

Torreón, Coahuila.- Transcurría la madrugada del 6 de enero del 2013 y el antro Tornado, ubicado en la avenida Presidente Carranza, entre Comonfort y Madero, vivía sus últimos momentos, luego de 16 años de mantenerse en el gusto de los laguneros, al tratarse de un centro de baile con un concepto diferente, con música norteña tejana. Fue alrededor de las 12:15 de la medianoche, cuando hombres armados entraron al lugar y dispararon al público asistente, provocando la muerte de siete personas. Al parecer, fueron al menos tres ataques los que se realizaron aquel día, primero en un negocio de Matamoros, después en el Bar Chavas Cheves, finalizando en Tornado.

Era el fin de la vida nocturna en Torreón, ya que Tornado, fue el último que se mantuvo en pie, en aquellos tiempos de incontenible violencia e inseguridad que aterrorizaron a la comarca lagunera.

A nueve años de la tragedia, Ramón Dávila, quien fue gerente de Tornado, finalmente tiene la oportunidad de compartir a detalle lo que realmente ocurrió esa noche:

“Fue la última ocasión que abrió Tornado. Primero que nada, llegaron elementos de seguridad, policía federal, me acuerdo vagamente. Eran las 11:15, 11:30 de la noche todavía del 5 de enero del 2013, llegaron bastantes elementos, tratando de guardar el orden, buscando drogas, armas, ante el público, los clientes que teníamos nosotros, e igual el establecimiento, claro está, pero la verdad, es que ahí estuvieron alrededor de media hora, había unas 500 personas, en ese tiempo ya mermaba bastante lo que era la inseguridad, se tardaron bastante y el público, lo clientes ya estaban un poquito inconformes, porque nosotros teníamos abierto desde las 9 de la noche”.

Luego de unos 30 o 40 minutos, los elementos policiacos se retiraron, optando Ramón por dar indicaciones para que la música se retomara y la gente, que ya estaba intranquila, pudiera disfrutar de una agradable noche, que era para lo que habían acudido.

EL ATAQUE

“Me voy a cabina y comento lo que tienen que hacer, para que la gente se dispersara. Salgo yo de la cabina, en escasos 5 a 8 minutos, me dispongo a ver más detalles, a ver qué ha pasado, seguir con el ambiente y con los movimientos que hacíamos noche tras noche, ya en eso bajo, porque había dos pisos, bajo al primero para ver barras y ver detalles, en eso voy bajando y se escuchan unas detonaciones, dos o tres, trato de tirarme con la gente que estaba parada y se hace un caos”.

Continúa: “se escuchan vagamente dos o tres disparos y todos estábamos en el suelo, se nos hicieron eternos esos dos o tres minutos, fue algo muy rápido, que, en el momento, todo se nos hace demasiado largo, como dicen en las películas, sí es cierto, te pasa toda tu vida en pequeños segundos, piensas lo peor”.

Explica Ramón que el personal de Tornado trató de salvaguardar a la gente, diciéndoles que se tiraran todos al suelo, escuchándose otro disparo, quedándose todos quietos y temerosos, invadiendo el lugar un marcado silencio.

Foto: Nayeli Solorio | El Sol de La Laguna

HERIDOS Y MUERTOS

Después del ataque, ocurrido aproximadamente a las 12:15 de la noche, ya del 6 de enero, y después de que se habían retirado las personas que dispararon, al parecer cinco o seis jovencitos, según recuerda Ramón, se pone de pie y empiezan a ayudar a la gente para que saliera del lugar: “les decimos que no corran, es un mar de gente que sale, todos gritando. Sacamos a la gente, me doy cuenta de una persona herida, le doy los primeros auxilios, le hago un torniquete. Me voy a checar barras para ver quién más fue herido, hay una persona fallecida, que por desgracia no tenía nada que deber ni que temer, era una persona sordo muda que era muy querida por nosotros y fallece instantáneamente, no escuchaba y de repente vio que toda la gente se tiraba al suelo, voltea a la entrada y le disparan”.

Sigue checando al interior del antro y se va directamente hacia la puerta de entrada, por un pasillo donde era el área de revisión: “había tres personas heridas, sigo caminando afuera y ya me topo a gente también fallecida, que por desgracia había llegado en mal momento y se topa con estas personas. Fueron siete fallecidos, ahí en el local, en ese mismo rato, fueron tres y en el transcurso del hospital fueron otras, en total siete las que fallecieron, mi más sentido pésame a cada una de ellas, de su familia, por desgracia así fue, son cosas que de repente no entendemos”.

Foto: Nayeli Solorio | El Sol de La Laguna

FIN DE LA VIDA NOCTURNA

Ramón recuerda con tristeza aquel episodio, el cual, por desgracia, no solo acabó con lo que era Tornado, sino que representó el fin de la vida nocturna: “por desgracia y por gracia, fuimos el último (antro) de la vida nocturna, se acabó, nos tocó la de perder en ese momento y se acabó la vida nocturna totalmente, ese fue el último día, donde ya no hubo bares, antros, nada, ya no hubo nada, Torreón se murió totalmente”.

