/ viernes 10 de enero de 2020

Regresar a los orígenes

Vidarte

Estos días serán para reflexionar en comunidad. Estoy muy triste, pero este estado de ánimo no debe perdurar, y a pesar de que tuvimos muchas llamadas de atención reaccionamos con el asombro que creíamos perdido, solo cuando no hubo forma de evadir una realidad cruda, cruel y muy dolorosa que nos dice, una vez más, que es necesario detenernos un momento, ver lo bueno y lo malo de nuestros tiempos, recordar quiénes somos y resurgir del dolor y la tragedia.

Regresar a los orígenes, vernos al espejo, sentarnos a la mesa y platicar, platicar, ver a los ojos a nuestros hijos y levantarnos.

Tenemos muchas alternativas para salir del pozo y creo firmemente que en todas ellas la cultura de la paz, la creatividad, la alegría y el trabajo son, serán fundamentales. Lo contrario nos hundirá aún más.

Desde estas páginas he manifestado mi fe en que la cultura es una herramienta para la construcción de una sociedad más justa. La cultura crítica, objetiva, de la vida y de la diversión es el ejercicio sano y edificador de esa sociedad que hemos perdido.

Vamos a los museos, a las bibliotecas, a los parques, vamos con nuestra familia, nuestros amigos, vamos con la misma capacidad de asombro con la que los primeros inmigrantes iban a la estación del tren a ver llegar a otros inmigrantes, recordemos que muchos llegaron a este páramo con su equipaje en la boca y se quedaron aquí porque creyeron en La Laguna. Un buen hombre llegó a Tamaulipas desde Grecia, no le llamó la atención quedarse en ninguna ciudad, pueblo o ranchería por donde pasó el tren, cuando llegó a Torreón había una habitual tormenta de tierra, un terregal lagunero, no pudo ver nada, solo tierra… dijo, está bien, aquí me quedaré.

Él creyó en La Laguna, nosotros también, por eso superaremos este momento de tristeza y dolor, tenemos muchos museos, más que otras ciudades más grandes, centros culturales, teatros, parques, jardínes donde podremos ir a jugar, a convivir, a sanar; tenemos un gran tesoro que quisieran muchas otras comunidades y una vida cultural muy rica, salgamos de casa, dejemos a un lado los recursos tecnológicos que son la joya de nuestros tiempos, pero que pudieran ser nuestros verdugos; encontremos a otros en la calle, platiquemos con ellos, leamos en familia, escuchemos las aventuras de los abuelitos, contemos chistes en las banquetas al anochecer y vayamos al cine, veamos películas sin distracciones…

Y sigamos llevando a nuestros hijos a los centros culturales, que sean parte de grupos de teatro, que se inscriban en talleres de pintura, si no tenemos tiempo o dinero para llevarlos, hagamos cultura propositiva en nuestras casas y barrios, salas de lectura. Juguemos en familia a Caras y Gestos y tengamos confianza en los profesores de nuestros hijos, en sus escuelas, apoyemos en todo lo posible a las actividades escolares y extra escolares, los niños y jóvenes necesitan socializar y si lo hacen mientras juegan, mejor.

Vivimos tiempos de oscuridad y tristeza, reunamos a nuestra familia para planear una carne asada en comunidad, una tarde de película, un viaje al museo, vamos a las comunidades de La Laguna, escuchemos a los cardencheros, organicemos muchos festivales, festejemos los cumpleaños, conozcamos los nombres de los amigos de nuestros hijos, de sus profesores, hagamos cosas buenas juntos. Es hora de salir a la calle y volver a creer en el otro.

@AngelArgos

www.facebook.com.mx/Angel Reyna

androli@yahoo.com.mx

Vidarte

Estos días serán para reflexionar en comunidad. Estoy muy triste, pero este estado de ánimo no debe perdurar, y a pesar de que tuvimos muchas llamadas de atención reaccionamos con el asombro que creíamos perdido, solo cuando no hubo forma de evadir una realidad cruda, cruel y muy dolorosa que nos dice, una vez más, que es necesario detenernos un momento, ver lo bueno y lo malo de nuestros tiempos, recordar quiénes somos y resurgir del dolor y la tragedia.

Regresar a los orígenes, vernos al espejo, sentarnos a la mesa y platicar, platicar, ver a los ojos a nuestros hijos y levantarnos.

Tenemos muchas alternativas para salir del pozo y creo firmemente que en todas ellas la cultura de la paz, la creatividad, la alegría y el trabajo son, serán fundamentales. Lo contrario nos hundirá aún más.

Desde estas páginas he manifestado mi fe en que la cultura es una herramienta para la construcción de una sociedad más justa. La cultura crítica, objetiva, de la vida y de la diversión es el ejercicio sano y edificador de esa sociedad que hemos perdido.

Vamos a los museos, a las bibliotecas, a los parques, vamos con nuestra familia, nuestros amigos, vamos con la misma capacidad de asombro con la que los primeros inmigrantes iban a la estación del tren a ver llegar a otros inmigrantes, recordemos que muchos llegaron a este páramo con su equipaje en la boca y se quedaron aquí porque creyeron en La Laguna. Un buen hombre llegó a Tamaulipas desde Grecia, no le llamó la atención quedarse en ninguna ciudad, pueblo o ranchería por donde pasó el tren, cuando llegó a Torreón había una habitual tormenta de tierra, un terregal lagunero, no pudo ver nada, solo tierra… dijo, está bien, aquí me quedaré.

Él creyó en La Laguna, nosotros también, por eso superaremos este momento de tristeza y dolor, tenemos muchos museos, más que otras ciudades más grandes, centros culturales, teatros, parques, jardínes donde podremos ir a jugar, a convivir, a sanar; tenemos un gran tesoro que quisieran muchas otras comunidades y una vida cultural muy rica, salgamos de casa, dejemos a un lado los recursos tecnológicos que son la joya de nuestros tiempos, pero que pudieran ser nuestros verdugos; encontremos a otros en la calle, platiquemos con ellos, leamos en familia, escuchemos las aventuras de los abuelitos, contemos chistes en las banquetas al anochecer y vayamos al cine, veamos películas sin distracciones…

Y sigamos llevando a nuestros hijos a los centros culturales, que sean parte de grupos de teatro, que se inscriban en talleres de pintura, si no tenemos tiempo o dinero para llevarlos, hagamos cultura propositiva en nuestras casas y barrios, salas de lectura. Juguemos en familia a Caras y Gestos y tengamos confianza en los profesores de nuestros hijos, en sus escuelas, apoyemos en todo lo posible a las actividades escolares y extra escolares, los niños y jóvenes necesitan socializar y si lo hacen mientras juegan, mejor.

Vivimos tiempos de oscuridad y tristeza, reunamos a nuestra familia para planear una carne asada en comunidad, una tarde de película, un viaje al museo, vamos a las comunidades de La Laguna, escuchemos a los cardencheros, organicemos muchos festivales, festejemos los cumpleaños, conozcamos los nombres de los amigos de nuestros hijos, de sus profesores, hagamos cosas buenas juntos. Es hora de salir a la calle y volver a creer en el otro.

@AngelArgos

www.facebook.com.mx/Angel Reyna

androli@yahoo.com.mx