/ viernes 20 de marzo de 2020

Una Orquesta que apoya a sus músicos

Rodrigo Martínez entró a la Camerata de Coahuila por la puerta grande. El violinista regiomontano estuvo muy contento como solista en el concierto para violín de Félix Mendelssohn, bajo la dirección de Ludwig Carrasco.

El público en el teatro "Nazas" reconoció la calidad, simpatía y entrega del artista educado en Monterrey y Namur, Bélgica y le aplaudió generosamente. Como agradecimiento, Martínez ofreció un encore.

Antes de comenzar la segunda parte del concierto con la Camerata, el joven pianista saludó a un grupo de estudiantes de música que se encontraban en la sala y ocupó su asiento en la fila de primeros violines ante la ausencia de la violinista armenia Anna Ambartsumyan.

El director invitado también estuvo muy contento en el recital que incluyó la Obertura en Do Mayor de Mendelssohn-Hensel y la Suite del Ballet "Las Criaturas de Prometeo", Opus 43, de Ludwig Von Beethoven.

Esta fiesta fue antes de la declaratoria de contingencia por el COVID 19 que obligó a la Camerata de Coahuila a suspender los conciertos del 27 de marzo y 3 de abril, una lástima porque en abril intervendrían los integrantes de la Camerata, la violinista Romana Rudoman y el violonchelista Carlos Castillo.

Esto, sin embargo, no afecta la imagen de la orquesta, y de su director artístico, el maestro Ramón Shade, una imagen muy positiva de apoyo a sus músicos para que en cada temporada sean solistas en distintas fechas.

No es fácil, cada temporada programan la visita de directores y solistas, pero también incluyen a compañeros de la misma Camerata como la pianista Mariana Chabukiani y el contrabajista Gabriel Robles.

La política de la orquesta garantiza el crecimiento del grupo, de su director, de sus músicos principales y de la orquesta en su conjunto porque están actualizados en su entorno inmediato, ve áreas de oportunidad y se da a conocer aún más, establece relaciones y amplía su círculo de influencia.

La Camerata de Coahuila es un buen ejemplo de liderazgo cultural, algunos de sus músicos son el soporte docente de varias instituciones, representan dignamente a la región y apoyan el crecimiento musical de laguneros como los violinistas Luana Eager y Mauricio Ocampo.

Rodrigo Martínez entró a la Camerata de Coahuila por la puerta grande. El violinista regiomontano estuvo muy contento como solista en el concierto para violín de Félix Mendelssohn, bajo la dirección de Ludwig Carrasco.

El público en el teatro "Nazas" reconoció la calidad, simpatía y entrega del artista educado en Monterrey y Namur, Bélgica y le aplaudió generosamente. Como agradecimiento, Martínez ofreció un encore.

Antes de comenzar la segunda parte del concierto con la Camerata, el joven pianista saludó a un grupo de estudiantes de música que se encontraban en la sala y ocupó su asiento en la fila de primeros violines ante la ausencia de la violinista armenia Anna Ambartsumyan.

El director invitado también estuvo muy contento en el recital que incluyó la Obertura en Do Mayor de Mendelssohn-Hensel y la Suite del Ballet "Las Criaturas de Prometeo", Opus 43, de Ludwig Von Beethoven.

Esta fiesta fue antes de la declaratoria de contingencia por el COVID 19 que obligó a la Camerata de Coahuila a suspender los conciertos del 27 de marzo y 3 de abril, una lástima porque en abril intervendrían los integrantes de la Camerata, la violinista Romana Rudoman y el violonchelista Carlos Castillo.

Esto, sin embargo, no afecta la imagen de la orquesta, y de su director artístico, el maestro Ramón Shade, una imagen muy positiva de apoyo a sus músicos para que en cada temporada sean solistas en distintas fechas.

No es fácil, cada temporada programan la visita de directores y solistas, pero también incluyen a compañeros de la misma Camerata como la pianista Mariana Chabukiani y el contrabajista Gabriel Robles.

La política de la orquesta garantiza el crecimiento del grupo, de su director, de sus músicos principales y de la orquesta en su conjunto porque están actualizados en su entorno inmediato, ve áreas de oportunidad y se da a conocer aún más, establece relaciones y amplía su círculo de influencia.

La Camerata de Coahuila es un buen ejemplo de liderazgo cultural, algunos de sus músicos son el soporte docente de varias instituciones, representan dignamente a la región y apoyan el crecimiento musical de laguneros como los violinistas Luana Eager y Mauricio Ocampo.