Se acerca el día de muertos y con ello, es típico ver en las panaderías y supermercados el tradicional pan de muerto, pero desde luego aún más tradicional es comprarlo y saborearlo con una exquisita taza de chocolate o café. Pero, ¿Conoces el origen del pan de muerto?
Pues bien, tenemos que remontarnos hasta las culturas prehispánicas, donde para conmemorar a los muertos se deleitaban con un corazón humano envuelto en semillas de amaranto, algo que al llegar los españoles, les espantó y decidieron cambiarlo poco a poco por algo que no fuera tan cruel o salvaje.
Pero existen tres versiones sobre el origen del pan, una de ellas apuntaba a suplir el corazón humano por una pieza de pan pintado en color rojo, la otra señala que se realizaba una ofrenda dedicada a las mujeres que mueren durante su primer parto, ya que se tenía la creencia de que los espíritus de estas mujeres rondaban causando enfermedades en los niños, por lo que se les realizaban ritos ofreciéndoles pan de diversas figuras hechos a base de amaranto.
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La otra es que el pan de muerto responde a un rito en el que simbólicamente los habitantes consumían a la divinidad, a Huitzilopochtli. Para este ritual se elaboraba un Huitzilopochtli de alegría con un corazón de amaranto que luego era consumido por la comunidad.
Por su parte el pan de muerto en el altar tiene un valor simbólico; las cuatro canillas en forma de cruz simbolizan los puntos cardinales, los cuatro elementos de la naturaleza o las cuatro divinidades prehispánicas: Quetzalcóatl-Camaxtli, Xipetotec, Tláloc-Huitzilopochtli y Tezcatlipoca.
Otra interpretación simbólica es que la corona superior representa al cráneo del difunto y las canillas de los lados son los huesos, la cumbre del pan simboliza el corazón de los muertos y el sabor de azahar es un distintivo para recordar a los fallecidos.