/ lunes 15 de febrero de 2021

La ‘roba viejitos’ es aprehendida por la Fiscalía

La mujer abusaba de la vulnerabilidad de los adultos mayores y los despojaba de sus pensiones 

Saltillo, Coahuila. - Haciendo pasar por una trabajadora social, la “roba viejitos”, presuntamente identificada como María Luisa N, llegaba a los hogares de adultos mayores y luego de ofrecerles apoyos económicos se ganaba su confianza para después drogarlos y robarles el dinero de su pensión. ¡Ya está detenida!

A finales de enero, Jesús Luna de 87 años y su esposa María Elena, de 79, fueron por su pensión. La larga fila, el sol con el aíre helado y lo tardado de los tramites en el banco fueron parte de la travesía.

Un par de horas después salen con poco más de cuatro mil pesos en la bolsa que les deben durar un mes, o más, por aquello que se retrase el pago de la siguiente pensión.

Llegan a su casa, en la colonia Panteones. Cansados, guardan en dinero y siguen con sus vidas. Los días pasaron y, un mañana, ya de febrero, llaman a la puerta. La pareja se dirige a abrir. Del otro lado espera una mujer de pelo oscuro, aretes de argolla, tez morena y un par de tatuajes en el cuello. Viste de negro.

Esta se presenta, dice ser una trabajadora social que está tomando los datos de adultos mayores para incluirlos en un programa del Gobierno Federal, un supuesto apoyo económico del cual pueden ser parte, beneficiados.

La alegría y la nobleza de los ancianos, al saber que alguien ve por ellos y les ofrece una ayuda, una atención, hacen a la mujer pasar. Ella comienza con el trámite, el viejo se sienta y su compañera de vida va por algo de tomar, para hacer más a meno el rato burocrático.

¿Cuáles son sus nombres completos?, ¿qué edad tiene?, ¿cuántos personas viven en este domicilio? ¿a cuánto hacienden sus gastos mensuales?, eran solo una de las preguntas para llenar el supuesto registro.

Entre pregunta y pregunta la supuesta gestora social se mostraba amigable, se ganó la confianza del par de abuelos, quizá esto los hizo sentirse afortunados. ¿quién llega a tu casa de la nada a ofrecerte dinero?, pese a que esta pregunta pudiese hacer desconfiar a cualquiera, la inocencia de esos viejos no los hizo dudar.

Entre la charla, ella les ofreció un remedio natural, para los achaques propios de la edad. Sacó una bolsa, un supuesto té, roció un poco en cada bebida y se los dio a beber.

No pasó mucho tiempo para que ambos cayeran inconscientes. En ese momento, de acuerdo con las investigaciones de la Fiscalía General del Estado de Coahuila, la extraña comenzó a hurgar.

Su objetivo no era el de reclutar a adultos mayores para darles una ayuda económica, sino todo lo contrario. Sus intenciones era despojar a esa pareja de lo poco que reciben de su pensión, junto con un pequeño ahorro. Eran aproximadamente siete mil pesos.

Al volver en sí, no había rastro de ella, ni de su dinero. Fueron estafados, ultrajados. Aquellas buenas intenciones quedaron en eso, intenciones. En un truco para robarlos.

Llamaron a la Policía, los hechos se dieron a conocer, primero con los vecinos, luego en las redes sociales, con la rapidez de estas, aquella mujer fue apodada la “roba viejitos”.

Con esa misma inmediatez varios usuarios de Facebook comenzaron a denunciar que algo “similar” les había pasado. Vecinos de la colonia La Aurora, La Libertad, Bellavista, entre otras, narraron que con ellos también llegó, la ahora conocida como la “roba viejitos”.

Los días concluyeron con sus noches, las autoridades Municipales y Ministeriales estaban tras su pista, sin muchos resultados...

Y, nuevamente, un par de días después, los titulares de los medios de comunicación local anunciaron: atacan nuevamente la “roba viejitos”, ahora en la colonia Espinoza Mireles.

Esta vez no era una trabajadora social. Ahora usurpó a una predicadora cristiana, pero implementó el mismo método, el mismo alegato. Había llegado para dar un apoyo económico.

Su nueva víctima, Benigna, de 70 años, le dio acceso a su domicilio para iniciar con las preguntas que la harían acreedora al apoyo social, a la caridad de la iglesia que predica la palabra del señor.

Entre la charla la “roba viejitos” le ofreció una bebida a Benigna, quien, al estar juntando los documentos a entregar para recibir el apoyo, la tomó.

