/ domingo 9 de mayo de 2021

Un 10 de mayo en busca de amor y aceptación

Una mujer llamada Elizabeth escribió: “Aunque me duele confesarlo, antes de conocer al Señor pase una década buscando amor en todos los lugares equivocados, estaba convencida de que, si un hombre pasaba la noche conmigo, era porque él me amaba, pensaba que yo era bonita, pero me quedaba con el dolor y el vacío de mi corazón de no sentirme amada ni atractiva. Utilicé todos los medios a mi alcance para que ese amor que había conquistado se quedara conmigo, pero solo fueron las ilusiones de sentirme aceptada y amada. Soy una persona con una carrera, con estabilidad económica y desafortunada en el amor”.

Esta reflexión me hace compartir la historia de dos hermanas, Lea y Raquel, hijas de Labán, Lea es la hermana mayor de Raquel, la cual se le describe de “ojos muy tiernos, ojos muy lindos, delicados, plácidos, puros, cariñosos”, (posiblemente a ella le compusieron la canción de ‘la malagueña’ que bonitos ojos tienes) en contraste de los ojos bonitos de Lea, su hermana Raquel era de hermoso semblante, en su cara se reflejaba alegría y no amargura, talle y porte de elegancia, bien parecida y de lindo rostro todo lo que puede ser considerado como atributos esenciales de la belleza personal.

Por lo cual se describe de tener un cuidado personal que no debe de ser secundario. Gen 29:17 “Y los ojos de Lea eran delicados, pero Raquel era de bella figura y de hermoso parecer”. El pretendiente de Raquel llamado Jacob se dice que la amó (sería un amor a primera vista) y estuvo dispuesto a trabajar 7 años por ella (Jacob no tenía dinero para pagar la dote de su matrimonio) todo estaba a la perfección se hizo el pacto, y todo arreglado, matrimonio a la vista. Todo era alegría y sonrisa, la fiesta, los invitados, todo listo. Llega la noche de bodas y… ¿Me casé y no era lo que pedí?

La novia vestida con su Burka, a media luz de una lamparita… y al día siguiente Jacob se da cuenta que es engañado, (una antigua ley decía que no se podía casar primero la hermana menor) Jacob le reclama a su suegro (Gen 29:25-26) “A la mañana siguiente, cuando Jacob se despertó, ¡vio que era Lea! ¿Qué me has hecho? le dijo a Labán con furia. ¡He trabajado siete años por Raquel! ¿Por qué me has engañado? Aquí no es nuestra costumbre casar a la hija menor antes que a la mayor, contestó Labán” y hoy en día para los hindúes no es una costumbre si no una ley y se considera un delito dar en casamiento a la hija menor. Lea ahora está casada con un hombre que no la quiere. Esto es un problema grave quieren a su hermana (y se convierte en su rival) Gen 29:31 “Dios vio que Lea no era amada (sino menospreciada: grado menor de amor) que le demostraban menos afecto, como esposa que era de Jacob”. “Cuando el Señor vio que Lea no era amada, le concedió que tuviera hijos, pero Raquel no podía concebir”). Imagínate, Dios se fijó en Lea, vio su corazón quebrantado, así como muchas mujeres sienten que no son amadas, algunas pueden decir: nos sentimos solas, tal vez rechazadas de la familia y de la sociedad, Lea es confortada y le bendijo Dios. El señor puede confortar y hacer hace sentir que él está con la mujer que se siente sin amor y sin aceptación, porque el escudriña lo más profundo de nuestro corazón y sabe cuál es la necesidad que tenemos. Sal 34:18 “El Señor está cerca para salvar a los que tienen el corazón hecho pedazos y han perdido la esperanza”. Dios bendijo a Lea dándole hijos (antiguamente la mujer que no tenía hijos era menospreciada). Cada hijo que tenía, Lea esperaba ser amada por su esposo (de ahí el cuidado de no tener hijos no deseados o antes del matrimonio) Lea al tener su cuarto hijo alabó a Jehová y llamó su nombre Judá en lugar de reclamar a Dios porque no tenía el amor de su esposo. De este cuarto hijo viene la descendencia del nacimiento de Jesús (Mateo 1:2) por eso es impórtate que cada madre tenga a sus hijos consagrados a Dios y al cuidado nuestro, es tiempo de empezar a dejar de reclamar de ser amadas y aceptadas. Dios se fija en esas mujeres que tienen necesidad de un amor más grande y más profundo, si conoces a una persona rechazada por su pareja, por sus padres o hijos dile: en verdad, tú eres aceptada y amada y TU SUFRIMIENTO NO HA PASADO DESAPERCIBIDO POR DIOS, ¿Le podrás alabar a Dios por lo que tienes en vez de dolerte y dejar de quejarte por lo que no has tenido? ¿Haces lo que sea con tal de ser aceptada? Ya no lo hagas, RECUERDA DIOS TE ACEPTA TAL COMO ERES. Feliz día de las madres. hotemadavid@hotmail.com

Una mujer llamada Elizabeth escribió: “Aunque me duele confesarlo, antes de conocer al Señor pase una década buscando amor en todos los lugares equivocados, estaba convencida de que, si un hombre pasaba la noche conmigo, era porque él me amaba, pensaba que yo era bonita, pero me quedaba con el dolor y el vacío de mi corazón de no sentirme amada ni atractiva. Utilicé todos los medios a mi alcance para que ese amor que había conquistado se quedara conmigo, pero solo fueron las ilusiones de sentirme aceptada y amada. Soy una persona con una carrera, con estabilidad económica y desafortunada en el amor”.

