/ sábado 12 de enero de 2019

Atrapado en su mundo perfecto

Aún con toda su farsa, el mundo es bello, dice Francisco Daniel

Gómez Palacio, Durango. - Francisco Daniel Ayala Villanueva no considera su discapacidad como un déficit o limitación personal, en cambio, la concibe como una responsabilidad social y sin barreras para ser útil.

Cierto, tiene movilidad limitada en la parte superior e inferior de su cuerpo como resultado de una distrofia muscular (afectación de neuronas motoras de la médula espinal) y pese a ello, no requiere de un tipo de dispositivo de asistencia para realizar su trabajo en el Instituto Municipal de la Juventud donde se desempeña como técnico en diseño gráfico y quien para trasladarse de su casa al trabajo requiere de una silla de ruedas, valiéndose por sí solo.

Francisco Daniel primero da gracias a Dios por haber nacido, luego a sus padres por protegerlo y guiarlo y finalmente, a la alcaldesa Leticia Herrera Ale, por darle trabajo, por creer que la discapacidad no tiene obstáculos.

Dany como mejor le conocen, tiene 37 años de edad, es del Barrio del “Parralito” y desde los 3 años sus padres creyeron moriría, tras serle identificada su enfermedad, la cual le fue tratada en la Ciudad de México por el mismo doctor (no recordó su nombre) que atendió al exboxeador Mohamed Alí, quien sufría del mal de Parkinson en aquel entonces, para después proseguir su tratamiento en el CREE de Gómez Palacio, retornando finalmente a su casa a los 5 años para continuar con su recuperación.

Como todo empleado, cumple cabalmente al servicio del Ayuntamiento gomezpalatino.


Nuestro entrevistado concentra la debilidad de sus músculos en su inteligencia y es donde encarna la fuerza y sapiencia para cumplir como un trabajador más del Ayuntamiento, quizá enfrentando penurias y dificultades, pero sin estigmas y prejuicios.

“La gente que no quiere progresar es por miedo, no hay obstáculos y como ejemplo puedo demostrar que puedo abordar el reto, porque quiero llevar una vida independiente como cualquier otro”, subrayó.

Por ello, reiteró su agradecimiento a la presidenta municipal Lety Herrera por creer en él, “por creer que un discapacitado también puede hacer funciones esenciales de trabajo en una oficina".

Afirma que no hay obstáculos parta la discapacidad.


Ayala Villanueva quien también es capturista de base de datos, se ha propuesto ser un empleado ejemplar, porque sabe que el entorno no es una fábrica de deseos "y puede sonar injusto, porque en un mundo plural no debe haber discriminación y rechazo, "pero no pongo condiciones, al contrario, creo que no es crimen ser creativo y es lo que trato de hacer todos los días pese a los obstáculos diarios".

Afirma que aún con toda su farsa, el mundo es bello, “la vida un regocijo y por ello todos deben patear el fracaso para dejar de ser otoño gris, demostrando a la vez con ello, destreza en cada actividad”.

"Debemos tener siempre la facilidad de hacer versos de gratitud a la vida, porque los que se rinden nunca ganan; saber y comprender que no hay atajos para llegar al objetivo y luchar con coraje para perseguir tus sueños. Yo lo hice ¡y lo logré!".


Asegura también que ser discapacitado significa orgullo no vergüenza, porque es la mente quien crea los límites.

"No tendré manos ágiles, pero sí el corazón bien puesto y prueba de ello es que tras mi recorrido el cual alguna vez consideré amargo, ha sido de éxitos, trabajo y de amigos... por mi perseverancia".

Externa su gratitud a sus compañeros del Instituto Municipal de la Juventud; a su padre Francisco Ayala, quien pone la fuerza física para levantarlo cada mañana; a su madre María Rosaura Villanueva, por su aliento emocional y a su hermana Rossana por ser también excelente compañera y consejera.

Francisco Javier se mueve a través de una silla eléctrica dotada de diversos controles y el próximo 16 de febrero cumple 10 años como empleado de la presidencia municipal en donde además se desempeña como coordinador de estímulos juveniles, atendiendo la solicitud de becas de transporte.

Puede leer:


Pese a su enfermedad, la cual es hereditaria (neomuscular de carácter genético por la pérdida de fuerza en manos y pies), Dany se erige airoso cual pájaro con alas de seda, para recordar que el camino no es incierto y mucho menos la discapacidad es un obstáculo pese a que muchos sigan cuestionando el propósito de Dios en este mundo.

“Debemos aceptarnos tal como somos. No me avergüenzo y quiero ser ejemplo para quienes se levantan diariamente con la derrota, e insisto, los obstáculos están en la mente”, concluyó.

