/ martes 20 de julio de 2021

Venciendo gigantes 

No podemos sentirnos paralizados por el miedo y derrotados de antemano, la nueva ola de contagios de la variante de Covid 19 está en un punto crítico, las malas noticias aunadas con medias verdades crean un sentimiento de confusión y desaliento.

Un desafío personal es un reto que nos imponemos a nosotros mismos es una manera de auto estimularnos, a tomar medidas prudentes, el desafío no se aplica a la obtención de un logro sin importancia, sino que conlleva esfuerzo, lucha y tenacidad. LA SOCIEDAD MODERNA NO TOMA EN SERIO NI CONSIDERA LAS FUERZAS ESPIRITUALES.

La historia bien conocida del gigante Goliat y el joven David nos ilustra nuestras propias batallas y su victoria, Goliat estuvo durante 40 días desafiando al ejército de Israel y mofándose de ellos en sus propias narices. Nadie, ni siquiera el rey Saúl, ninguno de los soldados adiestrados para la batalla tenía el suficiente valor para enfrentarse al gigante. No es de extrañar, el desafío debía ser inmenso a juzgar pues por la descripción era “UN GUERRERO COMO DE TRES METROS DE ESTATURA… en la cabeza llevaba un casco de bronce, y sobre su cuerpo una coraza, también de bronce, que pesaba cincuenta y cinco kilos, del mismo metal eran las placas que le protegían las piernas y la jabalina que llevaba al hombro, el asta de su lanza era como un rodillo de telar, y su punta de hierro pesaba más de seis kilos”. DAVID DECIDIÓ ENFRENTARSE AL ENEMIGO. Cuando Goliat lo vio se dice que no lo tomó en serio, lo juzgó y lo menosprecio única y exclusivamente por las apariencias, debió verlo joven y carente de toda experiencia militar, por lo tanto, no representaba, a su juicio, ningún peligro.

DAVID ESTUVO DISPUESTO A AFRONTAR EL DESAFÍO de aquel magnífico enemigo; sin embargo, no pudo hacerlo usando las armas tradicionales, estas, lejos de ser una ventaja y una ayuda se convertían en una desventaja frente al enemigo. David tuvo que enfrentarse desde una perspectiva diferente, CONFIANDO EN DIOS y su capacidad para darle la victoria ante un enemigo evidentemente superior desde todo punto de vista, David creyó que Dios podría usar sus capacidades naturales, la agilidad, la flexibilidad que tenía como pastor de ovejas para aquel gran desafío. LA HISTORIA CUENTA QUE DAVID DERROTÓ A SU ENEMIGO, CON LA AYUDA DE DIOS.

El día 4 de abril del 2020 publiqué un artículo llamado “AYUNO RETO DE VALIENTES”. El ayuno no es para forzar a Dios que responda nuestras suplicas sino una muestra de humildad y un retiro con Dios. Estamos siendo bombardeados con tantas noticias alguna de ellas falsas y desalentadores más la comunión con Dios nos traerá paz en medio de la tormenta. ¡Hoy es un buen tiempo para volver a Dios, el primer gigante a vencer es la comodidad o pereza espiritual! (proverbios 24:30-35). Nos cuesta vencer la comodidad, somos diligentes para el trabajo, para el negocio, para la diversión, pero nos cuesta ser diligentes para las cosas de Dios. Segundo gigante: la soberbia, es decir, mantener una actitud desafiante, altanera, sin la necesidad de lo divino. Tercer gigante: mundanalidad; ser demasiado aficionado a las cosas del mundo, un gigante poderoso, atrayente y seductor, la sociedad postmoderna no toma en serio los asuntos espirituales, mas aunque no los mencionen estos existen y son tangibles. T

Tenemos que reconocer que ESTA LUCHA TIENE UNA DIMENSIÓN ESPIRITUAL, y que no va a ser vencida con millones y millones de vacunas dispersadas por el mundo. Esta sociedad se siente demasiado segura de su poder ya que controla los medios masivos de comunicación. Son quienes forman la opinión de las personas y el sistema educativo, su poder es prácticamente incuestionable para controlar las mentes, y en buena parte los comportamientos humanos, no podemos dejarnos intimidar por los gigantes, la magnitud del problema es un desafío para nosotros. Sin embargo, del mismo modo que David, podemos creer y confiar en Jesús el Cristo y su intervención sobrenatural para poder vencer a enemigos abrumadoramente superiores, adversarios que desde un punto de vista lógico, natural y humano son imposibles de vencer. Quitemos la pereza, la soberbia, y ocupemos un poco más tiempo a la oración: “Pero si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora, busca mi rostro y se aparta de su conducta perversa, yo oiré desde el cielo, perdonaré sus pecados y restauraré su tierra. Mis ojos estarán abiertos y mis oídos atentos a cada oración que se eleve en este lugar. hotemadavid@hotmail.com

No podemos sentirnos paralizados por el miedo y derrotados de antemano, la nueva ola de contagios de la variante de Covid 19 está en un punto crítico, las malas noticias aunadas con medias verdades crean un sentimiento de confusión y desaliento.

