/ martes 23 de febrero de 2021

Nos estamos quedando sin jóvenes

Los datos del Censo Nacional de Población y Vivienda que elabora el INEGI nos dejaron fríos, pero solo confirmó lo que ya sabíamos, más rezagos que avances en temas prioritarios que no debemos desatender.

La población en la ZML creció a un promedio anual de 1.4% de 2015 a 2020, una cifra mejor que el período de 2010 a 2015, originado quizá por la migración de personas por las condiciones de inseguridad y falta de empleo.

En la última década, Torreón, por ejemplo, creció 13% su población total, sin embargo, otras ciudades crecieron a un ritmo mayor, como Querétaro que creció un 68%, Saltillo un 21% y Aguascalientes un 19%, principalmente en rangos de edad de jóvenes que buscan en estas ciudades mejores oportunidades.

El crecimiento en la ZML no ha sido igual en todos los rangos de edad, pues en la última década, la población de 0 a 17 años cayó de un 38% a un 31%, la población de jóvenes de 18 a 29 años, también disminuyó del 23% al 20%, a diferencia de la población adulta de 30 a 59 años que aumentó del 31% al 38% y los adultos mayores de 60 años aumentaron del 7% al 12%.

¿Qué nos depara el futuro en la ZML? ¿Nos convertiremos en exportadores de talento?, no creo sea lo que queremos. Me parece que tenemos que buscar primero, combatir los rezagos, pues el censo dejó ver que aún existen 5,000 viviendas con piso de tierra, casi 600 viviendas sin luz, 1,300 sin agua entubada y casi 3,000 sin drenaje.

En educación, el 20% de los adolescentes no asiste a la escuela, el 40% no asiste a preparatoria y el 70% no asiste a la universidad. En salud, 2 de cada 10 laguneros no cuentan con algún servicio médico. Los problemas de los municipios de la ZML son muy similares, pero si no se combaten de forma integral, en coordinación, y en suma de esfuerzos, entonces atenderlos de forma aislada será más difícil abatirlos.

Tenemos que basar nuestras políticas públicas en estos datos, para que sea posible aspirar a mejorar en el futuro la calidad de vida de la población. Saber con exactitud, donde se requiere infraestructura de vivienda, de educación, de salud, de empleo y muchos otros. Si no se toma en cuenta esta evidencia, no será eficiente el gasto público de los diferentes órdenes de gobierno y continuarán fugándose los jóvenes talentos.

Los datos del Censo Nacional de Población y Vivienda que elabora el INEGI nos dejaron fríos, pero solo confirmó lo que ya sabíamos, más rezagos que avances en temas prioritarios que no debemos desatender.

La población en la ZML creció a un promedio anual de 1.4% de 2015 a 2020, una cifra mejor que el período de 2010 a 2015, originado quizá por la migración de personas por las condiciones de inseguridad y falta de empleo.

En la última década, Torreón, por ejemplo, creció 13% su población total, sin embargo, otras ciudades crecieron a un ritmo mayor, como Querétaro que creció un 68%, Saltillo un 21% y Aguascalientes un 19%, principalmente en rangos de edad de jóvenes que buscan en estas ciudades mejores oportunidades.

El crecimiento en la ZML no ha sido igual en todos los rangos de edad, pues en la última década, la población de 0 a 17 años cayó de un 38% a un 31%, la población de jóvenes de 18 a 29 años, también disminuyó del 23% al 20%, a diferencia de la población adulta de 30 a 59 años que aumentó del 31% al 38% y los adultos mayores de 60 años aumentaron del 7% al 12%.

¿Qué nos depara el futuro en la ZML? ¿Nos convertiremos en exportadores de talento?, no creo sea lo que queremos. Me parece que tenemos que buscar primero, combatir los rezagos, pues el censo dejó ver que aún existen 5,000 viviendas con piso de tierra, casi 600 viviendas sin luz, 1,300 sin agua entubada y casi 3,000 sin drenaje.

En educación, el 20% de los adolescentes no asiste a la escuela, el 40% no asiste a preparatoria y el 70% no asiste a la universidad. En salud, 2 de cada 10 laguneros no cuentan con algún servicio médico. Los problemas de los municipios de la ZML son muy similares, pero si no se combaten de forma integral, en coordinación, y en suma de esfuerzos, entonces atenderlos de forma aislada será más difícil abatirlos.

Tenemos que basar nuestras políticas públicas en estos datos, para que sea posible aspirar a mejorar en el futuro la calidad de vida de la población. Saber con exactitud, donde se requiere infraestructura de vivienda, de educación, de salud, de empleo y muchos otros. Si no se toma en cuenta esta evidencia, no será eficiente el gasto público de los diferentes órdenes de gobierno y continuarán fugándose los jóvenes talentos.