/ viernes 27 de noviembre de 2020

Thomas Jefferson, un polifacético Presidente de la Unión Americana

Acaba de pasar la celebración anual que se lleva a cabo en el vecino país del norte, conocida como “Día de Acción de Gracias” (Thanksgiving Day), que se remonta a cientos de años, cuando la Unión Americana todavía no estaba del todo consolidada, pues había territorios que pertenecían a otras naciones, incluyendo a la Nueva España, Francia y España.
Lo anterior nos ha dado pie a recordar que cuando fuera presidente de la Unión Americana, Thomas Jefferson, fue adquirida a Francia un vasto territorio, conocido como Luisiana, con una extensión total de 1.3 millones de kilómetros cuadrados, que hoy representan el 23.3 % del actual Estados Unidos de América, por la suma de 15 millones de dólares, entregados al emperador, Napoleón Bonaparte.
Pero lo mejor será centrarnos en Thomas Jefferson, distinguido como un polifacético político de su época, quien fue gobernador de Virginia entre 1779 y 1781; luego fue miembro del Congreso, distinguiéndose por intentar abolir la esclavitud en su país.
Comenzó a participar en política en su estado, Virginia, desde 1769, defendiendo a ultranza la tolerancia religiosa y la enseñanza pública igualitaria. Cuando se agravó el conflicto entre Gran Bretaña y sus trece colonias en la Unión Americana, defendió los derechos de éstas.
Durante la siguiente guerra independentista, Jefferson fue elegido delegado de Virginia en la Convención Continental de Filadelfia (1775), donde plasmó las ideas del filósofo inglés, John Locke, que defendía el liberalismo, en su defensa de la democracia, de la igualdad, del derecho de los pueblos a disponer de ellos mismos y el derecho natural de los hombres “a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad”, plasmado lo anterior en un documento histórico.
Fue embajador de la Unión Americana en París, entre 1785 y 1789, y más tarde fue nombrado por George Washington como primer Secretario de Estado, entonces llamado Ministro de Asuntos Exteriores, entre 1790 y 1793.
Tuvo serias diferencias con el secretario del Tesoro, Alexander Hamilton, de donde resultara el primer sistema bipartidista del vecino país del norte, pues Hamilton era líder de los llamados federalistas centralistas (antecedente del hoy Partido Republicano, al que pertenece Donald Trump), en tanto Jefferson era dirigente de los federalistas demócratas, precursores del Partido Demócrata, pues defendía la autonomía de los estados de la Unión Americana.
En 1796, Thomas Jefferson perdió la elección presidencial frente al federalista John Adams, pero en virtud de una disposición constitucional ya derogada, fue declarado vice- presidente por ser el segundo candidato más votado. Sin embargo, en 1800 y en 1804 ganó las elecciones, por lo que fue presidente entre 1801 y 1809.
Lo más relevante de sus dos mandatos, fue la consolidación de un reparto de funciones entre los poderes constitucionales, según el cual el gobierno federal se encargaría de la defensa y la política exterior, dejando a los estados una amplia autonomía política interior, y con ello llevo a la práctica sus convicciones filosóficas sobre la necesidad de limitar el poder para salvaguardar la libertad.
Jefferson favoreció la futura expansión de su país adquiriendo el extenso territorio de Luisiana en 1803, así como apoyar las exploraciones de Lewis y Clark hacia el oeste en el norte de la Unión Americana.
Siguiendo el ejemplo de Washington no se postuló para una tercera reelección, retirándose a cultivar sus múltiples aficiones intelectuales en 1809, e incluso fundó la Universidad de Virginia en 1819.
En síntesis, Jefferson fue un hombre polifacético, pues lo mismo fue político, humanista, filósofo, científico; defensor de la libertad de palabra, de las creencias religiosas y políticas, motivo por el cual es considerado uno de los hombres universales más destacados de su época.

¡Hasta la próxima!
Acaba de pasar la celebración anual que se lleva a cabo en el vecino país del norte, conocida como “Día de Acción de Gracias” (Thanksgiving Day), que se remonta a cientos de años, cuando la Unión Americana todavía no estaba del todo consolidada, pues había territorios que pertenecían a otras naciones, incluyendo a la Nueva España, Francia y España.
Lo anterior nos ha dado pie a recordar que cuando fuera presidente de la Unión Americana, Thomas Jefferson, fue adquirida a Francia un vasto territorio, conocido como Luisiana, con una extensión total de 1.3 millones de kilómetros cuadrados, que hoy representan el 23.3 % del actual Estados Unidos de América, por la suma de 15 millones de dólares, entregados al emperador, Napoleón Bonaparte.
Pero lo mejor será centrarnos en Thomas Jefferson, distinguido como un polifacético político de su época, quien fue gobernador de Virginia entre 1779 y 1781; luego fue miembro del Congreso, distinguiéndose por intentar abolir la esclavitud en su país.
Comenzó a participar en política en su estado, Virginia, desde 1769, defendiendo a ultranza la tolerancia religiosa y la enseñanza pública igualitaria. Cuando se agravó el conflicto entre Gran Bretaña y sus trece colonias en la Unión Americana, defendió los derechos de éstas.
Durante la siguiente guerra independentista, Jefferson fue elegido delegado de Virginia en la Convención Continental de Filadelfia (1775), donde plasmó las ideas del filósofo inglés, John Locke, que defendía el liberalismo, en su defensa de la democracia, de la igualdad, del derecho de los pueblos a disponer de ellos mismos y el derecho natural de los hombres “a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad”, plasmado lo anterior en un documento histórico.
Fue embajador de la Unión Americana en París, entre 1785 y 1789, y más tarde fue nombrado por George Washington como primer Secretario de Estado, entonces llamado Ministro de Asuntos Exteriores, entre 1790 y 1793.
Tuvo serias diferencias con el secretario del Tesoro, Alexander Hamilton, de donde resultara el primer sistema bipartidista del vecino país del norte, pues Hamilton era líder de los llamados federalistas centralistas (antecedente del hoy Partido Republicano, al que pertenece Donald Trump), en tanto Jefferson era dirigente de los federalistas demócratas, precursores del Partido Demócrata, pues defendía la autonomía de los estados de la Unión Americana.
En 1796, Thomas Jefferson perdió la elección presidencial frente al federalista John Adams, pero en virtud de una disposición constitucional ya derogada, fue declarado vice- presidente por ser el segundo candidato más votado. Sin embargo, en 1800 y en 1804 ganó las elecciones, por lo que fue presidente entre 1801 y 1809.
Lo más relevante de sus dos mandatos, fue la consolidación de un reparto de funciones entre los poderes constitucionales, según el cual el gobierno federal se encargaría de la defensa y la política exterior, dejando a los estados una amplia autonomía política interior, y con ello llevo a la práctica sus convicciones filosóficas sobre la necesidad de limitar el poder para salvaguardar la libertad.
Jefferson favoreció la futura expansión de su país adquiriendo el extenso territorio de Luisiana en 1803, así como apoyar las exploraciones de Lewis y Clark hacia el oeste en el norte de la Unión Americana.
Siguiendo el ejemplo de Washington no se postuló para una tercera reelección, retirándose a cultivar sus múltiples aficiones intelectuales en 1809, e incluso fundó la Universidad de Virginia en 1819.
En síntesis, Jefferson fue un hombre polifacético, pues lo mismo fue político, humanista, filósofo, científico; defensor de la libertad de palabra, de las creencias religiosas y políticas, motivo por el cual es considerado uno de los hombres universales más destacados de su época.

¡Hasta la próxima!