/ domingo 20 de septiembre de 2020

Un reto poco inusual: competir con las aves

Para lograr las metas, los sueños que has forjado, es necesario enfrentarse en plena competencia con las aves, te has de preguntar: ¿Volar más alto que las aves? Tendría que competir con un Jet supersónico, que por lo regular los aviones vuelan a una altura máxima de 35 mil píes, unos 10.6 kilómetros de altura, bajo esas circunstancias se pudiese dejar a cualquier ave, incluyendo al cóndor andino que puede volar utilizando las corrientes térmicas ascendentes verticales de aire cálido y pueden alcanzar hasta los 6 mil 500 metros de altitud, o las aves migratorias que vuelan más tiempo sin detenerse. O las águilas que llegan a vivir 70 años, pero a los 40 años sus uñas están apretadas y flexibles y no consiguen atrapar a sus presas, por lo cual tiene que tomar una decisión, dejarse morir o enfrentar un duro proceso de renovación, tendrá que retirarse a lo más alto de la montaña, sus alas están muy pesadas, su pico engarzado, se refugia en la roca donde sabe que no va poder volar, y se golpea contra la roca y sus plumas se caen su pico también y las garras de sus uñas totalmente se queda sin nada. Este proceso dura 150 días, después puede volver a iniciar su vuelo.

PERO, ¿CUÁL ES EL RETO INUSUAL DE COMPETIR CON LAS AVES?. Estamos a acostumbrados a quejarnos quizá hasta por cosas insignificantes. El profeta Jeremías tenía una queja contra Dios, no le estaba yendo muy bien en su trabajo de profeta, tenía mucha gente en contra por decir la verdad, se había quedado ya sin amigos, era la burla de todos, y se presenta ante Dios con su queja, esperando una respuesta alentadora para sentirse plenamente satisfecho, esta es la actitud que en muchas ocasiones tomamos para diferentes circunstancias, que nosotros creemos nos está yendo mal o todo está en contra, solemos caer en el mismo complejo de Jeremías sentirnos víctimas de las circunstancias. El problema es que nos empezamos a comparar con alguien más tan solo porque lo vemos prosperar, y esto muchas veces tiende a marcar ciertos celos, batallamos en ver prosperar a otros mientras nosotros avanzamos muy lentos, la respuesta de Dios a la queja de Jeremías fue la siguiente: “Si corriste con los de a pie y te cansaron, ¿cómo competirás con los caballos? Y si en tierra de paz te caes al suelo, ¿qué harás en la espesura del Jordán? Si tú piensas que competir con los de a pie es malo, cómo te las arreglarás cuando realmente esto se vuelva difícil. ¿Cómo pues enfrentaras estas desavenencias?

Justamente este escrito me puso a reflexionar la hora en que me levanto a escribir todas mis publicaciones, antes eran con máquina de escribir mecánica; después con mucho esfuerzo compre una máquina de escribir eléctrica, era más fácil y más rápido, ahora con la tecnología actual, la computadora doblemente mejor. Y justo a un lado de mi escritorio esta una ventana, y mientras muchos duermen me emociono escribiendo. Y aquí es donde COMPITO CON LAS AVES, siempre que escribo LE GANO AL CANTO DE LAS AVES. Las aves hacen sus nidos junto a los arroyos y cantan entre las ramas de los árboles. Salmo 104:12 mucho antes que las aves cantan ya estuve unos momentos en comunión conmigo mismo y con Dios.

ESTE RETO INUSUAL DE COMPETIR CON LAS AVES, no te vas a llevar un premio o un galardón, es más, en varias ocasiones se derramarán tus lágrimas y no serán de tristeza, pero sentirás una paz en medio de la tormenta, vivirás está promesa: Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación. Es donde tienes la oportunidad de ser agradecido con Dios, y quizás tenga misericordia y puedas renovarte como el águila. La roca es Cristo, Inclina tu oído para escucharme; rescátame pronto. Sé mi roca de protección, una fortaleza donde estaré a salvo. Tú eres mi roca y mi fortaleza; por el honor de tu nombre, sácame de este peligro Salmos 31:2-3. Una vez por semana o dos date tiempo de competir con las aves, antes de que se escuche el trinar tú has ganado, te parecerá maravilloso.

hotemadavid@hotmail.com

Un vistazo a la vida diaria.

