Gómez Palacio, Durango. - Andrés Manuel López Obrador, ha olvidado su actitud reconciliadora y que es el presidente de la República Mexicana, porque pareciera ser que anda en campaña.
El padre Julio Carrillo Gaucín, tras calificar el trabajo que ha emprendido el mandatario, dijo que también ha dejado en el archivo los grandes retos para combatir la inseguridad y la corrupción "lo que tanto pregonó".
Añadió que en caso de seguir con los despidos masivos como sucedió en el SAT, México se podría convertir en un caos social, fortaleciéndose la inseguridad, porque muchos robarían con tal de comer.
Sigue acercando los errores del pasado, cuando la sociedad lo que desea es algo nuevo para lograr el tan ansiado cambio que los acerque más al bienestar que todos anhelamos, porque con este tipo de prácticas habrá mayor pobreza, porque miles se quedarán sin trabajo.
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A López Obrador le falta mayor seriedad, porque se contradice, dice hoy una cosa y mañana otra, como si siguiera en campaña.
También debe dejar en el baúl ese carácter agrio de intelectual que le caracteriza y enfrentarse a la realidad, al México pobre, al de la esperanza y a la sociedad desesperada por falta de trabajo y oportunidades.
Al Gobierno Federal le hace falta mayor promoción humana, acercar a las familias para conocer sus problemas y dar soluciones para atacar la miseria en que se encuentran inmersos 32 millones de mexicanos.
La pobreza extrema es el sello mexicano y lejos de pensar en poner trenes, remozar aeropuertos o pensar en grande, lo que debe hacer López Obrador es comenzar desde abajo porque así se construye un edificio.
Que deje atrás los resentimientos, los rencores y se dedique a construir el país, el cual, a seguir con las malas prácticas, podría alzarse y los primeros visos se han dado en los campesinos que reclaman mayor presupuesto y los del SAT quienes sólo reclaman su trabajo logrado años atrás.
"Debe recapacitar y enderezar el rumbo y al mismo tiempo deshacerse de sus pésimos asesores", concluyó