/ domingo 5 de septiembre de 2021

Tiempos de angustia

Leí una nota en las redes sociales de un gran amigo de muchos años, la cual no era muy alentadora, su esposa se encontraba enferma y pedía oración para encontrar favor de Dios. De forma inmediata me puse en contacto y platiqué con mi amigo, y al final de la plática le dije: acércate a tu esposa y cántale una canción (su esposa se llama Yolanda) cántale Yolanda de Pablo Milanés, me dice: no la conozco y la empezó a escuchar; “Esto no puede ser más que una canción quisiera fuera una declaración de amor romántica, sin reparar ni formas darles, que pongan freno a lo que siento a raudales. Te amo, te amo, eternamente te amo. Si me faltaras, yo voy a morirme, si he de morir quiero que sea contigo, mi soledad se siente acompañada por eso a veces es que necesito. Tu mano, tu mano eternamente tu mano…Yolanda, Yolanda, eternamente Yolanda. Yolanda, eternamente Yolanda”. Al terminar la canción, solo me dijo: “qué bárbaro, me hiciste llorar”. colgamos y me quede pensando en él y su esposa, elevando una oración pequeña: Padre celestial dice tu palabra: “Bienaventurados los que lloran porque ellos recibirán consolación, permite que mi amigo tenga consuelo en ti, y que los deseos de su corazón sean cumplidos amén”.

Desde que nacemos empezamos a llorar, el médico o la comadrona que atiende un parto, al ver llorar al niño para ellos es una buena señal, nacemos llorando y el bebé o la bebé al acercarse al regazo de la madre encuentra consuelo, siente el calor. En ese mismo instante se siente protegido de tal manera que hasta por instinto busca ser amamantado, encontró refugio con quien le podía ayudar. Solo basta recordar cuando te caíste y tu mamá te dijo ven levántate para consolarte e inmediatamente en el abrazo encontrabas sanidad.

A lo largo de los años las personas lloran y buscan refugio en quien cree les puede ayudar, porque así les enseñaron y en verdad lo creen, con mucho respeto he visto las muestras de afecto que muchos devotos van a los altares de sus imágenes preferidas de sus santos o vírgenes, he visto como viajan al santuario de plateros en Fresnillo, Zacatecas, o a la basílica de Guadalupe en Ciudad de México y, aquí mismo en la región, la preparación de las danzas las cuales son muy vistosas y tradicionales para llevar una ofrenda al altar, pero en todas partes he visto como algunos fieles llegan de rodillas, pagando una manda y al llegar se sienten satisfechos, muchos derraman lagrimas ante una imagen que está detrás de un nicho o un resguardo el cual no pueden tocar, extienden su mano, pero la vitrina lo impide, y por un lado se pude ver la satisfacción de haber cumplido, pero por otro lado la inseguridad por no tocar físicamente esa imagen que ellos veneran y fueron a derramar sus lágrimas, en una ocasión platicando con dos sacerdotes que conocí les hice una observación, ustedes andan de misa en misa, a corre y corre y no se detienen a ver la necesidad de la gente, las ven postradas en el altar, inmediatamente se nota que traen una pena y ustedes no se acercan por lo menos para rezar un padre nuestro con ellos, vieran que esa gente traen cargas que no pueden llevar y tan solo con sentir una mano en su hombro, es suficiente para que encuentren fe, esperanza y favor de Dios. Solo me dijeron: “Es que son muchas personas y tenemos que ir a oficiar a otro lugar”, ¿por qué creen que las iglesias evangélicas se unen cada día más adeptos? Porque por lo menos se les pone más atención oran por ellos, se sienten atraídos al sentir que sus cargas son compartidas, el simple hecho de que alguien te muestre AFECTO EN TIEMPOS DE ANGUSTIA y dolor es suficiente para aumentar esa fe que tanto necesitan y alcanzar la gloria, sentir que las peticiones de su corazón pueden ser escuchadas por Dios y ser restaurados.

El llorar es bueno pero siempre es importante saber ante quien llorar, no es ante el ministro de culto llámese sacerdote, cura, pastor, apóstol o profeta, la palabra de Dios es viva y eficaz.

