/ jueves 4 de julio de 2019

Renovación del PRI

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Amigas y amigos, decir que el PRI, el partido más grande y antiguo de México, enfrenta momentos cruciales, sería ponerlo de manera amable; para el PRI, el resultado electoral de hace un año simbolizó el inicio de un sendero largo y amargo, producto de muchas acciones y omisiones en las cuales algunos militantes fueron protagonistas.

Hoy, a un año de una de las peores elecciones en nuestra historia, huelga decir que el PRI no está ni muerto, ni acabado, ni mucho menos desahuciado, pero nos encontramos en un punto de auténtica inflexión; el proceso para renovar la dirigencia nacional del Partido puede permitirle al PRI hacer un golpe de timón y volver al dinamismo y las causas sociales.

Para esta elección, solamente se encuentran dos fórmulas: La primera, encabezada por Alejandro Moreno y Carolina Viggiano, y la segunda, encabezada por Ivonne Ortega y Encarnación Alfaro; Como priista y como coahuilense, me queda claro que la fórmula del éxito es la primera, por las siguientes razones:

1.- Alejandro Moreno es un gobernador con licencia, siendo electo por voto popular hace 4 años en una elección histórica.

2.- Alejandro Moreno comprende la institucionalidad. Como Gobernador, ha trabajado férreamente no sólo con funcionarios priistas, sino con elementos de otros partidos, a fin de traer progreso a sus gobernados.

3.- Los candidatos a secretarios generales son bastamente diferentes; Carolina Viggiano es muy conocida en Coahuila, y realizó un trabajo excepcional en el DIF; conoce los procesos electorales en nuestra entidad y en otras, y demuestra esa experiencia con resultados.

Personalmente, considero que una elección interna en la que se permite una votación es un ejercicio que da legitimidad a una renovación, pero por desgracia, la planilla número 2 ha utilizado la coyuntura interna para sembrar encono y división, llegando al extremo de decir en esta semana que no vendría a Coahuila por supuestas amenazas recibidas de las que, naturalmente, no se exhibió prueba alguna.

El PRI de Coahuila es uno de los que históricamente se entregan con pasión en los procesos electorales; uno de los que no dejan de trabajar en ningún momento, sea año electoral o no. El PRI Coahuila retuvo la Gubernatura en el 2017, no obstante la oleada morena, ni las traiciones internas, ni todas las dificultades del proceso. ¿Se imaginan ustedes que la posible presidenta diga abiertamente que no tocará Coahuila?

Reconozco la trayectoria de Ivonne Ortega, fuimos compañeras de legislatura y me consta que, cuando ella quiere, suma y multiplica en beneficio del PRI. Ojalá eventualmente reasuma ese rol y deje de lado este esquema de descalificaciones que únicamente resta.

Para el PRI en Coahuila, y Nacional en general, la única ruta del éxito y de la unidad es representada por Alito y Carolina, y no tengo duda de que el triunfo será de ellos. ¡Con la Fuerza de la Militancia!

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Amigas y amigos, decir que el PRI, el partido más grande y antiguo de México, enfrenta momentos cruciales, sería ponerlo de manera amable; para el PRI, el resultado electoral de hace un año simbolizó el inicio de un sendero largo y amargo, producto de muchas acciones y omisiones en las cuales algunos militantes fueron protagonistas.

Hoy, a un año de una de las peores elecciones en nuestra historia, huelga decir que el PRI no está ni muerto, ni acabado, ni mucho menos desahuciado, pero nos encontramos en un punto de auténtica inflexión; el proceso para renovar la dirigencia nacional del Partido puede permitirle al PRI hacer un golpe de timón y volver al dinamismo y las causas sociales.

Para esta elección, solamente se encuentran dos fórmulas: La primera, encabezada por Alejandro Moreno y Carolina Viggiano, y la segunda, encabezada por Ivonne Ortega y Encarnación Alfaro; Como priista y como coahuilense, me queda claro que la fórmula del éxito es la primera, por las siguientes razones:

1.- Alejandro Moreno es un gobernador con licencia, siendo electo por voto popular hace 4 años en una elección histórica.

2.- Alejandro Moreno comprende la institucionalidad. Como Gobernador, ha trabajado férreamente no sólo con funcionarios priistas, sino con elementos de otros partidos, a fin de traer progreso a sus gobernados.

3.- Los candidatos a secretarios generales son bastamente diferentes; Carolina Viggiano es muy conocida en Coahuila, y realizó un trabajo excepcional en el DIF; conoce los procesos electorales en nuestra entidad y en otras, y demuestra esa experiencia con resultados.

Personalmente, considero que una elección interna en la que se permite una votación es un ejercicio que da legitimidad a una renovación, pero por desgracia, la planilla número 2 ha utilizado la coyuntura interna para sembrar encono y división, llegando al extremo de decir en esta semana que no vendría a Coahuila por supuestas amenazas recibidas de las que, naturalmente, no se exhibió prueba alguna.

El PRI de Coahuila es uno de los que históricamente se entregan con pasión en los procesos electorales; uno de los que no dejan de trabajar en ningún momento, sea año electoral o no. El PRI Coahuila retuvo la Gubernatura en el 2017, no obstante la oleada morena, ni las traiciones internas, ni todas las dificultades del proceso. ¿Se imaginan ustedes que la posible presidenta diga abiertamente que no tocará Coahuila?

Reconozco la trayectoria de Ivonne Ortega, fuimos compañeras de legislatura y me consta que, cuando ella quiere, suma y multiplica en beneficio del PRI. Ojalá eventualmente reasuma ese rol y deje de lado este esquema de descalificaciones que únicamente resta.

Para el PRI en Coahuila, y Nacional en general, la única ruta del éxito y de la unidad es representada por Alito y Carolina, y no tengo duda de que el triunfo será de ellos. ¡Con la Fuerza de la Militancia!