/ jueves 18 de noviembre de 2021

“He visto morir a padres y madres sumidos en la soledad por el Covid”: Médico

Médicos y enfermeros, héroes de la pandemia de Covid, reciben un sentido homenaje por parte de la Diócesis de Torreón

Torreón, Coahuila.- El médico Hugo Ruiz, líder del área Covid en la Clínica 16 del IMSS desde abril del 2020, fue uno de los héroes de la salud que recibieron un sentido homenaje por parte de la Diócesis de Torreón y en la que relató cómo ha visto morir a padres, madres, hermanos e hijos sumidos en la soledad por el Covid-19.

En medio de un ambiente en el que se percibía el dolor y tristeza por los que ya se han ido –en muchos de los casos sin despedirse- a los pies del Cristo de las Noas, los trabajadores de la Salud fueron homenajeados por su titánica labor en el frente de batalla, una ceremonia que encabezó el Obispo Luis Martín Barraza Beltrán.

Junto al médico Hugo Ruiz, el enfermero Alexis Cabrales y la doctora Maura Huerta, también empleados del IMSS, compartieron detalles de lo que vivieron en medio de la batalla contra el virus que sigue cobrando la vida de personas en La Laguna y en todo el mundo.

Foto: Arturo Salazar | El Sol de La Laguna

Con titubeos y cierto nerviosismo el Hugo Ruiz tomó el micrófono para hablar ante los asistentes a dicho homenaje, a quienes les narró que en un lapso de ya casi dos años han vivido todo tipo de experiencias, muchas de ellas cercanas a la muerte.

“Me considero una persona de carácter fuerte, pero esta crisis ha sido lo peor a lo que me he enfrentado en mi vida. Ha sido tan difícil que me es complicado elegir alguna anécdota para contarles hoy”, resaltó el galeno.

“He visto morir a padres, madres, hermanos e hijos sumidos en la soledad, sintiendo que la vida se les va. La conclusión que les puedo dar es que ha sido terrible, desde el inicio y hasta ahora, el luchar contra esta enfermedad aún desconocida, cruel y mortal. El ver tantas muertes me ha hecho perder la esperanza por momentos y, debo confesar que he dudado de la existencia de Dios”, confesó.

Por su parte, Alexis Cabrales, quien estudió la Licenciatura en Enfermería, admitió que recién egresó de la carrera y ha sentido la impotencia de no saber qué hacer ante un enemigo invisible, sobre todo porque como dijo él (Hugo Ruiz), se enfrentaron al miedo de infectar a sus seres queridos.

Foto: Arturo Salazar | El Sol de La Laguna

“Ha sido de vivir con el miedo de infectar a tu familia, en mi caso yo vivo con mi abuela, no puedo llegar y abrazarla, tuvimos que cambiar nuestros hábitos al llegar a nuestros hogares”.

“Todo esto que hemos vivido en estos ya casi dos años nos ha unido más a todo el personal del hospital, ya no había tantas disputas por material, disputas internas, ya era más un apoyo, una unión el hecho de que cuando entras al área Covid y es ir a la guerra, porque tienes que ir con todo el equipo de protección, porque es desde que entras y hasta que sales es cuando puedes ir al baño o a tomar agua”.

El joven enfermero, con la voz entrecortada, puso fin a su discurso sin poder hilvanar una palabra más y aceptó que hubo momentos en los que ellos ya no podían más ante tanta desgracia y muerte de pacientes y compañeros que perdieron la batalla.

Cuando le llegó el momento de tomar la palabra a la doctora Maura Huerta, primero rezó un padre nuestro ante los asistentes y luego recordó que ella es una sobreviviente del virus.

Ella y su esposo se enfermaron de Covid-19 en octubre de 2020 y relató que pese a que hubo momentos en los que sentía desfallecer en un confinamiento domiciliario que parecía no tener fin, ambos lograron “salir adelante y sobrevivir”.

Foto: Arturo Salazar | El Sol de La Laguna

“El 23 de octubre del año pasado, enorme coincidencia que fue el Día del Médico, sospecho que tengo Covid, era una cefalea intensa que no se parecía a mis migrañas habituales, era un malestar general que me impidió levantarme. Solicitamos al laboratorio una prueba y salimos positivos mi esposo y yo. En ese momento iniciamos el aislamiento domiciliario con el tratamiento que nos obligaba a olvidarme de mi papel de médico y convertirme en paciente”.

“Encerrada en mi habitación con la fortuna de tener el sanitario a diez pasos de mi sillón, así pasé cuatro días, pero el cuarto día el llegar al baño me costaba tanto trabajo que tenía que usar un apoyo a la mitad del camino, empecé a batallar para respirar, sospeché que se trataba de una neumonía, que el tratamiento no estaba dando lo que yo estaba esperando”.

Su marido también estaba contagiado de Covid, postrado en la otra recámara empezaba a agonizar. “Esto no ha terminado, necesitamos saber que tenemos que seguir trabajando para que el Covid no nos gane”, animaba a su esposo.

“Mi jefe de Urgencias está en una cajita hecho cenizas, un buen amigo director de un hospital decidió no irse a pesar de tener una cirugía extensa de corazón abierta con comorbilidades; decidió quedarse, él ya está en una cajita también de cenizas. Un coordinador de la tarde de uno de los hospitales en el que yo trabajo, se enfermó, sobrevivió, se reinfectó, un día me dijo: ‘doctora, mi hija es dentista, te la encargo; no creo que yo vaya a volver’. Y no volvió. A algunos nos tocó quedarnos, yo me pregunto para qué”.