Lamentablemente, ‘la caída’ de Tornado representó pérdidas de empleo para muchas familias, ya que ahí se generaban trabajos de manera e indirecta: “en cuestión de empleo sí nos afectó bastante, Torreón se murió en el aspecto de la vida social, fue hasta después de año y medio, creo, todo lo que fue el 2013, hasta mediados del 2014, fue cuando se empezó a reactivar otra vez más o menos la vida nocturna”.

PREVALECE EL ENOJO

Nueve años a la distancia de lo acontecido, Ramón acepta que prevalece malestar en él: “sí, en su momento hubo enojo, el por qué había pasado eso, porque era una responsabilidad muy grande la que teníamos nosotros como empresa, era un enojo de la gente que falleció, eran emociones encontradas, de por qué no había una solución para esa situación, por qué, hay muchos, muchas incertidumbres”.

Las preguntas por lo ocurrido siguen y no hay respuestas: “hay muchos díceres en la sociedad, que pasó esto, que pasó lo otro, le doy las gracias a muchos clientes que se volvieron amigos, familia, que después de años me los topo y la realidad es que era una familia, mucha gente pensaba que yo había fallecido y me ven y lloramos juntos, porque la realidad es que era una amistad muy buena, Tornado era donde te distraías cada fin de semana, donde te la pasabas padre”.

¿REGRESA TORNADO?

Recientemente, se rumoró en las redes sociales que Tornado podría reabrir pronto sus puertas: “supe que ahí traían un proyecto, algo de lo mismo, mentiría por qué no lo sé realmente, la idea viene de Monterrey, los dueños son de aquel lado, no lo sé realmente si venga o no venga, supe que sí andaban viendo algo, pero ahí lo veremos en las redes sociales, si es que vienen de nuevo”.

Foto: Nayeli Solorio | El Sol de La Laguna

Para terminar la entrevista, Ramón comenta que será difícil volver a tener un lugar como Tornado, considerando que fue único lo que se vivió en sus momentos de apogeo: “yo creo que Tornado fue una tradición aquí en la comarca lagunera, fue un estilo muy diferente, a la fecha, no ha llegado algún lugar para divertirse de tal manera, creo que el lugar, el local, el nombre, sí pesa bastante aquí en Torreón, mucha gente lo va a corroborar con las vistas que ustedes tengan en su nota, yo siento que los comentarios van a hablar por sí solos”.

Torreón, Coahuila.- Transcurría la madrugada del 6 de enero del 2013 y el antro Tornado, ubicado en la avenida Presidente Carranza, entre Comonfort y Madero, vivía sus últimos momentos, luego de 16 años de mantenerse en el gusto de los laguneros, al tratarse de un centro de baile con un concepto diferente, con música norteña tejana. Fue alrededor de las 12:15 de la medianoche, cuando hombres armados entraron al lugar y dispararon al público asistente, provocando la muerte de siete personas. Al parecer, fueron al menos tres ataques los que se realizaron aquel día, primero en un negocio de Matamoros, después en el Bar Chavas Cheves, finalizando en Tornado.

Era el fin de la vida nocturna en Torreón, ya que Tornado, fue el último que se mantuvo en pie, en aquellos tiempos de incontenible violencia e inseguridad que aterrorizaron a la comarca lagunera.

A nueve años de la tragedia, Ramón Dávila, quien fue gerente de Tornado, finalmente tiene la oportunidad de compartir a detalle lo que realmente ocurrió esa noche:

“Fue la última ocasión que abrió Tornado. Primero que nada, llegaron elementos de seguridad, policía federal, me acuerdo vagamente. Eran las 11:15, 11:30 de la noche todavía del 5 de enero del 2013, llegaron bastantes elementos, tratando de guardar el orden, buscando drogas, armas, ante el público, los clientes que teníamos nosotros, e igual el establecimiento, claro está, pero la verdad, es que ahí estuvieron alrededor de media hora, había unas 500 personas, en ese tiempo ya mermaba bastante lo que era la inseguridad, se tardaron bastante y el público, lo clientes ya estaban un poquito inconformes, porque nosotros teníamos abierto desde las 9 de la noche”.

Luego de unos 30 o 40 minutos, los elementos policiacos se retiraron, optando Ramón por dar indicaciones para que la música se retomara y la gente, que ya estaba intranquila, pudiera disfrutar de una agradable noche, que era para lo que habían acudido.

EL ATAQUE

“Me voy a cabina y comento lo que tienen que hacer, para que la gente se dispersara. Salgo yo de la cabina, en escasos 5 a 8 minutos, me dispongo a ver más detalles, a ver qué ha pasado, seguir con el ambiente y con los movimientos que hacíamos noche tras noche, ya en eso bajo, porque había dos pisos, bajo al primero para ver barras y ver detalles, en eso voy bajando y se escuchan unas detonaciones, dos o tres, trato de tirarme con la gente que estaba parada y se hace un caos”.