Gómez Palacio, Durango. - Francisco Daniel Ayala Villanueva no considera su discapacidad como un déficit o limitación personal, en cambio, la concibe como una responsabilidad social y sin barreras para ser útil.

Cierto, tiene movilidad limitada en la parte superior e inferior de su cuerpo como resultado de una distrofia muscular (afectación de neuronas motoras de la médula espinal) y pese a ello, no requiere de un tipo de dispositivo de asistencia para realizar su trabajo en el Instituto Municipal de la Juventud donde se desempeña como técnico en diseño gráfico y quien para trasladarse de su casa al trabajo requiere de una silla de ruedas, valiéndose por sí solo.

Francisco Daniel primero da gracias a Dios por haber nacido, luego a sus padres por protegerlo y guiarlo y finalmente, a la alcaldesa Leticia Herrera Ale, por darle trabajo, por creer que la discapacidad no tiene obstáculos.

Dany como mejor le conocen, tiene 37 años de edad, es del Barrio del “Parralito” y desde los 3 años sus padres creyeron moriría, tras serle identificada su enfermedad, la cual le fue tratada en la Ciudad de México por el mismo doctor (no recordó su nombre) que atendió al exboxeador Mohamed Alí, quien sufría del mal de Parkinson en aquel entonces, para después proseguir su tratamiento en el CREE de Gómez Palacio, retornando finalmente a su casa a los 5 años para continuar con su recuperación.

Como todo empleado, cumple cabalmente al servicio del Ayuntamiento gomezpalatino.


Nuestro entrevistado concentra la debilidad de sus músculos en su inteligencia y es donde encarna la fuerza y sapiencia para cumplir como un trabajador más del Ayuntamiento, quizá enfrentando penurias y dificultades, pero sin estigmas y prejuicios.

“La gente que no quiere progresar es por miedo, no hay obstáculos y como ejemplo puedo demostrar que puedo abordar el reto, porque quiero llevar una vida independiente como cualquier otro”, subrayó.

Por ello, reiteró su agradecimiento a la presidenta municipal Lety Herrera por creer en él, “por creer que un discapacitado también puede hacer funciones esenciales de trabajo en una oficina".

Afirma que no hay obstáculos parta la discapacidad.


Ayala Villanueva quien también es capturista de base de datos, se ha propuesto ser un empleado ejemplar, porque sabe que el entorno no es una fábrica de deseos "y puede sonar injusto, porque en un mundo plural no debe haber discriminación y rechazo, "pero no pongo condiciones, al contrario, creo que no es crimen ser creativo y es lo que trato de hacer todos los días pese a los obstáculos diarios".

Afirma que aún con toda su farsa, el mundo es bello, “la vida un regocijo y por ello todos deben patear el fracaso para dejar de ser otoño gris, demostrando a la vez con ello, destreza en cada actividad”.

"Debemos tener siempre la facilidad de hacer versos de gratitud a la vida, porque los que se rinden nunca ganan; saber y comprender que no hay atajos para llegar al objetivo y luchar con coraje para perseguir tus sueños. Yo lo hice ¡y lo logré!".


Asegura también que ser discapacitado significa orgullo no vergüenza, porque es la mente quien crea los límites.

"No tendré manos ágiles, pero sí el corazón bien puesto y prueba de ello es que tras mi recorrido el cual alguna vez consideré amargo, ha sido de éxitos, trabajo y de amigos... por mi perseverancia".

Externa su gratitud a sus compañeros del Instituto Municipal de la Juventud; a su padre Francisco Ayala, quien pone la fuerza física para levantarlo cada mañana; a su madre María Rosaura Villanueva, por su aliento emocional y a su hermana Rossana por ser también excelente compañera y consejera.

Francisco Javier se mueve a través de una silla eléctrica dotada de diversos controles y el próximo 16 de febrero cumple 10 años como empleado de la presidencia municipal en donde además se desempeña como coordinador de estímulos juveniles, atendiendo la solicitud de becas de transporte.

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Pese a su enfermedad, la cual es hereditaria (neomuscular de carácter genético por la pérdida de fuerza en manos y pies), Dany se erige airoso cual pájaro con alas de seda, para recordar que el camino no es incierto y mucho menos la discapacidad es un obstáculo pese a que muchos sigan cuestionando el propósito de Dios en este mundo.

“Debemos aceptarnos tal como somos. No me avergüenzo y quiero ser ejemplo para quienes se levantan diariamente con la derrota, e insisto, los obstáculos están en la mente”, concluyó.

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