Torreón, Coahuila. – Ante la crisis económica provocada por la pandemia del Covid-19, la cual prácticamente ha afectado todos los sectores económicos y por consiguiente la economía de millones de personas, los jóvenes han tenido que enfrentar a una temprana edad una dura realidad en un mundo que exige pagos de colegiaturas, apoyar a la familia con los gastos de la casa entre otros, optando por ingresar al mundo de la venta de contenido sexual por internet mejor conocidos como ‘packs’.
Producto de esta realidad, en la ciudad de Torreón se han perdido poco más de 3 mil 500 empleos de acuerdo a información confirmada por autoridades municipales, situación que ha derivado que varias personas no puedan solventar la realidad actual de la pandemia, panorama que de acuerdo a las principales cámaras de empresarios de la región, continuará hasta finales de este mes o extenderse, debido a la falta de apoyos entre otros.
Ante esta situación los jóvenes han sido uno de los sectores más afectados, pues antes de la pandemia la gran mayoría combinaba sus estudios con un empleo de medio tiempo que les permitiera sobrellevar sus gastos o bien aportar en su casa, sin embargo, con la llegada del virus a la región varios vieron como sus días laborales eran recortados y en el peor de los casos como perdían su principal fuente de ingresos, teniendo que enfrentar la pandemia sin la solvencia económica necesaria para ayudar a sus familias y sacar sus principales gastos.
Ante esto, varias personas, principalmente mujeres han decidido entrar a la comercialización de contenido sexual ante la falta de fuentes de empleo y de apoyos para poder hacerle frente a la situación económica que actualmente impera en el país. Tal es el caso de Roberta N, quien a sus 21 años antes de la pandemia llevaba una vida tranquila dividida entre estudio y trabajo, la cual cambió de manera drástica al perder el empleo que le permitía ayudar en su casa con los gastos de internet, cooperar con el pago de servicios y pagar sus estudios y cosas personales, situación que la orilló a entrar a este negocio que si bien sabe que no es la manera más digna de generar ingresos, en la actualidad es una manera de generar ingresos y así ayudar a su familia.
“Perdí mi trabajo la última quincena de marzo, con la cuarentena llegó el cierre de negocios no esenciales con eso mis compañeros y yo fuimos despedidas y perdimos de esta manera lo poco o mucho que nos ayudaba, durante abril y principios de mayo fue difícil para mi y mi familia, pues mi madre también la descansaron con sueldo recortado y no alcanzábamos para sacar que comer o cubrir servicios, por lo que una amiga que ya lleva tiempo dedicándose a esto me sugirió le entrará, pues aseguraba que tenía bonito cuerpo y que ella podría recomendarme con algunos de sus clientes por redes sociales, los cuales son de varias partes del país e incluso de otros países”, comentó.
Roberta, manifestó que de inicio tenía miedo y no se sentía segura con esto, pues sentía que era como prostitución, “me fue difícil pues algo de mi me decía que era prostitución, pero fue mi prima y mi amiga la que me aseguro que mientras no tengs trato personal con ellos y sobre todo al ser mayor de edad no pasaba nada, por lo cual después de mucho pensarlo y de ver que ante el riesgo del virus era difícil encontrar un trabajo, accedí, hice un perfil de Twitter y cuidando mi rostro comencé a vender mi pack”, mencionó.
La población joven ya enfrentaba mayores desafíos para acceder al empleo en comparación con la población general. En México la mitad de los desocupados pertenecen a un solo grupo, el de jóvenes de entre 15 a 29 años, mientras que la mitad restante se distribuye en tres grupos que engloban al resto de adultos jóvenes, adultos mayores y personas de la tercera edad, de acuerdo con cifras de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del Inegi.
Esta situación se acompaña con una tasa de desocupación en jóvenes significativamente mayor que la tasa general. Con cifras actualizadas al primer trimestre del 2020, se observó que mientras 3.4% de la población económicamente activa total está desocupada, para los jóvenes económicamente activos la tasa asciende hasta el 6.0 por ciento.
Durante la última semana de mayo la Organización Internacional del Trabajo (OIT) alertó sobre esta problemática a escala global, especialmente agravada por la emergencia sanitaria. En el mundo 1 de cada 6 jóvenes menores de 29 años en edad de trabajar se desocupó a consecuencia de la pandemia y aquellos que pudieron conservar sus empleos han experimentado reducciones en sus ingresos laborales, reportó en su informe.
Ante esto, queda plasmada que la situación a la que actualmente se enfrenta la población joven es delicada y al momento de restaurarse la situación económica no luce alentadora, por lo que esto lleva a que cada vez más jóvenes en redes sociales oferten su contenido sexual, generando ingresos que los ayudan a solventar la crisis y a seguir día a día.
“La situación que vivíamos antes de la pandemia tampoco era tan buena para nosotros, en mi área de estudio es sabido que aspiras a tener un trabajo de ocho horas en oficina y eso si lo logras, porque el campo está saturado, por lo que conocí a varias chicas en Instagram que con esto generaban buenos ingresos y ante la necesidad de pagarme la escuela y mis necesidades así como aportar en mi casa, decidí hacerlo”, comentó Andrea N de 20 años de edad, estudiante y trabajadora lagunera.
“La carencia de becas, trabajos bien remunerados y apoyos sociales nos orilla a esto, si bien no es una manera digna, no ando pidiéndole nada a nadie, la gente crítica muy fácil, pero no se pone a pensar que muchas veces lo hacemos por necesidad, por apoyar a nuestras familias, por eso decidí hacerlo, además de que no cualquiera tiene acceso a mi contenido, ya que si bien es accesible en comparación de otras chicas, lo vendó con gente que se ve responsable y que hará bueno uso, sobre todo adultos mayores con lo que he llegado a crear un vínculo”, mencionó.
Si bien ambas mujeres saben que pueden caer en un delito al comercializar contenido sexual, invitan a los gobiernos de los tres órdenes, así como a la sociedad en general a sentir empatía, pues aseguran que los comentarios negativos y destructivos, así como ofensas siempre estarán presentes, no temen a nada de esto, pues saben que lo hacen para poder ayudar a los suyos, ya que nadie les regala la comida, les pagas los servicios o la despensa, por lo que están tranquilas con lo que realizan y esperan que un día la situación luzca más favorable para todos de tal manera que nadie se vea obligado a realizar este tipo de actos.
