El altar de muertos es una tradición mexicana que data desde la época de la colonia, cuando nace la Nueva España; justo en el momento donde se mezclan las dos culturas, indígena y española, en México se conmemora la muerte como una fiesta, lejos de ser algo triste se convoca como una festividad.
Montarlo es un ritual que habla mucho de la cultura en México, en Pátzcuaro, Oaxaca o Michoacán, son algunos de los estados donde se tiene una mayor profundidad, y eso precisamente refleja que en la actualidad la cultura está viva.
Así lo explicó Carlos Castañón Cuadros, historiador de la ciudad de Torreón, quien señaló que un altar de muertos es una representación de la muerte, simbólicamente es el encuentro de dos mundos; de los vivos y muertos.
Mencionó que como sociedad en las familias se procura llevar una memoria de los seres queridos que ya partieron, una fotografía, un objeto y actualmente el tener las cenizas dentro de las casas, lo que representa el recuerdo de la muerte.
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Los elementos principales con los que debe contar el altar, detalló, están los niveles; los inferiores representan el inframundo y el nivel terrenal, los superiores son el ascenso celestial, son el transito del espíritu al más allá.
Además están los adornos con Flor de Cempasúchil, donde se nota lo arraigada que está la cultura indígena en este ritual, además la caña, azúcar, cítricos, naranjas, papel picado, que representan la vida.
Algunos platillos preferidos del difunto, mole, enchiladas, chiles rellenos, incluso las bebidas alcohólicas, pan de muerto y calaveritas de azúcar.
El copal o el incienso, es algo muy tradicional, una esencia considerada sagrada en la cultura prehispánica, además el altar de muertos no es solo algo que solo se ve sino que también se huele.
Vaso de agua sirve para calmar la sed del espíritu, un perro es quien acompaña el tránsito del alma hasta el más allá.