Continúa: “se escuchan vagamente dos o tres disparos y todos estábamos en el suelo, se nos hicieron eternos esos dos o tres minutos, fue algo muy rápido, que, en el momento, todo se nos hace demasiado largo, como dicen en las películas, sí es cierto, te pasa toda tu vida en pequeños segundos, piensas lo peor”.

Explica Ramón que el personal de Tornado trató de salvaguardar a la gente, diciéndoles que se tiraran todos al suelo, escuchándose otro disparo, quedándose todos quietos y temerosos, invadiendo el lugar un marcado silencio.

Foto: Nayeli Solorio | El Sol de La Laguna

HERIDOS Y MUERTOS

Después del ataque, ocurrido aproximadamente a las 12:15 de la noche, ya del 6 de enero, y después de que se habían retirado las personas que dispararon, al parecer cinco o seis jovencitos, según recuerda Ramón, se pone de pie y empiezan a ayudar a la gente para que saliera del lugar: “les decimos que no corran, es un mar de gente que sale, todos gritando. Sacamos a la gente, me doy cuenta de una persona herida, le doy los primeros auxilios, le hago un torniquete. Me voy a checar barras para ver quién más fue herido, hay una persona fallecida, que por desgracia no tenía nada que deber ni que temer, era una persona sordo muda que era muy querida por nosotros y fallece instantáneamente, no escuchaba y de repente vio que toda la gente se tiraba al suelo, voltea a la entrada y le disparan”.

Sigue checando al interior del antro y se va directamente hacia la puerta de entrada, por un pasillo donde era el área de revisión: “había tres personas heridas, sigo caminando afuera y ya me topo a gente también fallecida, que por desgracia había llegado en mal momento y se topa con estas personas. Fueron siete fallecidos, ahí en el local, en ese mismo rato, fueron tres y en el transcurso del hospital fueron otras, en total siete las que fallecieron, mi más sentido pésame a cada una de ellas, de su familia, por desgracia así fue, son cosas que de repente no entendemos”.

Foto: Nayeli Solorio | El Sol de La Laguna

FIN DE LA VIDA NOCTURNA

Ramón recuerda con tristeza aquel episodio, el cual, por desgracia, no solo acabó con lo que era Tornado, sino que representó el fin de la vida nocturna: “por desgracia y por gracia, fuimos el último (antro) de la vida nocturna, se acabó, nos tocó la de perder en ese momento y se acabó la vida nocturna totalmente, ese fue el último día, donde ya no hubo bares, antros, nada, ya no hubo nada, Torreón se murió totalmente”.

Lamentablemente, ‘la caída’ de Tornado representó pérdidas de empleo para muchas familias, ya que ahí se generaban trabajos de manera e indirecta: “en cuestión de empleo sí nos afectó bastante, Torreón se murió en el aspecto de la vida social, fue hasta después de año y medio, creo, todo lo que fue el 2013, hasta mediados del 2014, fue cuando se empezó a reactivar otra vez más o menos la vida nocturna”.

PREVALECE EL ENOJO

Nueve años a la distancia de lo acontecido, Ramón acepta que prevalece malestar en él: “sí, en su momento hubo enojo, el por qué había pasado eso, porque era una responsabilidad muy grande la que teníamos nosotros como empresa, era un enojo de la gente que falleció, eran emociones encontradas, de por qué no había una solución para esa situación, por qué, hay muchos, muchas incertidumbres”.

Las preguntas por lo ocurrido siguen y no hay respuestas: “hay muchos díceres en la sociedad, que pasó esto, que pasó lo otro, le doy las gracias a muchos clientes que se volvieron amigos, familia, que después de años me los topo y la realidad es que era una familia, mucha gente pensaba que yo había fallecido y me ven y lloramos juntos, porque la realidad es que era una amistad muy buena, Tornado era donde te distraías cada fin de semana, donde te la pasabas padre”.

¿REGRESA TORNADO?

Recientemente, se rumoró en las redes sociales que Tornado podría reabrir pronto sus puertas: “supe que ahí traían un proyecto, algo de lo mismo, mentiría por qué no lo sé realmente, la idea viene de Monterrey, los dueños son de aquel lado, no lo sé realmente si venga o no venga, supe que sí andaban viendo algo, pero ahí lo veremos en las redes sociales, si es que vienen de nuevo”.

Foto: Nayeli Solorio | El Sol de La Laguna

Para terminar la entrevista, Ramón comenta que será difícil volver a tener un lugar como Tornado, considerando que fue único lo que se vivió en sus momentos de apogeo: “yo creo que Tornado fue una tradición aquí en la comarca lagunera, fue un estilo muy diferente, a la fecha, no ha llegado algún lugar para divertirse de tal manera, creo que el lugar, el local, el nombre, sí pesa bastante aquí en Torreón, mucha gente lo va a corroborar con las vistas que ustedes tengan en su nota, yo siento que los comentarios van a hablar por sí solos”.

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