Gómez Palacio, Durango. - Las raíces no se olvidan y uno de los lugares más visitados para remembrar las diversas etapas revolucionarias en México y en donde Durango tiene un papel preponderante, es sin duda alguna, el Recinto de la Revolución de Gómez Palacio, ubicado en Hidalgo y Mártires.
El profesor Darío Valenzuela Luna, custodio de este sitio y promotor de la vida y obra del ilustre Jesús Agustín Castro, sostuvo que cientos de visitas ha registrado en 15 días, "principalmente por nuestros connacionales y hasta turistas, quienes se han interesado en conocer las distintas fases que inspiró a los próceres de la lucha armada.
Recordó que el pueblo tenía todo el derecho de quitarse el yugo de los gobiernos que bajo su inestable sistema "ahorcaban" la verdadera independencia.
Castro Rivera, explicó, fue uno de los militares y políticos más destacados y hasta la fecha es difícil quien lo supla, por su ciencia y sapiencia.
"Cuando termina la revolución, Don Venustiano Carranza, presidente de la República, lo hace gobernador de Chiapas y luego lo nombra gobernador de Oaxaca, para más tarde presentarlo ante el pueblo mexicano, como Secretario de Guerra y Marina".
No obstante, en ese tiempo, apareció la Constitución de 1917, la cual impidió que nombrará a Jesús Agustín Castro mandatario del estado de Durango, por lo que se invitó a la ciudadanía lo eligiera a través de la votación y el detalle aquí, - continuó--, que fue respaldado por dos de los diputados que elaboraron la Constitución.
Agustín Castro fue dos veces gobernador de Durango para después ser designado por el general Lázaro Cárdenas del Río, secretario de la Defensa Nacional.
El Recinto de la Revolución contiene más de 50 fotografías y es el propio profesor Darío Valenzuela, quien explica las ideas detrás de la Revolución Mexicana, además de que muestra una copia de la mascarilla mortuoria de Francisco Villa y la historia del Niño Soldado Gomezpalatino.
Este tipo de acervo, es el significado de la irrefutable batalla de los precursores de la libertad, igualdad e independencia para terminar con la monarquía absoluta de gobiernos ilimitados de proyectos intolerantes y por consecuencia, represores.
Con el apoyo de Agustín Castro, las fuerzas castrenses cobraron fuerza para derrocar a los enemigos del pueblo mexicano, subrayó.