Perdió el conocimiento después de eso, momento que la impostora aprovechó para husmear en el domicilio, en busca de algo de valor. Así encontró los ahorros de Benigna, unos cinco mil pesos en efectivo que tomó y salió huyendo.

Momentos después llegó Claudia, la hija de Benigna, quien al verla desvanecida en el suelo llamó al 911, pidiendo que la ayuda llegara a la calle Carlos Rovirosa.

Luego de darle la atención y ayudarla a recobrar el conocimiento, la vulnerable anciana contó lo sucedido, por lo que la presión de las autoridades aumentó. Ya eran dos víctimas oficiales y algunos reportes públicos en el mundo virtual.

El 9 de febrero Everardo Lazo Chapa, delegado de la Fiscalía en la Región Sureste de Coahuila, dijo que ya tenían avances en las investigaciones de estos hechos, que ya contaban con las características físicas de la “roba viejitos”, pero no aún no tenían su paradero.

48 horas después de esta declaración, el día 11, esta dependencia informó que habían procedido a la detención de una mujer con los rasgos físicos de la “roba viejitos”, identificada como María Luisa N.

A esta mujer se le atribuyen estos dos robos, pero las autoridades esperan que se sumen más denuncias, por lo que se iniciará un proceso legal en su contra dentro del Nuevo Sistema Penal de Juicios Orales.

De lograr imputarle los delitos, ante un Juez de Control en el Centro de Justicia Penal, el Ministerio Público podría solicitar la Vinculación a Proceso, con lo que conseguiría más tiempo para llevar la investigación complementaria y posteriormente, dentro de una audiencia, fincarle responsabilidades.

Así que, de ser responsable de estas acusaciones, María Luisa, la presunta “roba viejitos” podría alcanzar hasta ocho años de cárcel, ya que, de acuerdo al Artículo 279 del Código Penal Estatal, el robo simple está penado con hasta cuatro años de prisión, con el benefició de salir bajo fianza, sin embargo, en el caso de la “roba viejitos” se le sumarían otros casi cuatro años más por las agravantes de cometerse en un lugar cerrado y aprovecharse de la hospitalidad de los ancianos.

Quienes fueron víctimas esperan justicia, reparación. Quizá un poco más de atención y cuidado de sus allegados, ya que, tal vez, si no dejáramos en el olvido a nuestros viejos, con la justificación de las ocupaciones de la vida diaria, estos crímenes no se presentarían.

Saltillo, Coahuila. - Haciendo pasar por una trabajadora social, la “roba viejitos”, presuntamente identificada como María Luisa N, llegaba a los hogares de adultos mayores y luego de ofrecerles apoyos económicos se ganaba su confianza para después drogarlos y robarles el dinero de su pensión. ¡Ya está detenida!

A finales de enero, Jesús Luna de 87 años y su esposa María Elena, de 79, fueron por su pensión. La larga fila, el sol con el aíre helado y lo tardado de los tramites en el banco fueron parte de la travesía.

Un par de horas después salen con poco más de cuatro mil pesos en la bolsa que les deben durar un mes, o más, por aquello que se retrase el pago de la siguiente pensión.

Llegan a su casa, en la colonia Panteones. Cansados, guardan en dinero y siguen con sus vidas. Los días pasaron y, un mañana, ya de febrero, llaman a la puerta. La pareja se dirige a abrir. Del otro lado espera una mujer de pelo oscuro, aretes de argolla, tez morena y un par de tatuajes en el cuello. Viste de negro.

Esta se presenta, dice ser una trabajadora social que está tomando los datos de adultos mayores para incluirlos en un programa del Gobierno Federal, un supuesto apoyo económico del cual pueden ser parte, beneficiados.

La alegría y la nobleza de los ancianos, al saber que alguien ve por ellos y les ofrece una ayuda, una atención, hacen a la mujer pasar. Ella comienza con el trámite, el viejo se sienta y su compañera de vida va por algo de tomar, para hacer más a meno el rato burocrático.

¿Cuáles son sus nombres completos?, ¿qué edad tiene?, ¿cuántos personas viven en este domicilio? ¿a cuánto hacienden sus gastos mensuales?, eran solo una de las preguntas para llenar el supuesto registro.

Entre pregunta y pregunta la supuesta gestora social se mostraba amigable, se ganó la confianza del par de abuelos, quizá esto los hizo sentirse afortunados. ¿quién llega a tu casa de la nada a ofrecerte dinero?, pese a que esta pregunta pudiese hacer desconfiar a cualquiera, la inocencia de esos viejos no los hizo dudar.

