¿Qué esperar de U. Laguna en la segunda vuelta?
Terminó la primera parte del calendario regular y los Algodoneros de Unión Laguna no pudieron abandonar el frío sótano de la Zona Norte, es cierto que hay varias cosas positivas en torno al equipo, sin embargo, no hay un solo integrante del roster, de la directiva y de la afición, que esté contento con la marca de ganados y perdidos que presenta el equipo de Jonathan Aceves. También es cierto que la prioridad era mantener el espectáculo de la Liga Mexicana de Beisbol (LMB) en esta plaza; el binomio Arellano Hernández-Cárdenas Cortés dejó un roster muy limitado y el tiempo era muy poco para integrar un equipo competitivo; todo eso es muy válido.
Se habló (nunca de manera oficial) que el presupuesto era limitado y que los resultados en el terreno de juego no eran lo primordial; en octubre de 2018 se anunció que Unión Laguna y tres equipos más dejaban la LMB, y un mes después de la mano del jefe del Poder Ejecutivo, vino la instrucción de hacer todo lo posible por mantener en 16 equipos la nómina del nonagenario circuito de verano. El gobernador Riquelme Solís acudió a Grupo Orlegui, que analizó la situación y se hizo a un lado, para encontrar en Francisco Javier Orozco Marín al “salvador de la causa”, aunque con el apoyo fuerte de importantes empresarios de la Comarca Lagunera.
Suponiendo sin conceder, que el presupuesto es limitado, aunque así podría pensarse por la clase de extranjeros que se eligieron, este equipo con su cuerpo técnico y directivos en la oficina, tiene para mucho más que terminar en el sótano de la Zona Norte en la primera vuelta. ¿Sabe usted cuántos juegos se perdieron por el pitcheo de relevo y por el mal manejo de ese departamento? Se dejaron ir los triunfos suficientes para haber terminado mínimo en la quinta posición. La dirigencia decidió dejar al equipo en manos de un manager inexperto, debutante y que se ha equivocado, pero justo es reconocerle la mística que imprimió a estos Algodoneros.
Se dice coloquialmente que echando a perder se aprende, y ese dicho se puede aplicar muy bien al equipo de casa; Francisco “Chiper” Méndez indudablemente conoce el béisbol a fondo y como gerente deportivo, en teoría tiene la misión de buscar los refuerzos que hagan falta para tener un equipo competitivo, pero entonces viene la interrogante ¿hasta dónde alcanza el presupuesto disponible? Monterrey, Tijuana y Monclova no escatiman recursos cuando se trata de conseguir un verdadero refuerzo, el resultado lógico salta a la vista, al ocupar estos tres equipos los primeros lugares de la Zona Norte; Pedro Meré y Roberto Kelly son managers de experiencia, no así el caso de Óscar Robles.
La versión de que el roster estaba “encuerado”, que había muy poco tiempo para armar el equipo, y que se contaba con un presupuesto muy limitado, fue un mensaje para que la afición lagunera tomara una decisión, y el verdadero aficionado decidió. Varias ocasiones se vio un desolado Estadio de la Revolución, con la presencia de los verdaderos aficionados, y otras muchas ocasiones la situación fue diferente, se dieron muy buenas asistencias, aunque hay que decirlo, debido a las promociones que prepara la directiva. Hoy la casa de los Algodoneros de Unión Laguna es una opción para jóvenes que gustan del ruido estridente y de compartir ahí el pan, la sal y el vino, como antes se hacía en el antro.
El verdadero conocedor espera extranjeros de alta calidad, espera al menos un relevo zurdo que apoye a Román Peña, y espera bateadores de calidad, pero sobre todo consistentes, que aparezcan cuando el equipo más los necesita. No existe la menor duda de que la directiva sabe perfectamente cuáles son las necesidades; ya se “echó a perder la primera vuelta” pero el precio tan elevado que se ha pagado, debe aprovecharse para mantener el desarrollo de los muchos elementos jóvenes de calidad con que se cuenta. Hoy calificar es matemáticamente posible, pero demasiado complicado; sigamos disfrutando que tenemos béisbol ¿lo entenderá así la afición?
