/ jueves 3 de marzo de 2022

Pentagón: 26 años del accidente que lo dejó muerto en el ring

Por única ocasión estarán los personajes de Chuy Andrade entre los encordonados representados por sus hermanos

Gómez Palacio, Durango. – “Intenté suicidarme. Por favor, no lo hagan. Yo fui cobarde. Hay momentos difíciles en nuestra vida pero con ayuda de Dios salimos delante de todo tipo de problemas: físicos, económicos. Lloré amargamente y pedí perdón. Y ahora, después de 26 años volveré para revivir mi experiencia”, señaló Jesús Andrade Salazar, mejor conocido como Espanto Jr, Santo Negro, Mil Nombres o Primer Pentagón.

La Arena Olímpico Laguna resonó entre aplausos al ver entrar a la estrella lagunera, pero el momento más emotivo fue cuando subió al ring. Las palabras sobraron y el cariño de la gente se sintió en cada rincón. El luchador, con lágrimas en los ojos, agradeció su regresó al encordonado durante un magno evento luchístico donde tuvo participación la Dinastía Andrade y, en el cual, por única ocasión estuvieron los personajes de Chuy Andrade representados por sus hermanos, siendo éste la figura principal con su testimonio sobre el accidente que hace 26 años lo alejó del deporte y por el cual recibió una estatuilla en su honor.

Al principio no lo extrañaba. Pero conforme fui subiendo a dar mi testimonio sentía ese deseo de luchar, me ardía por dentro y me quemaba por hacerlo. Sueño despierto que ando luchando con mis rivales e incluso con mis hermanos. Lo que fue ya no será. Comencé a los 12 años en la lucha olímpica en el Gimnasio Municipal Luis L. Vargas de Gómez Palacio, hasta que en 1996 en el Auditorio Morelos de Aguascalientes mi vida se detuvo, llegué muerto al hospital. Por esto quiero escucharlos: 'señor Pentagón, la porra te saluda", expresó Chuy.

La carrera de Jesús Andrade en el mundo de la lucha libre es digna de reconocerse y no solo por haber esquivado la muerte dentro del ring, sino que desde 1970 comenzó a destacar en esta práctica cuando asistió a los Nacionales de Lucha olímpica a Xalapa, Veracruz, aunque confesó que regresó sin medalla a comparación de sus otros compañeros. Después debutó como el Moro II en el Centro Deportivo Ferrocarrilero y fue hasta 1978 que inició con el nombre del Moro en la Plaza de Toros.

La Dinastía Andrade es de grandes luchadores. Profesionalismo, responsabilidad y cumplirle a la gente, así quiero que sean todos y no queremos fallarles. Yo no me considero una estrella, pero sí tuve grandes peleas. Pasé por la Empresa Mexicana de Lucha Libre, que ahora es el Consejo Mexicano de Lucha Libre (CMLL), a luchar como el Moro, pero el comisionado de ese entonces me dijo que no podía usar ese nombre”, señaló.

Tras lo anterior, Jesús regresó a Gómez Palacio, donde lo invitan a la lucha libre internacional al Toreo de Cuatro Caminos en Naucalpan, apareciendo por primer vez como Espanto Junior: “El promotor Francisco Flores me invitó a su empresa que era internacional y eso me llenó de orgullo, tuve esa satisfacción. Después llegué a la AAA y luego de un tiempo ya no le interesó y me sugirieron usar el Santo Negro. Pero por problemas con la familia del Hijo del Santo se perdió ese personaje. Tras eso nació Pentagón y de ahí toda mi carrera fue ascendente. Lo digo con mucho orgullo porque estaba preparado y gracias a Dios llegué hasta las estrellas”.

Llega el accidente, cambia su vida

Corría el año de 1996 cuando en el Auditorio Morelos de Aguascalientes luchaban Octagón, Último Dragón y Elia Park contra Cibernético, Nicho El Millonario y Pentagón. Durante el combate hubo un momento que puso tenso a todo aquel que estaba presenciándolo: Chuy quedó “muerto en el ring”, luego de caer mal causando que se le abrieran las cervicales, golpeándose la médula, según se lo explicó el doctor que lo atendió luego de ser trasladado al hospital.

“Ahí (en el hospital) se encontraba la Parka y lloraba. Pienso que Dios se compadeció y volví a la vida, no podía respirar y me entubaron. Estuve varios días en coma, no podía moverme ni hablar, era una pesadilla para mí. A los 15 días me trajeron Torreón, luego a Gómez Palacio y tampoco. Yo podía solo mover un poquito la pierna. A los dos meses empecé a dar mis primeros pasos y me comprometí a cumplirle a Dios yendo a las arenas a dar mi testimonio”, externó.

Así pues, Andrade recalcó que el apoyo de su familia, amigos y compañeros fue fundamental. Sin embargo, no dudo en expresar que la principal fortaleza en su vida fue Jesucristo. Por esto, agradeció que el próximo sábado 6 de marzo del presente año se llevará a cabo el magno evento en el cual podrá recordar y transmitir un mensaje de lucha y superación luego de un momento complicado que lo alejó de lo que más amaba en su vida.

