/ domingo 12 de diciembre de 2021

Tragedia de migrantes en Chiapas

Todos los días se habla en medios de comunicación de los migrantes y de todo lo que gira en torno a ellos y sus derechos. Periodistas y analistas escriben sobre su angustia, ansiedad, temor, desesperación, frustración, privaciones, etcétera. Hablan también de las causas y consecuencias de la migración, de los problemas y sufrimientos que afrontan al salir y durante su trayecto, incluso cuando llegan al lugar de destino.

Esta vez se escribe y comenta sobre el tema debido a la volcadura de un tractocamión que el pasado 9 de diciembre transportaba clandestinamente 160 migrantes hacinados. Este camión de carga, adaptado para traficar con migrantes, circulaba a exceso de velocidad por la autopista Chiapa de Corzo-Tuxtla Gutiérrez, en un tramo de dicha carretera en el que son habituales los accidentes.

Hasta el pasado sábado por la noche, 54 migrantes en su mayoría guatemaltecos, habían fallecido como consecuencia del accidente que sufrió el tráiler Kenworth con placas 44-DW-4, cuyo conductor se dio a la fuga. El número de heridos asciende a 58, tres de ellos de gravedad.

Se trata sin lugar a duda de una de las peores tragedias de este tipo, que le ha dado la vuelta al mundo; una noticia que acaparó la portada de portales de noticias y de medios de comunicación impresos.

Es tal el impacto de la noticia que en Guatemala el presidente Alejandro Giammattei, “consternado por la tragedia que afecta a familias centroamericanas”, anunció que decretará tres días de luto nacional, al tiempo de informar que autoridades de ese país centroamericano y las del nuestro trabajan para agilizar el traslado de los cuerpos a sus lugares de procedencia.

El canciller guatemalteco Pedro Brolo, que viajó a México junto con otros funcionarios por el accidente de los migrantes, anunció que en Guatemala van a “declarar al tráfico de personas como un delito federal y que se incluyan procesos de extradición para que los coyotes puedan ser extraditados como un delito de organizaciones transnacionales”.

La declaración del gobierno de Guatemala surge a la par de las indagaciones que en México realiza la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), en relación con “una red de traficantes de personas que usan camiones de carga para transportar migrantes centroamericanos principalmente por una ruta que inicia en Chiapas, pasa por Veracruz y finalmente llega a Tamaulipas para tener como destino final Estados Unidos”.

Ricardo Mejía, subsecretario de Seguridad, informó que “hasta ahora se tienen abiertas mil 600 carpetas de investigación y una ‘cantidad considerable’ de vinculaciones a proceso con lo que se ha logrado avanzar en vincular toda la estructura criminal”.

El presidente Andrés Manuel López Obrador, tras amentar la tragedia y enviar su solidaridad a los familiares de las víctimas, insistió por enésima vez en la importancia de atender las causas del fenómeno migratorio, el cual “no se resuelve con medidas coercitivas”, dijo. Al mismo tiempo puso el dedo en la llaga al señalar que hasta ahora no se han logrado atender las causas de la migración en los lugares de origen, pero estas desgracias tienen que servir “para que se tome conciencia y se atienda el problema de fondo”.

Urge que los gobiernos centroamericanos brinden oportunidades a sus gobernados para inhibir la creciente migración, y que a través de la cooperación internacional se potencie un mayor desarrollo que reduzca los flujos migratorios hacia los lugares de destino, Estados Unidos en particular. No olvidemos que la gente de esos países se ve obligada a emigrar debido a la pobreza extrema, el desempleo y la inseguridad, flagelos que azotan implacablemente a los países de esa región de América.


Twitter: @armayacastro

Todos los días se habla en medios de comunicación de los migrantes y de todo lo que gira en torno a ellos y sus derechos. Periodistas y analistas escriben sobre su angustia, ansiedad, temor, desesperación, frustración, privaciones, etcétera. Hablan también de las causas y consecuencias de la migración, de los problemas y sufrimientos que afrontan al salir y durante su trayecto, incluso cuando llegan al lugar de destino.

Esta vez se escribe y comenta sobre el tema debido a la volcadura de un tractocamión que el pasado 9 de diciembre transportaba clandestinamente 160 migrantes hacinados. Este camión de carga, adaptado para traficar con migrantes, circulaba a exceso de velocidad por la autopista Chiapa de Corzo-Tuxtla Gutiérrez, en un tramo de dicha carretera en el que son habituales los accidentes.

Hasta el pasado sábado por la noche, 54 migrantes en su mayoría guatemaltecos, habían fallecido como consecuencia del accidente que sufrió el tráiler Kenworth con placas 44-DW-4, cuyo conductor se dio a la fuga. El número de heridos asciende a 58, tres de ellos de gravedad.

Se trata sin lugar a duda de una de las peores tragedias de este tipo, que le ha dado la vuelta al mundo; una noticia que acaparó la portada de portales de noticias y de medios de comunicación impresos.

Es tal el impacto de la noticia que en Guatemala el presidente Alejandro Giammattei, “consternado por la tragedia que afecta a familias centroamericanas”, anunció que decretará tres días de luto nacional, al tiempo de informar que autoridades de ese país centroamericano y las del nuestro trabajan para agilizar el traslado de los cuerpos a sus lugares de procedencia.

El canciller guatemalteco Pedro Brolo, que viajó a México junto con otros funcionarios por el accidente de los migrantes, anunció que en Guatemala van a “declarar al tráfico de personas como un delito federal y que se incluyan procesos de extradición para que los coyotes puedan ser extraditados como un delito de organizaciones transnacionales”.

La declaración del gobierno de Guatemala surge a la par de las indagaciones que en México realiza la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), en relación con “una red de traficantes de personas que usan camiones de carga para transportar migrantes centroamericanos principalmente por una ruta que inicia en Chiapas, pasa por Veracruz y finalmente llega a Tamaulipas para tener como destino final Estados Unidos”.

Ricardo Mejía, subsecretario de Seguridad, informó que “hasta ahora se tienen abiertas mil 600 carpetas de investigación y una ‘cantidad considerable’ de vinculaciones a proceso con lo que se ha logrado avanzar en vincular toda la estructura criminal”.

El presidente Andrés Manuel López Obrador, tras amentar la tragedia y enviar su solidaridad a los familiares de las víctimas, insistió por enésima vez en la importancia de atender las causas del fenómeno migratorio, el cual “no se resuelve con medidas coercitivas”, dijo. Al mismo tiempo puso el dedo en la llaga al señalar que hasta ahora no se han logrado atender las causas de la migración en los lugares de origen, pero estas desgracias tienen que servir “para que se tome conciencia y se atienda el problema de fondo”.

Urge que los gobiernos centroamericanos brinden oportunidades a sus gobernados para inhibir la creciente migración, y que a través de la cooperación internacional se potencie un mayor desarrollo que reduzca los flujos migratorios hacia los lugares de destino, Estados Unidos en particular. No olvidemos que la gente de esos países se ve obligada a emigrar debido a la pobreza extrema, el desempleo y la inseguridad, flagelos que azotan implacablemente a los países de esa región de América.


Twitter: @armayacastro