El Cristo de las Noas se pintó de azul y rojo en una noche en la que se recordaron a quienes ya no están más en la tierra, a quienes perdieron la batalla ante el Covid-19, pero también se exaltó la labor que sigue realizando el personal del Sector Salud.

Torreón, Coahuila.- El médico Hugo Ruiz, líder del área Covid en la Clínica 16 del IMSS desde abril del 2020, fue uno de los héroes de la salud que recibieron un sentido homenaje por parte de la Diócesis de Torreón y en la que relató cómo ha visto morir a padres, madres, hermanos e hijos sumidos en la soledad por el Covid-19.

En medio de un ambiente en el que se percibía el dolor y tristeza por los que ya se han ido –en muchos de los casos sin despedirse- a los pies del Cristo de las Noas, los trabajadores de la Salud fueron homenajeados por su titánica labor en el frente de batalla, una ceremonia que encabezó el Obispo Luis Martín Barraza Beltrán.

Junto al médico Hugo Ruiz, el enfermero Alexis Cabrales y la doctora Maura Huerta, también empleados del IMSS, compartieron detalles de lo que vivieron en medio de la batalla contra el virus que sigue cobrando la vida de personas en La Laguna y en todo el mundo.

Foto: Arturo Salazar | El Sol de La Laguna

Con titubeos y cierto nerviosismo el Hugo Ruiz tomó el micrófono para hablar ante los asistentes a dicho homenaje, a quienes les narró que en un lapso de ya casi dos años han vivido todo tipo de experiencias, muchas de ellas cercanas a la muerte.

“Me considero una persona de carácter fuerte, pero esta crisis ha sido lo peor a lo que me he enfrentado en mi vida. Ha sido tan difícil que me es complicado elegir alguna anécdota para contarles hoy”, resaltó el galeno.

“He visto morir a padres, madres, hermanos e hijos sumidos en la soledad, sintiendo que la vida se les va. La conclusión que les puedo dar es que ha sido terrible, desde el inicio y hasta ahora, el luchar contra esta enfermedad aún desconocida, cruel y mortal. El ver tantas muertes me ha hecho perder la esperanza por momentos y, debo confesar que he dudado de la existencia de Dios”, confesó.

Por su parte, Alexis Cabrales, quien estudió la Licenciatura en Enfermería, admitió que recién egresó de la carrera y ha sentido la impotencia de no saber qué hacer ante un enemigo invisible, sobre todo porque como dijo él (Hugo Ruiz), se enfrentaron al miedo de infectar a sus seres queridos.

Foto: Arturo Salazar | El Sol de La Laguna

“Ha sido de vivir con el miedo de infectar a tu familia, en mi caso yo vivo con mi abuela, no puedo llegar y abrazarla, tuvimos que cambiar nuestros hábitos al llegar a nuestros hogares”.

“Todo esto que hemos vivido en estos ya casi dos años nos ha unido más a todo el personal del hospital, ya no había tantas disputas por material, disputas internas, ya era más un apoyo, una unión el hecho de que cuando entras al área Covid y es ir a la guerra, porque tienes que ir con todo el equipo de protección, porque es desde que entras y hasta que sales es cuando puedes ir al baño o a tomar agua”.

El joven enfermero, con la voz entrecortada, puso fin a su discurso sin poder hilvanar una palabra más y aceptó que hubo momentos en los que ellos ya no podían más ante tanta desgracia y muerte de pacientes y compañeros que perdieron la batalla.

Cuando le llegó el momento de tomar la palabra a la doctora Maura Huerta, primero rezó un padre nuestro ante los asistentes y luego recordó que ella es una sobreviviente del virus.

Ella y su esposo se enfermaron de Covid-19 en octubre de 2020 y relató que pese a que hubo momentos en los que sentía desfallecer en un confinamiento domiciliario que parecía no tener fin, ambos lograron “salir adelante y sobrevivir”.

Foto: Arturo Salazar | El Sol de La Laguna

“El 23 de octubre del año pasado, enorme coincidencia que fue el Día del Médico, sospecho que tengo Covid, era una cefalea intensa que no se parecía a mis migrañas habituales, era un malestar general que me impidió levantarme. Solicitamos al laboratorio una prueba y salimos positivos mi esposo y yo. En ese momento iniciamos el aislamiento domiciliario con el tratamiento que nos obligaba a olvidarme de mi papel de médico y convertirme en paciente”.

“Encerrada en mi habitación con la fortuna de tener el sanitario a diez pasos de mi sillón, así pasé cuatro días, pero el cuarto día el llegar al baño me costaba tanto trabajo que tenía que usar un apoyo a la mitad del camino, empecé a batallar para respirar, sospeché que se trataba de una neumonía, que el tratamiento no estaba dando lo que yo estaba esperando”.

Su marido también estaba contagiado de Covid, postrado en la otra recámara empezaba a agonizar. “Esto no ha terminado, necesitamos saber que tenemos que seguir trabajando para que el Covid no nos gane”, animaba a su esposo.

“Mi jefe de Urgencias está en una cajita hecho cenizas, un buen amigo director de un hospital decidió no irse a pesar de tener una cirugía extensa de corazón abierta con comorbilidades; decidió quedarse, él ya está en una cajita también de cenizas. Un coordinador de la tarde de uno de los hospitales en el que yo trabajo, se enfermó, sobrevivió, se reinfectó, un día me dijo: ‘doctora, mi hija es dentista, te la encargo; no creo que yo vaya a volver’. Y no volvió. A algunos nos tocó quedarnos, yo me pregunto para qué”.

El Cristo de las Noas se pintó de azul y rojo en una noche en la que se recordaron a quienes ya no están más en la tierra, a quienes perdieron la batalla ante el Covid-19, pero también se exaltó la labor que sigue realizando el personal del Sector Salud.

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