/ lunes 23 de diciembre de 2019

Navidad

El nacimiento de Cristo, que hoy por hoy genera enorme regocijo en casi todas las culturas, principalmente en la civilización occidental, fue noticia cuando ocurrió el año 749 de la fundación de Roma, y sigue siendo noticia en nuestros días.

Los pastores que cuidaban sus rebaños en la comarca de Belén conocieron esta gran noticia gracias al anuncio de un ángel del cielo, a quien acompañaba una multitud de las huestes celestiales que alababan a Dios y decían: “¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!” (Lucas 2:14).

Proclamó también el nacimiento de Jesús la estrella brillante que siguieron los magos procedentes de oriente, la cual guio a estos sabios con precisión, primero a la ciudad de Jerusalén, y después al pequeño poblado de Belén de Judea, en donde se hallaba el niño envuelto en pañales, acostado en un humilde pesebre (Lucas 2:16).

El relato bíblico antes mencionado goza de la aceptación de la mayor parte de los seres humanos, no así la fecha en que el catolicismo sitúa el nacimiento de Cristo. El periodista y escritor Eduardo Galeano escribe al respecto: "En qué año, no se sabe. Tampoco el día, ni el mes. Jesús ya había pasado cuatro siglos sin cumpleaños cuando san Gregorio de Nacianceno le otorgó, en el año 379, certificado de nacimiento. Jesús había nacido un 25 de diciembre".

Al igual que el periodista uruguayo, los más serios historiadores y eruditos de la Biblia han dicho en más de una ocasión que Jesús no nació un 25 de diciembre, como sostiene la Iglesia católica, que escogió dicho día "por su coincidencia con la fecha de máximo apogeo de la fiesta del Sol", explica la escritora Silvia Parra.

También sobre la fecha, Niceto Blázquez nos dice que la Iglesia católica "'bautizó' la fiesta pagana del 'Día natal del Sol Invicto' convirtiéndola en el 'Día natal de Jesús'". Y añade el escritor jesuita: "Se destierra así el culto pagano al sol y se consolida el culto al Niño-Dios, Jesús de Nazaret, como verdadero Hijo de Dios y Redentor del género humano. Fue así como la fiesta pagana del culto al sol fue reemplazada por la Navidad o celebración del nacimiento de Cristo".

Con relación al paganismo antes mencionado, conviene recordar que la Navidad, de acuerdo con Julio G. Martinez-Clark, fue escogida por los católicos del siglo III “para competir con el festival pagano romano llamado las Saturnales celebrado desde el 17 al 23 de diciembre en honor al dios Saturno”.

Las saturnales (en latín Saturnalia) eran las fiestas solsticiales de aquellos tiempos, “en donde los asistentes participaban de banquetes, festejos e intercambio de regalos”. El parecido de estas celebraciones paganas con la Navidad no es mera coincidencia; es resultado del sincretismo que desde sus orígenes ha practicado el romanismo.

Insisto: nadie pone en duda el nacimiento de Jesús de Nazaret, el cual celebran millones de personas con villancicos, banquetes navideños y regalos a los niños y a los no tan niños. Lo que ponemos en duda es la fecha que algunas religiones han adoptado para dicho acontecimiento.

Ni se puede afirmar que nació el 25 de diciembre, como lo celebran los católicos, ni el 6 de enero que festeja la Iglesia Ortodoxa, una religión que nació del cisma que tuvo lugar el año 1054

No se necesita pertenecer a una determinada religión para aceptar que Jesús nació y que su nacimiento constituyó un parteaguas en la historia de la humanidad, que marca el principio de la era común o después de Cristo. La mayoría acepta, casi de manera unánime, la existencia de la navidad; lo que no se acepta así es que dicho acontecimiento haya tenido lugar un 25 de diciembre.

Este nacimiento, independientemente de que haya ocurrido durante el día, en la noche o en la madrugada, y más allá de que haya ocurrido en cualquier día o mes del año, representó entonces y ahora la mejor noticia para los seres vivientes. Lo digo porque Cristo fue y es portador de paz, esa paz que anunció el cantar de gloria que se oyó en Belén, que debería ser nuestro cántico también.

Cristo Jesús nació para dar paz a los hombres, una paz espiritual, sublime e inefable, distinta a lo que los hombres conocen como paz. Así lo expresó él cuando desempeñó su ministerio: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da…”.

Me interesa aclarar, por último, que la paz antes mencionada no procede de la festividad que algunos religiosos celebran en una fecha, y otros más en otra fecha. La paz de Dios depende no del acontecimiento, sino de la aceptación de Cristo en el corazón, específicamente de ese mensaje de salvación que llega a los hombres a través de la revelación enviada a sus apóstoles.