Un desafío personal es un reto que nos imponemos a nosotros mismos es una manera de auto estimularnos, a tomar medidas prudentes, el desafío no se aplica a la obtención de un logro sin importancia, sino que conlleva esfuerzo, lucha y tenacidad. LA SOCIEDAD MODERNA NO TOMA EN SERIO NI CONSIDERA LAS FUERZAS ESPIRITUALES.

La historia bien conocida del gigante Goliat y el joven David nos ilustra nuestras propias batallas y su victoria, Goliat estuvo durante 40 días desafiando al ejército de Israel y mofándose de ellos en sus propias narices. Nadie, ni siquiera el rey Saúl, ninguno de los soldados adiestrados para la batalla tenía el suficiente valor para enfrentarse al gigante. No es de extrañar, el desafío debía ser inmenso a juzgar pues por la descripción era “UN GUERRERO COMO DE TRES METROS DE ESTATURA… en la cabeza llevaba un casco de bronce, y sobre su cuerpo una coraza, también de bronce, que pesaba cincuenta y cinco kilos, del mismo metal eran las placas que le protegían las piernas y la jabalina que llevaba al hombro, el asta de su lanza era como un rodillo de telar, y su punta de hierro pesaba más de seis kilos”. DAVID DECIDIÓ ENFRENTARSE AL ENEMIGO. Cuando Goliat lo vio se dice que no lo tomó en serio, lo juzgó y lo menosprecio única y exclusivamente por las apariencias, debió verlo joven y carente de toda experiencia militar, por lo tanto, no representaba, a su juicio, ningún peligro.

DAVID ESTUVO DISPUESTO A AFRONTAR EL DESAFÍO de aquel magnífico enemigo; sin embargo, no pudo hacerlo usando las armas tradicionales, estas, lejos de ser una ventaja y una ayuda se convertían en una desventaja frente al enemigo. David tuvo que enfrentarse desde una perspectiva diferente, CONFIANDO EN DIOS y su capacidad para darle la victoria ante un enemigo evidentemente superior desde todo punto de vista, David creyó que Dios podría usar sus capacidades naturales, la agilidad, la flexibilidad que tenía como pastor de ovejas para aquel gran desafío. LA HISTORIA CUENTA QUE DAVID DERROTÓ A SU ENEMIGO, CON LA AYUDA DE DIOS.

El día 4 de abril del 2020 publiqué un artículo llamado “AYUNO RETO DE VALIENTES”. El ayuno no es para forzar a Dios que responda nuestras suplicas sino una muestra de humildad y un retiro con Dios. Estamos siendo bombardeados con tantas noticias alguna de ellas falsas y desalentadores más la comunión con Dios nos traerá paz en medio de la tormenta. ¡Hoy es un buen tiempo para volver a Dios, el primer gigante a vencer es la comodidad o pereza espiritual! (proverbios 24:30-35). Nos cuesta vencer la comodidad, somos diligentes para el trabajo, para el negocio, para la diversión, pero nos cuesta ser diligentes para las cosas de Dios. Segundo gigante: la soberbia, es decir, mantener una actitud desafiante, altanera, sin la necesidad de lo divino. Tercer gigante: mundanalidad; ser demasiado aficionado a las cosas del mundo, un gigante poderoso, atrayente y seductor, la sociedad postmoderna no toma en serio los asuntos espirituales, mas aunque no los mencionen estos existen y son tangibles. T

Tenemos que reconocer que ESTA LUCHA TIENE UNA DIMENSIÓN ESPIRITUAL, y que no va a ser vencida con millones y millones de vacunas dispersadas por el mundo. Esta sociedad se siente demasiado segura de su poder ya que controla los medios masivos de comunicación. Son quienes forman la opinión de las personas y el sistema educativo, su poder es prácticamente incuestionable para controlar las mentes, y en buena parte los comportamientos humanos, no podemos dejarnos intimidar por los gigantes, la magnitud del problema es un desafío para nosotros. Sin embargo, del mismo modo que David, podemos creer y confiar en Jesús el Cristo y su intervención sobrenatural para poder vencer a enemigos abrumadoramente superiores, adversarios que desde un punto de vista lógico, natural y humano son imposibles de vencer. Quitemos la pereza, la soberbia, y ocupemos un poco más tiempo a la oración: “Pero si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora, busca mi rostro y se aparta de su conducta perversa, yo oiré desde el cielo, perdonaré sus pecados y restauraré su tierra. Mis ojos estarán abiertos y mis oídos atentos a cada oración que se eleve en este lugar. hotemadavid@hotmail.com