Humillante y dolorosa pero a la vez provechosa, resultó la barrida que aplicaron los Toros de Tijuana a los Algodoneros de Unión Laguna, apenas el último fin de semana en el Estadio de la Revolución; es cierto que entre ambos equipos hay mucha diferencia, pero resulta preocupante ver cómo un equipo pierde en su casa sin siquiera meter las manos; había cierta expectativa en los turnos de lanzar para Frankie de la Cruz y Frank Garcés, pero el relevo que hoy no existe en el equipo algodonero, se encargó de cambiar el curso de las cosas. Tijuana es un plantel muy bien armado, con un estelar en cada posición, desde luego que entran en malas rachas, pero si el rival no aprovecha, los astados se levantan y nadie los detiene.
Los aficionados son conscientes de la situación en que la nueva directiva tomó al equipo lagunero, un roster muy limitado para la Liga Mexicana de Beisbol (LMB) y se dice que un presupuesto muy austero; al conocerse a los empresarios que hoy respaldan a Unión Laguna, es difícil pensar que no se cuente con los recursos, no para tener un equipo campeón, pero sí una novena fuerte, que encare cada compromiso con verdaderas posibilidades de éxito. Francisco Javier Orozco Marín es quien da la cara como propietario de la franquicia, él no es lagunero pero sí lo son algunos empresarios que lo acompañan en esta aventura.
¿Qué necesita Unión Laguna para ser contendiente? Refuerzos de calidad, para conseguirlos se requiere una fuerte inversión, pero también hay que saber cómo ubicarlos y hacer posible su contratación. Si de prioridades se trata, el pitcheo de relevo ocupa el número uno; Algodoneros hoy no tiene preparador ni cerrador, tampoco existe un relevo intermedio ni largo, y el único zurdo que da confianza como situacional es Román Peña. Entre los abridores los únicos confiables son Frankie de la Cruz y Frank Díaz; Saúl Castellanos va en proceso de formación, Edgar Osuna muestra inconsistencia y Pedro Fernández necesita más, mucho más que tirar arriba de 90 millas.
En la ofensiva el momento que hoy vive Francisco Ferreiro, lo convierte en el primer bate ideal, sin necesidad de ocupar ese lugar con una plaza de extranjero; defensivamente Algodoneros no tiene problemas ni en los jardines ni en el infield, se necesita un auténtico cuarto bate, que no es no Michael Crouse, ni Eric Aguilera o Niuman Romero. Es necesario aprovechar la apertura hacia los jugadores de doble nacionalidad, ahí Tijuana tiene a Jesús Pirela, Mark Serrano, Carlos Hernández, Miguel Peña o Jake Sánchez, entre otros, Algodoneros tiene a Alejandro Chavarría, y dicho sea con todo respeto para el lanzador de Algodoneros, con muchas cosas por aprender.
Si la directiva no consigue verdaderos refuerzos, poco a poco el equipo se va a hundir en el sótano de la Zona Norte, y sus seguidores dejarán de asistir a los juegos en casa, esa situación puede provocar grandes pérdidas a quienes hoy invierten su dinero, y eso genera que los empresarios decidan hacerse a un lado, este escenario es el que menos quieren quienes verdaderamente son amantes del Rey de los Deportes. Si en la organización verdaderamente se quiere tener un equipo protagonista, hay que reforzarlo, de esta forma la paciencia de los aficionados será duradera, al ver que verdaderamente se hace un esfuerzo.
Dos abridores, dos relevos, un cuarto bate y un receptor, todos de categoría; eso es lo que hoy requiere Algodoneros; con todo respeto para Jonathan Aceves, él no es el indicado para dirigir a un equipo de las características de Unión Laguna, el “Becerro de Oro” quiere hacer carrera como estratega y es lógico que haya aceptado el cargo. Aquí hay que ser claros, claro que Aceves puede llegar a ser buen manager, pero su caso es muy diferente, por ejemplo, al de Sergio Omar Gastélum, o tres años atrás al de Roberto “Chapo” Vizcarra. Viene Sultanes y sólo queda esperar que el equipo luche con todos sus recursos al alcance, hoy no se le puede pedir más.
claudiobeisbol58@gmail.com