Twitter: @armayacastro

El nacimiento de Cristo, que hoy por hoy genera enorme regocijo en casi todas las culturas, principalmente en la civilización occidental, fue noticia cuando ocurrió el año 749 de la fundación de Roma, y sigue siendo noticia en nuestros días.

Los pastores que cuidaban sus rebaños en la comarca de Belén conocieron esta gran noticia gracias al anuncio de un ángel del cielo, a quien acompañaba una multitud de las huestes celestiales que alababan a Dios y decían: “¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!” (Lucas 2:14).

Proclamó también el nacimiento de Jesús la estrella brillante que siguieron los magos procedentes de oriente, la cual guio a estos sabios con precisión, primero a la ciudad de Jerusalén, y después al pequeño poblado de Belén de Judea, en donde se hallaba el niño envuelto en pañales, acostado en un humilde pesebre (Lucas 2:16).

El relato bíblico antes mencionado goza de la aceptación de la mayor parte de los seres humanos, no así la fecha en que el catolicismo sitúa el nacimiento de Cristo. El periodista y escritor Eduardo Galeano escribe al respecto: "En qué año, no se sabe. Tampoco el día, ni el mes. Jesús ya había pasado cuatro siglos sin cumpleaños cuando san Gregorio de Nacianceno le otorgó, en el año 379, certificado de nacimiento. Jesús había nacido un 25 de diciembre".

Al igual que el periodista uruguayo, los más serios historiadores y eruditos de la Biblia han dicho en más de una ocasión que Jesús no nació un 25 de diciembre, como sostiene la Iglesia católica, que escogió dicho día "por su coincidencia con la fecha de máximo apogeo de la fiesta del Sol", explica la escritora Silvia Parra.

También sobre la fecha, Niceto Blázquez nos dice que la Iglesia católica "'bautizó' la fiesta pagana del 'Día natal del Sol Invicto' convirtiéndola en el 'Día natal de Jesús'". Y añade el escritor jesuita: "Se destierra así el culto pagano al sol y se consolida el culto al Niño-Dios, Jesús de Nazaret, como verdadero Hijo de Dios y Redentor del género humano. Fue así como la fiesta pagana del culto al sol fue reemplazada por la Navidad o celebración del nacimiento de Cristo".

Con relación al paganismo antes mencionado, conviene recordar que la Navidad, de acuerdo con Julio G. Martinez-Clark, fue escogida por los católicos del siglo III “para competir con el festival pagano romano llamado las Saturnales celebrado desde el 17 al 23 de diciembre en honor al dios Saturno”.

Las saturnales (en latín Saturnalia) eran las fiestas solsticiales de aquellos tiempos, “en donde los asistentes participaban de banquetes, festejos e intercambio de regalos”. El parecido de estas celebraciones paganas con la Navidad no es mera coincidencia; es resultado del sincretismo que desde sus orígenes ha practicado el romanismo.

Insisto: nadie pone en duda el nacimiento de Jesús de Nazaret, el cual celebran millones de personas con villancicos, banquetes navideños y regalos a los niños y a los no tan niños. Lo que ponemos en duda es la fecha que algunas religiones han adoptado para dicho acontecimiento.

Ni se puede afirmar que nació el 25 de diciembre, como lo celebran los católicos, ni el 6 de enero que festeja la Iglesia Ortodoxa, una religión que nació del cisma que tuvo lugar el año 1054

No se necesita pertenecer a una determinada religión para aceptar que Jesús nació y que su nacimiento constituyó un parteaguas en la historia de la humanidad, que marca el principio de la era común o después de Cristo. La mayoría acepta, casi de manera unánime, la existencia de la navidad; lo que no se acepta así es que dicho acontecimiento haya tenido lugar un 25 de diciembre.

Este nacimiento, independientemente de que haya ocurrido durante el día, en la noche o en la madrugada, y más allá de que haya ocurrido en cualquier día o mes del año, representó entonces y ahora la mejor noticia para los seres vivientes. Lo digo porque Cristo fue y es portador de paz, esa paz que anunció el cantar de gloria que se oyó en Belén, que debería ser nuestro cántico también.

Cristo Jesús nació para dar paz a los hombres, una paz espiritual, sublime e inefable, distinta a lo que los hombres conocen como paz. Así lo expresó él cuando desempeñó su ministerio: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da…”.

Me interesa aclarar, por último, que la paz antes mencionada no procede de la festividad que algunos religiosos celebran en una fecha, y otros más en otra fecha. La paz de Dios depende no del acontecimiento, sino de la aceptación de Cristo en el corazón, específicamente de ese mensaje de salvación que llega a los hombres a través de la revelación enviada a sus apóstoles.

Twitter: @armayacastro