Una cascada de cambios… sin resultados
En el seno de los Algodoneros de Unión Laguna no paran los movimientos de jugadores, ahora se hace un cambio con los Tigres de Quintana Roo, a donde se va el cañonero Eric Aguilera, para que de allá vengan dos lanzadores, uno de ellos Miguel Sánchez, zurdo que si entrega buenas cuentas, será de gran ayuda para Román Peña; el otro es el derecho Luis Gámez, que llegó hace unas semanas a Torreón. Se anuncia también a Michael Choice, un outfield que estuvo un ratito en ligas mayores, con Atléticos de Oakland y Rangers de Texas. También llega Cristhian Presichi como agente libre, luego de haber estado hasta este 2019 con Rieleros de Aguascalientes.
Este anuncio en realidad no motiva a los seguidores de Unión Laguna, quienes vieron con tristeza y decepción cómo su equipo se ubicó en el último lugar de la primera vuelta; hay que ser claros, ese resultado prácticamente deja fuera al equipo lagunero de la postemporada, porque milagros como el que se necesita, ya no existen. Michael Crouse entregó buenas cuentas, pero eso no lo salvó de la guillotina, en una decisión que evidentemente ha entregado resultados negativos. Después se fueron otros extranjeros que no rindieron, pero Eric Aguilera, que no ocupa plaza de extranjero, ahora es enviado a los Tigres, en busca de reforzar el bullpen.
Han sido bastantes cambios y lamentablemente muy pocos han dado el resultado que se esperaba; no es muy común ver en un roster sólo dos outfielders y hasta ocho jugadores de cuadro, ahí el equipo está desbalanceado desde su planeación; si la lógica se impone, debe esperarse que Michael Choice se ubique en el jardín derecho o el izquierdo, para que nunca más se utilice ahí a Daniel Hinojosa o a Carlos Álvarez. Poco a poco se reduce ese ímpetu que enseñaron los Algodoneros en la primera vuelta y si los refuerzos no entregan buenos resultados de inmediato, el barco se hundirá más, irremediablemente ¿lo aguantará la afición?
Ya se ha dicho muchas veces, esta plaza estuvo a nada de quedarse sin béisbol de Liga Mexicana, y es un triunfo que haya un representante; es cierto que el binomio Arellano Hernández-Cárdenas Cortés dejó un roster prácticamente encuerado, y también es un hecho que quien toma las decisiones no cuenta con un presupuesto como el de Monterrey, Monclova, Tijuana o Yucatán; de esa base hay que partir, pero con una pregunta ¿no es válido aspirar a que el equipo tenga un mejor desempeño, incluso con todos esos hechos, que son reales? La afición que paga un boleto es consciente, pero también quiere tener un equipo protagonista, el cual hoy no se tiene.
El aporte de los refuerzos extranjeros ha sido sumamente pobre, se esperó bastante a Edgard Muñoz y a Niuman Romero en largos periodos en lista de incapacitados, en donde el venezolano ya estuvo en dos ocasiones. Hoy el auge de las redes sociales permite enterarse de la inconformidad de varios aficionados que apoyan con su presencia en el escenario, pero que tienen un límite y en muchos de ellos ya se llegó al límite. Ya está por demás señalar nombres, pero hay jugadores que no se entiende porqué siguen, y menos aún, porqué otros regresaron. El pitcheo de relevo no ha existido toda la temporada y no se ha podido mejorar su nivel.
Las decisiones de Jonathan Aceves en general no son bien vistas. El sol no se puede tapar con un dedo y no se vale ya decir que el equipo está en formación y otras excusas, como que en el Estadio de la Revolución hay muchos niños, damas y un ambiente familiar, el aficionado que va a un estadio de béisbol profesional, exige un espectáculo de calidad, y un equipo que gane y pierda, pero que lo haga con gallardía. Es triste ver cómo los expertos ubicaron a Unión Laguna en el último lugar; hoy, más que tristeza se siente impotencia, porque créanlo, Algodoneros no es lo que dicen sus números.
