/ miércoles 9 de febrero de 2022

Reflejos | En pie de lucha por la salud mental

¿De dónde voy a sacar yo 800 pesos para pagar una consulta? Fue la primera pregunta que se hizo Diana. Semanas antes, su cuerpo había experimentado por primera vez un ataque de pánico, pero ella no lo sabía. La opresión en el pecho, la falta de aire, la desesperación y la inestabilidad que sintió la asustaron.

No le dijo a nadie, pero llevaba días sintiéndose estresada. Para no preocupar a sus familiares guardó silencio hasta que el cuerpo le cobro factura: recurrir al área de Urgencias del hospital, allí la estabilizaron y le recomendaron atención especializada para lo que seguramente era un trastorno mental. El primer intento fue acudir al Centro Estatal de Salud Mental, donde le dieron cita en un lapso de un mes.

Ante la tardanza, Diana tomó la recomendación de una amiga y solicitó una consulta con médico particular. El diagnóstico costaba dos mil pesos y más el pago de la primera consulta, correspondía a un pago inmediato de dos mil 800 pesos. No había forma de costearlo siendo madre soltera y con gastos prioritarios.

Lo que tendría que ser un derecho se ha convertido en un privilegio, y para muchas mujeres la atención de la salud mental es casi imposible. El costo de una consulta particular en Coahuila oscila entre los 350 y los mil 200 pesos.

Inaccesible para muchas en un país donde el salario que perciben las mujeres es menor entre un 30 y 40% en comparación con de los varones. Eso, sin contar los demás gastos que se tienen que cubrir si se trata de una jefa de familia.

La realidad es que gran parte de las mujeres que padecen alguna enfermedad o trastorno, recurren a la automedicación, a terapias alternativas económicas que no son las adecuadas, a vivir el proceso en soledad por temor a los estigmas sociales, o buscando otras vías de escape que les permitan sobrellevar sus padecimientos.

Además, muchas se encuentran con prejuicios en las consultas, al abandono de sus familias y parejas

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Epidemiología Psiquiátrica, tres de cada 10 mexicanos han padecido una enfermedad mental en su vida y los trastornos de ansiedad (un 14,3%), el uso de sustancias (un 9,2%) y los trastornos afectivos (un 9,1%) son los más comunes.

La ONU señala que las mujeres son más propensas que los hombres a sufrir depresión y ansiedad (2020). En México, de 2013 a 2019, las mujeres asistieron, en promedio, 19.8% más que los hombres a consultas de primera vez relacionadas a salud mental y 5.3% veces más a consultas subsecuentes.

Es clara la necesidad de originar políticas sociales y económicas, así como intervenciones específicas en salud pública en todos los estratos sociales, bajo la perspectiva feminista que beneficie a todas las mujeres de todas las edades.

¿De dónde voy a sacar yo 800 pesos para pagar una consulta? Fue la primera pregunta que se hizo Diana. Semanas antes, su cuerpo había experimentado por primera vez un ataque de pánico, pero ella no lo sabía. La opresión en el pecho, la falta de aire, la desesperación y la inestabilidad que sintió la asustaron.

No le dijo a nadie, pero llevaba días sintiéndose estresada. Para no preocupar a sus familiares guardó silencio hasta que el cuerpo le cobro factura: recurrir al área de Urgencias del hospital, allí la estabilizaron y le recomendaron atención especializada para lo que seguramente era un trastorno mental. El primer intento fue acudir al Centro Estatal de Salud Mental, donde le dieron cita en un lapso de un mes.

Ante la tardanza, Diana tomó la recomendación de una amiga y solicitó una consulta con médico particular. El diagnóstico costaba dos mil pesos y más el pago de la primera consulta, correspondía a un pago inmediato de dos mil 800 pesos. No había forma de costearlo siendo madre soltera y con gastos prioritarios.

Lo que tendría que ser un derecho se ha convertido en un privilegio, y para muchas mujeres la atención de la salud mental es casi imposible. El costo de una consulta particular en Coahuila oscila entre los 350 y los mil 200 pesos.

Inaccesible para muchas en un país donde el salario que perciben las mujeres es menor entre un 30 y 40% en comparación con de los varones. Eso, sin contar los demás gastos que se tienen que cubrir si se trata de una jefa de familia.

La realidad es que gran parte de las mujeres que padecen alguna enfermedad o trastorno, recurren a la automedicación, a terapias alternativas económicas que no son las adecuadas, a vivir el proceso en soledad por temor a los estigmas sociales, o buscando otras vías de escape que les permitan sobrellevar sus padecimientos.

Además, muchas se encuentran con prejuicios en las consultas, al abandono de sus familias y parejas

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Epidemiología Psiquiátrica, tres de cada 10 mexicanos han padecido una enfermedad mental en su vida y los trastornos de ansiedad (un 14,3%), el uso de sustancias (un 9,2%) y los trastornos afectivos (un 9,1%) son los más comunes.

La ONU señala que las mujeres son más propensas que los hombres a sufrir depresión y ansiedad (2020). En México, de 2013 a 2019, las mujeres asistieron, en promedio, 19.8% más que los hombres a consultas de primera vez relacionadas a salud mental y 5.3% veces más a consultas subsecuentes.

Es clara la necesidad de originar políticas sociales y económicas, así como intervenciones específicas en salud pública en todos los estratos sociales, bajo la perspectiva feminista que beneficie a todas las mujeres de todas las edades.