Existe una normativa con la cual se deben de regir cualquier institución, dependencia o grupo que atiende el tema de las adicciones, la Norma Oficial Mexicana número 28 establece un sistema de administración de la seguridad en los procesos y equipos críticos que manejan sustancias químicas peligrosas, además de los requisitos en las áreas de prevención y tratamiento.
Así lo explicó Rafael Mora Garza, director del Centro de Integración Juvenil (CIJ) Torreón, quien además detalló que en el tratamiento existen tres formas de atender a pacientes con problemas de adicción: consulta externa, internamiento voluntario y anexo forzoso.
La primera que es la manera en la que el CIJ atiende es donde los pacientes acuden por su voluntad a recibir la atención. Este tratamiento es brindado por psicólogos, médicos, trabajadora social.
“Acuden a sus terapias y se regresan a su casa. Uno de los requisitos es que la persona tiene que desear el tratamiento, cuando no quieren ir lo que se recomienda a la familia es que acudan ellos para ir viendo que cambios se deben hacer en la dinámica familiar para que el paciente acuda”, expresó Mora Garza.
El internamiento voluntario es cuando las personas con problemas de adicciones desean internarse: “En estos grupos hay variantes, algunos nada más los reciben y otros que van por ellos hasta sus casas”, expresó Mora Garza, cuando son en contra de su voluntad establecen estrategias con la familia para ir por el paciente, pero siempre con una carta responsiva para poderlo ingresar”.
Previo a que la familia tome la decisión de anexar a su pariente ya hay toda una historia de problemas y violencia, entonces ven a los Centros de Rehabilitación como una salvación.
Rafael Mora expresó que en los CIJ “siempre hay que intentar el tratamiento en consulta externa porque ahí es donde vas viendo si las personas van realizando cambios en su vida para no volver a consumir drogas”.
“Cuando el anexo es la alternativa única los pacientes son internados y es por eso que no consumen, pero al salir volverá nuevamente a consumir ya que en la mayoría de los casos no hay una conciencia de enfermedad y la recaída será inminente”, dijo Rafael Mora.
Por otra parte, los grupos de puerta cerrada, serían también el anexo forzoso o involuntario. Omar Villarreal, director de Libérate Laguna, mencionó que el alcohólico o adicto es como un paciente psiquiátrico, marcado como un trastorno a sustancias adictivas.
Señaló que el abuso de sustancias adictivas hace que el paciente no tenga la facultad de tomar decisiones y es por eso que la familia está en todo su derecho de solicitar intervención de un centro de rehabilitación.
De acuerdo con Omar Villareal el 80 por ciento de los rehabilitados fueron internados forzosamente: “No necesariamente el voluntario se va a salvar, siempre va chantajeado, que el papá le comprará un carro o por que la esposa regresará y por eso ‘sanan’”.
Resaltó que en torreón existe una patrulla que se encarga de los anexos forzosos, la de atención a víctimas del delito comandada por mujeres, “a veces se ve violento cuando el paciente no se deja agarrar”; sin embargo, esa fuerza se utiliza para salvarle la vida, se llaman técnicas de inmovilización.
