Gómez Palacio, Durango.- El panorama que se avizora para los productores nogaleros no es tan alentador como en años pasados, ya que tras el desplome del precio, se ven en la necesidad de vender a menor precio, a fin de vaciar los almacenes y evitar perder las cosechas, ello aunado a que en este 2019, la calidad no fue tan buena, por el escaso apoyo que se tuvo por parte de la federación y por lo tanto, la tecnificación para mejorar la madera del árbol, fue nula.
Pedro Luna Solís, uno de los principales productores locales, afirma que después de 25 años, este ha sido el peor, porque les compran por debajo de la media nacional, es decir de 90 pesos el kilo, bajó a 40, lo que representa casi un 50 por ciento, por lo que la cosecha en 10 mil hectáreas desde San Pedro, Coahuila hasta Rodeo, Durango, siguen en riesgo.
Recordó que años atrás el mercado local fue boyante, porque se exportaba casi el 80 por ciento a China y Estados Unidos sin intermediarios, pagando aranceles por debajo de un 25 por ciento, el cual se mantiene en la actualidad por la disputa arancelaria que mantienen estos dos países.
De no vender toda la producción, habrán de buscar otros canales comerciales, a fin de colocar la nuez wichita y western, porque ahora se atiende en un 80 por ciento el mercado nacional y un 20 por ciento se exporta, aunque muchos tienen problemas, tras no cumplir hoy en día, las severas reglas fitosanitarias o bien con los trámites de intercambios comerciales, tal como exige el gobierno de los Estados Unidos.
La Laguna también juega un papel preponderante en la producción de nuez, por debajo de Chihuahua, uno de los principales complejos con cosechas de más de 100 mil toneladas anuales (pecanera), sin embargo, el precio comenzó a desplomarse desde hace tres años por la incertidumbre económica que guardan los empresarios.
La vida útil de un nogal es de alrededor 100 años y a pesar de que se evita con las podas envejezca, en lugar de renovarse ya no dan mayor calidad, aunado ello a la falta de apoyo para lograr una mayor tecnificación, una vez que el nuevo gobierno se ha cerrado por completo al campo en solo un año.
“No queda más que malbaratar, de lo contrario afrontaremos pérdidas en un 80 por ciento, de ahí que nuestros clientes sean locales, lo que nos servirá de experiencia y para que el futuro lo negociemos nosotros mismos con otro tipo de apoyos, viendo que al nuevo gobierno no le importa la agricultura”, dijo.