Entre la charla, ella les ofreció un remedio natural, para los achaques propios de la edad. Sacó una bolsa, un supuesto té, roció un poco en cada bebida y se los dio a beber.

No pasó mucho tiempo para que ambos cayeran inconscientes. En ese momento, de acuerdo con las investigaciones de la Fiscalía General del Estado de Coahuila, la extraña comenzó a hurgar.

Su objetivo no era el de reclutar a adultos mayores para darles una ayuda económica, sino todo lo contrario. Sus intenciones era despojar a esa pareja de lo poco que reciben de su pensión, junto con un pequeño ahorro. Eran aproximadamente siete mil pesos.

Al volver en sí, no había rastro de ella, ni de su dinero. Fueron estafados, ultrajados. Aquellas buenas intenciones quedaron en eso, intenciones. En un truco para robarlos.

Llamaron a la Policía, los hechos se dieron a conocer, primero con los vecinos, luego en las redes sociales, con la rapidez de estas, aquella mujer fue apodada la “roba viejitos”.

Con esa misma inmediatez varios usuarios de Facebook comenzaron a denunciar que algo “similar” les había pasado. Vecinos de la colonia La Aurora, La Libertad, Bellavista, entre otras, narraron que con ellos también llegó, la ahora conocida como la “roba viejitos”.

Los días concluyeron con sus noches, las autoridades Municipales y Ministeriales estaban tras su pista, sin muchos resultados...

Y, nuevamente, un par de días después, los titulares de los medios de comunicación local anunciaron: atacan nuevamente la “roba viejitos”, ahora en la colonia Espinoza Mireles.

Esta vez no era una trabajadora social. Ahora usurpó a una predicadora cristiana, pero implementó el mismo método, el mismo alegato. Había llegado para dar un apoyo económico.

Su nueva víctima, Benigna, de 70 años, le dio acceso a su domicilio para iniciar con las preguntas que la harían acreedora al apoyo social, a la caridad de la iglesia que predica la palabra del señor.

Entre la charla la “roba viejitos” le ofreció una bebida a Benigna, quien, al estar juntando los documentos a entregar para recibir el apoyo, la tomó.

Perdió el conocimiento después de eso, momento que la impostora aprovechó para husmear en el domicilio, en busca de algo de valor. Así encontró los ahorros de Benigna, unos cinco mil pesos en efectivo que tomó y salió huyendo.

Momentos después llegó Claudia, la hija de Benigna, quien al verla desvanecida en el suelo llamó al 911, pidiendo que la ayuda llegara a la calle Carlos Rovirosa.

Luego de darle la atención y ayudarla a recobrar el conocimiento, la vulnerable anciana contó lo sucedido, por lo que la presión de las autoridades aumentó. Ya eran dos víctimas oficiales y algunos reportes públicos en el mundo virtual.

El 9 de febrero Everardo Lazo Chapa, delegado de la Fiscalía en la Región Sureste de Coahuila, dijo que ya tenían avances en las investigaciones de estos hechos, que ya contaban con las características físicas de la “roba viejitos”, pero no aún no tenían su paradero.

48 horas después de esta declaración, el día 11, esta dependencia informó que habían procedido a la detención de una mujer con los rasgos físicos de la “roba viejitos”, identificada como María Luisa N.

A esta mujer se le atribuyen estos dos robos, pero las autoridades esperan que se sumen más denuncias, por lo que se iniciará un proceso legal en su contra dentro del Nuevo Sistema Penal de Juicios Orales.

De lograr imputarle los delitos, ante un Juez de Control en el Centro de Justicia Penal, el Ministerio Público podría solicitar la Vinculación a Proceso, con lo que conseguiría más tiempo para llevar la investigación complementaria y posteriormente, dentro de una audiencia, fincarle responsabilidades.

Así que, de ser responsable de estas acusaciones, María Luisa, la presunta “roba viejitos” podría alcanzar hasta ocho años de cárcel, ya que, de acuerdo al Artículo 279 del Código Penal Estatal, el robo simple está penado con hasta cuatro años de prisión, con el benefició de salir bajo fianza, sin embargo, en el caso de la “roba viejitos” se le sumarían otros casi cuatro años más por las agravantes de cometerse en un lugar cerrado y aprovecharse de la hospitalidad de los ancianos.

Quienes fueron víctimas esperan justicia, reparación. Quizá un poco más de atención y cuidado de sus allegados, ya que, tal vez, si no dejáramos en el olvido a nuestros viejos, con la justificación de las ocupaciones de la vida diaria, estos crímenes no se presentarían.

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