Si estás pasando por unos momentos de angustia recuerda esta palabras “bienaventurados los que lloran porque ellos recibirán consolación” Mateo 5:4, puedes acercarte al trono de su gracia desde el lugar que te encuentres tus lagrimas son vistas como incienso puro agradable a Dios. Te darás cuenta que tus cargas van más ser más ligeras. Próximamente tendremos una canal PODCAST de oración ¡espéralo! hotemadavid@hotmail.com

Leí una nota en las redes sociales de un gran amigo de muchos años, la cual no era muy alentadora, su esposa se encontraba enferma y pedía oración para encontrar favor de Dios. De forma inmediata me puse en contacto y platiqué con mi amigo, y al final de la plática le dije: acércate a tu esposa y cántale una canción (su esposa se llama Yolanda) cántale Yolanda de Pablo Milanés, me dice: no la conozco y la empezó a escuchar; “Esto no puede ser más que una canción quisiera fuera una declaración de amor romántica, sin reparar ni formas darles, que pongan freno a lo que siento a raudales. Te amo, te amo, eternamente te amo. Si me faltaras, yo voy a morirme, si he de morir quiero que sea contigo, mi soledad se siente acompañada por eso a veces es que necesito. Tu mano, tu mano eternamente tu mano…Yolanda, Yolanda, eternamente Yolanda. Yolanda, eternamente Yolanda”. Al terminar la canción, solo me dijo: “qué bárbaro, me hiciste llorar”. colgamos y me quede pensando en él y su esposa, elevando una oración pequeña: Padre celestial dice tu palabra: “Bienaventurados los que lloran porque ellos recibirán consolación, permite que mi amigo tenga consuelo en ti, y que los deseos de su corazón sean cumplidos amén”.

Desde que nacemos empezamos a llorar, el médico o la comadrona que atiende un parto, al ver llorar al niño para ellos es una buena señal, nacemos llorando y el bebé o la bebé al acercarse al regazo de la madre encuentra consuelo, siente el calor. En ese mismo instante se siente protegido de tal manera que hasta por instinto busca ser amamantado, encontró refugio con quien le podía ayudar. Solo basta recordar cuando te caíste y tu mamá te dijo ven levántate para consolarte e inmediatamente en el abrazo encontrabas sanidad.

A lo largo de los años las personas lloran y buscan refugio en quien cree les puede ayudar, porque así les enseñaron y en verdad lo creen, con mucho respeto he visto las muestras de afecto que muchos devotos van a los altares de sus imágenes preferidas de sus santos o vírgenes, he visto como viajan al santuario de plateros en Fresnillo, Zacatecas, o a la basílica de Guadalupe en Ciudad de México y, aquí mismo en la región, la preparación de las danzas las cuales son muy vistosas y tradicionales para llevar una ofrenda al altar, pero en todas partes he visto como algunos fieles llegan de rodillas, pagando una manda y al llegar se sienten satisfechos, muchos derraman lagrimas ante una imagen que está detrás de un nicho o un resguardo el cual no pueden tocar, extienden su mano, pero la vitrina lo impide, y por un lado se pude ver la satisfacción de haber cumplido, pero por otro lado la inseguridad por no tocar físicamente esa imagen que ellos veneran y fueron a derramar sus lágrimas, en una ocasión platicando con dos sacerdotes que conocí les hice una observación, ustedes andan de misa en misa, a corre y corre y no se detienen a ver la necesidad de la gente, las ven postradas en el altar, inmediatamente se nota que traen una pena y ustedes no se acercan por lo menos para rezar un padre nuestro con ellos, vieran que esa gente traen cargas que no pueden llevar y tan solo con sentir una mano en su hombro, es suficiente para que encuentren fe, esperanza y favor de Dios. Solo me dijeron: “Es que son muchas personas y tenemos que ir a oficiar a otro lugar”, ¿por qué creen que las iglesias evangélicas se unen cada día más adeptos? Porque por lo menos se les pone más atención oran por ellos, se sienten atraídos al sentir que sus cargas son compartidas, el simple hecho de que alguien te muestre AFECTO EN TIEMPOS DE ANGUSTIA y dolor es suficiente para aumentar esa fe que tanto necesitan y alcanzar la gloria, sentir que las peticiones de su corazón pueden ser escuchadas por Dios y ser restaurados.

El llorar es bueno pero siempre es importante saber ante quien llorar, no es ante el ministro de culto llámese sacerdote, cura, pastor, apóstol o profeta, la palabra de Dios es viva y eficaz.

Si estás pasando por unos momentos de angustia recuerda esta palabras “bienaventurados los que lloran porque ellos recibirán consolación” Mateo 5:4, puedes acercarte al trono de su gracia desde el lugar que te encuentres tus lagrimas son vistas como incienso puro agradable a Dios. Te darás cuenta que tus cargas van más ser más ligeras. Próximamente tendremos una canal PODCAST de oración ¡espéralo! hotemadavid@hotmail.com