Esta reflexión me hace compartir la historia de dos hermanas, Lea y Raquel, hijas de Labán, Lea es la hermana mayor de Raquel, la cual se le describe de “ojos muy tiernos, ojos muy lindos, delicados, plácidos, puros, cariñosos”, (posiblemente a ella le compusieron la canción de ‘la malagueña’ que bonitos ojos tienes) en contraste de los ojos bonitos de Lea, su hermana Raquel era de hermoso semblante, en su cara se reflejaba alegría y no amargura, talle y porte de elegancia, bien parecida y de lindo rostro todo lo que puede ser considerado como atributos esenciales de la belleza personal.

Por lo cual se describe de tener un cuidado personal que no debe de ser secundario. Gen 29:17 “Y los ojos de Lea eran delicados, pero Raquel era de bella figura y de hermoso parecer”. El pretendiente de Raquel llamado Jacob se dice que la amó (sería un amor a primera vista) y estuvo dispuesto a trabajar 7 años por ella (Jacob no tenía dinero para pagar la dote de su matrimonio) todo estaba a la perfección se hizo el pacto, y todo arreglado, matrimonio a la vista. Todo era alegría y sonrisa, la fiesta, los invitados, todo listo. Llega la noche de bodas y… ¿Me casé y no era lo que pedí?

La novia vestida con su Burka, a media luz de una lamparita… y al día siguiente Jacob se da cuenta que es engañado, (una antigua ley decía que no se podía casar primero la hermana menor) Jacob le reclama a su suegro (Gen 29:25-26) “A la mañana siguiente, cuando Jacob se despertó, ¡vio que era Lea! ¿Qué me has hecho? le dijo a Labán con furia. ¡He trabajado siete años por Raquel! ¿Por qué me has engañado? Aquí no es nuestra costumbre casar a la hija menor antes que a la mayor, contestó Labán” y hoy en día para los hindúes no es una costumbre si no una ley y se considera un delito dar en casamiento a la hija menor. Lea ahora está casada con un hombre que no la quiere. Esto es un problema grave quieren a su hermana (y se convierte en su rival) Gen 29:31 “Dios vio que Lea no era amada (sino menospreciada: grado menor de amor) que le demostraban menos afecto, como esposa que era de Jacob”. “Cuando el Señor vio que Lea no era amada, le concedió que tuviera hijos, pero Raquel no podía concebir”). Imagínate, Dios se fijó en Lea, vio su corazón quebrantado, así como muchas mujeres sienten que no son amadas, algunas pueden decir: nos sentimos solas, tal vez rechazadas de la familia y de la sociedad, Lea es confortada y le bendijo Dios. El señor puede confortar y hacer hace sentir que él está con la mujer que se siente sin amor y sin aceptación, porque el escudriña lo más profundo de nuestro corazón y sabe cuál es la necesidad que tenemos. Sal 34:18 “El Señor está cerca para salvar a los que tienen el corazón hecho pedazos y han perdido la esperanza”. Dios bendijo a Lea dándole hijos (antiguamente la mujer que no tenía hijos era menospreciada). Cada hijo que tenía, Lea esperaba ser amada por su esposo (de ahí el cuidado de no tener hijos no deseados o antes del matrimonio) Lea al tener su cuarto hijo alabó a Jehová y llamó su nombre Judá en lugar de reclamar a Dios porque no tenía el amor de su esposo. De este cuarto hijo viene la descendencia del nacimiento de Jesús (Mateo 1:2) por eso es impórtate que cada madre tenga a sus hijos consagrados a Dios y al cuidado nuestro, es tiempo de empezar a dejar de reclamar de ser amadas y aceptadas. Dios se fija en esas mujeres que tienen necesidad de un amor más grande y más profundo, si conoces a una persona rechazada por su pareja, por sus padres o hijos dile: en verdad, tú eres aceptada y amada y TU SUFRIMIENTO NO HA PASADO DESAPERCIBIDO POR DIOS, ¿Le podrás alabar a Dios por lo que tienes en vez de dolerte y dejar de quejarte por lo que no has tenido? ¿Haces lo que sea con tal de ser aceptada? Ya no lo hagas, RECUERDA DIOS TE ACEPTA TAL COMO ERES. Feliz día de las madres. hotemadavid@hotmail.com