TORREÓN, Coah.- La matanza de 303 chinos en Torreón, hace 106años, es un pasaje desconocido, casi olvidado de la historiamexicana, aunque se inscribe en uno de sus períodos másdifundidos: la Revolución.
Fue una masacre perpetrada por los revolucionarios maderistas el15 de mayo de 1911, durante la Toma de Torreón, cuyas calles, alas 3 de la tarde, estaban repletas de cadáveres, como lorelataron los periódicos de la época.
En ese 1911, la colonia china más considerable de México erala de Torreón, quien en ese entonces era una joven ciudad de casi20 años, por donde cruzaban las líneas del Ferrocarril CentralMexicano y el Internacional.
En ese entonces, la villa de Torreón, era una localidad dealrededor de 14 mil habitantes, la gran mayoría eran trabajadorespobres: horticultores, pequeños comerciantes, lavanderos,cocineros, pero también habían unos cuantos empresarioscapitalistas.
En está época, los chinos se presentaban, según sutradición, con excéntricas camisola parda de mangas muy anchas ylargas, los pantalones anchos casi como faldas, los zapatones delona y la centenaria coleta.
Muy pocos sabían decir alguna cosa en un español, y procurabanestar juntos y de hecho no convivían con los mexicanos.
Fue el intolerable Programa del Partido Liberal Mexicano de1906, quienes habían acusado a los chinos de privar de trabajo alas mexicanas, y pedían que se les negara la entrada.
En alguno de los mitines maderistas de ciudad Lerdo, Durango, sehabían mandado consignas contra su presencia en México, por lomucho que acaparaban los salarios.
Fue por lo anterior que se empezaron a realizar movimientoscontra la comunidad china, hasta llegar a lo que fue la masacremás violenta de ciudadanos de ese país en la historia delcontinente americano, según historiadores.
Los estudios e investigaciones académicas sobre este hecho sonescasos, y en los archivos de la localidad prácticamente noexisten las menciones al tema.
Es como si la matanza se olvidara durante casi un siglo, talcomo lo comentará el investigador Carlos Castañón Cuadros, delconsejo académico del Museo Arocena de Torreón.
"Hubo un silencio cómplice de una sociedad que no quisoafrontar o reconocer que fue parte de esa violencia, y la mejormanera de abordar ese terrible suceso histórico fue no hablando deello", destacó.
Las investigaciones sobre el inicio de la masacre coinciden enque decenas de vecinos saquearon los comercios de la ciudad,especialmente de la comunidad china.
Los agresores les acusaron de aliarse con las fuerzas dePorfirio Díaz, porque aparentemente los soldados federalesdispararon desde comercios y casas de los ciudadanos asiáticos,sin embargo, nunca se comprobó la versión.
Lo único claro es que en pocos minutos el saqueo se convirtióen violencia extrema contra los chinos.