Para lograr las metas, los sueños que has forjado, es necesario enfrentarse en plena competencia con las aves, te has de preguntar: ¿Volar más alto que las aves? Tendría que competir con un Jet supersónico, que por lo regular los aviones vuelan a una altura máxima de 35 mil píes, unos 10.6 kilómetros de altura, bajo esas circunstancias se pudiese dejar a cualquier ave, incluyendo al cóndor andino que puede volar utilizando las corrientes térmicas ascendentes verticales de aire cálido y pueden alcanzar hasta los 6 mil 500 metros de altitud, o las aves migratorias que vuelan más tiempo sin detenerse. O las águilas que llegan a vivir 70 años, pero a los 40 años sus uñas están apretadas y flexibles y no consiguen atrapar a sus presas, por lo cual tiene que tomar una decisión, dejarse morir o enfrentar un duro proceso de renovación, tendrá que retirarse a lo más alto de la montaña, sus alas están muy pesadas, su pico engarzado, se refugia en la roca donde sabe que no va poder volar, y se golpea contra la roca y sus plumas se caen su pico también y las garras de sus uñas totalmente se queda sin nada. Este proceso dura 150 días, después puede volver a iniciar su vuelo.

PERO, ¿CUÁL ES EL RETO INUSUAL DE COMPETIR CON LAS AVES?. Estamos a acostumbrados a quejarnos quizá hasta por cosas insignificantes. El profeta Jeremías tenía una queja contra Dios, no le estaba yendo muy bien en su trabajo de profeta, tenía mucha gente en contra por decir la verdad, se había quedado ya sin amigos, era la burla de todos, y se presenta ante Dios con su queja, esperando una respuesta alentadora para sentirse plenamente satisfecho, esta es la actitud que en muchas ocasiones tomamos para diferentes circunstancias, que nosotros creemos nos está yendo mal o todo está en contra, solemos caer en el mismo complejo de Jeremías sentirnos víctimas de las circunstancias. El problema es que nos empezamos a comparar con alguien más tan solo porque lo vemos prosperar, y esto muchas veces tiende a marcar ciertos celos, batallamos en ver prosperar a otros mientras nosotros avanzamos muy lentos, la respuesta de Dios a la queja de Jeremías fue la siguiente: “Si corriste con los de a pie y te cansaron, ¿cómo competirás con los caballos? Y si en tierra de paz te caes al suelo, ¿qué harás en la espesura del Jordán? Si tú piensas que competir con los de a pie es malo, cómo te las arreglarás cuando realmente esto se vuelva difícil. ¿Cómo pues enfrentaras estas desavenencias?

Justamente este escrito me puso a reflexionar la hora en que me levanto a escribir todas mis publicaciones, antes eran con máquina de escribir mecánica; después con mucho esfuerzo compre una máquina de escribir eléctrica, era más fácil y más rápido, ahora con la tecnología actual, la computadora doblemente mejor. Y justo a un lado de mi escritorio esta una ventana, y mientras muchos duermen me emociono escribiendo. Y aquí es donde COMPITO CON LAS AVES, siempre que escribo LE GANO AL CANTO DE LAS AVES. Las aves hacen sus nidos junto a los arroyos y cantan entre las ramas de los árboles. Salmo 104:12 mucho antes que las aves cantan ya estuve unos momentos en comunión conmigo mismo y con Dios.

ESTE RETO INUSUAL DE COMPETIR CON LAS AVES, no te vas a llevar un premio o un galardón, es más, en varias ocasiones se derramarán tus lágrimas y no serán de tristeza, pero sentirás una paz en medio de la tormenta, vivirás está promesa: Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación. Es donde tienes la oportunidad de ser agradecido con Dios, y quizás tenga misericordia y puedas renovarte como el águila. La roca es Cristo, Inclina tu oído para escucharme; rescátame pronto. Sé mi roca de protección, una fortaleza donde estaré a salvo. Tú eres mi roca y mi fortaleza; por el honor de tu nombre, sácame de este peligro Salmos 31:2-3. Una vez por semana o dos date tiempo de competir con las aves, antes de que se escuche el trinar tú has ganado, te parecerá maravilloso.

hotemadavid@hotmail.com

Un vistazo a la vida diaria.