Gómez Palacio, Durango. – “Intenté suicidarme. Por favor, no lo hagan. Yo fui cobarde. Hay momentos difíciles en nuestra vida pero con ayuda de Dios salimos delante de todo tipo de problemas: físicos, económicos. Lloré amargamente y pedí perdón. Y ahora, después de 26 años volveré para revivir mi experiencia”, señaló Jesús Andrade Salazar, mejor conocido como Espanto Jr, Santo Negro, Mil Nombres o Primer Pentagón.

La Arena Olímpico Laguna resonó entre aplausos al ver entrar a la estrella lagunera, pero el momento más emotivo fue cuando subió al ring. Las palabras sobraron y el cariño de la gente se sintió en cada rincón. El luchador, con lágrimas en los ojos, agradeció su regresó al encordonado durante un magno evento luchístico donde tuvo participación la Dinastía Andrade y, en el cual, por única ocasión estuvieron los personajes de Chuy Andrade representados por sus hermanos, siendo éste la figura principal con su testimonio sobre el accidente que hace 26 años lo alejó del deporte y por el cual recibió una estatuilla en su honor.

Al principio no lo extrañaba. Pero conforme fui subiendo a dar mi testimonio sentía ese deseo de luchar, me ardía por dentro y me quemaba por hacerlo. Sueño despierto que ando luchando con mis rivales e incluso con mis hermanos. Lo que fue ya no será. Comencé a los 12 años en la lucha olímpica en el Gimnasio Municipal Luis L. Vargas de Gómez Palacio, hasta que en 1996 en el Auditorio Morelos de Aguascalientes mi vida se detuvo, llegué muerto al hospital. Por esto quiero escucharlos: 'señor Pentagón, la porra te saluda", expresó Chuy.

La carrera de Jesús Andrade en el mundo de la lucha libre es digna de reconocerse y no solo por haber esquivado la muerte dentro del ring, sino que desde 1970 comenzó a destacar en esta práctica cuando asistió a los Nacionales de Lucha olímpica a Xalapa, Veracruz, aunque confesó que regresó sin medalla a comparación de sus otros compañeros. Después debutó como el Moro II en el Centro Deportivo Ferrocarrilero y fue hasta 1978 que inició con el nombre del Moro en la Plaza de Toros.

La Dinastía Andrade es de grandes luchadores. Profesionalismo, responsabilidad y cumplirle a la gente, así quiero que sean todos y no queremos fallarles. Yo no me considero una estrella, pero sí tuve grandes peleas. Pasé por la Empresa Mexicana de Lucha Libre, que ahora es el Consejo Mexicano de Lucha Libre (CMLL), a luchar como el Moro, pero el comisionado de ese entonces me dijo que no podía usar ese nombre”, señaló.

Tras lo anterior, Jesús regresó a Gómez Palacio, donde lo invitan a la lucha libre internacional al Toreo de Cuatro Caminos en Naucalpan, apareciendo por primer vez como Espanto Junior: “El promotor Francisco Flores me invitó a su empresa que era internacional y eso me llenó de orgullo, tuve esa satisfacción. Después llegué a la AAA y luego de un tiempo ya no le interesó y me sugirieron usar el Santo Negro. Pero por problemas con la familia del Hijo del Santo se perdió ese personaje. Tras eso nació Pentagón y de ahí toda mi carrera fue ascendente. Lo digo con mucho orgullo porque estaba preparado y gracias a Dios llegué hasta las estrellas”.

Llega el accidente, cambia su vida

Corría el año de 1996 cuando en el Auditorio Morelos de Aguascalientes luchaban Octagón, Último Dragón y Elia Park contra Cibernético, Nicho El Millonario y Pentagón. Durante el combate hubo un momento que puso tenso a todo aquel que estaba presenciándolo: Chuy quedó “muerto en el ring”, luego de caer mal causando que se le abrieran las cervicales, golpeándose la médula, según se lo explicó el doctor que lo atendió luego de ser trasladado al hospital.

“Ahí (en el hospital) se encontraba la Parka y lloraba. Pienso que Dios se compadeció y volví a la vida, no podía respirar y me entubaron. Estuve varios días en coma, no podía moverme ni hablar, era una pesadilla para mí. A los 15 días me trajeron Torreón, luego a Gómez Palacio y tampoco. Yo podía solo mover un poquito la pierna. A los dos meses empecé a dar mis primeros pasos y me comprometí a cumplirle a Dios yendo a las arenas a dar mi testimonio”, externó.

Así pues, Andrade recalcó que el apoyo de su familia, amigos y compañeros fue fundamental. Sin embargo, no dudo en expresar que la principal fortaleza en su vida fue Jesucristo. Por esto, agradeció que el próximo sábado 6 de marzo del presente año se llevará a cabo el magno evento en el cual podrá recordar y transmitir un mensaje de lucha y superación luego de un momento complicado que lo alejó de lo que más amaba en su vida.

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