/ miércoles 26 de septiembre de 2018

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¿Presidente o Candidato?

A estas alturas, la política nacional empieza a darse cuenta de que, poco a poquito, la próxima administración federal no será ni tan buena, ni tan tersa, ni tan noble como se tenía previsto. Ser oposición es un trabajo fácil, pero hoy, que son gobierno electo, y que todos los reflectores están encima, comienzan a reflejarse grietas ligeras entre lo que se dijo y lo que se planea hacer.

Hace apenas una semana, las y los diputados de Morena presentaron un punto de acuerdo pidiéndole al Gobierno de la República que suspendiera la Reforma Educativa; lo anterior raya en lo ridículo, ya que las y los legisladores de Andrés Manuel López Obrador cuentan con mayoría absoluta, y podrían derogar la Reforma Educativa en una sesión, claro, si esa fuera su verdadera intención.

Hace días, la designada futura Secretaria de Energía, Rocío Nahle, comentó que los impuestos a los hidrocarburos y energéticos se mantendrían idénticos en el próximo gobierno… debo admitir estimados lectores, que tuve que checar dicha nota dos veces, ya que Rocío y una servidora fuimos compañeras de legislatura y ella, un día si y otro también, pedía hacer uso de la tribuna para hablar de la urgencia que había de quitar los impuestos federales a la gasolina.

El Presidente Electo, peor aún, muestra cada vez más una conducta que, en el mejor de los casos, puede catalogarse como “errática”. El día de ayer, ante preguntas de la reportera Lorena García, él prefirió evadirlas, caminar tres pasos, y después regresar y darle un beso no solicitado en su mejilla. Imagínese usted, amable lector, que pensaría si su hija le dijera que el director de la escuela le dio un beso, o si su superior en el trabajo lo hiciera, sin que Ud. se lo pidiera ni lo consintiera.

En días pasados, también, nuestro Presidente Electo hizo uso de la palabra para decir que México estaba absolutamente quebrado, y que vería cuáles de sus promesas podía cumplir. Calculen amigos lectores, qué pensaría cualquier empresario nacional e internacional con intenciones de invertir en un país, y que su titular lo recibiera diciendo que el país estaba quebrado y la política pública era incierta.

Andrés Manuel López Obrador sin duda es un buen candidato. Tiene 18 años en ese papel. Por desgracia, parece que ha olvidado que hoy ya no puede evadir preguntas, ni escoger a quien sí o a quien no contestar, ni mucho menos actuar de manera irresponsable. Hoy ya no es el que abandera la oposición, sino el que representa a las instituciones, y esa responsabilidad no es menor.

A través de esta columna, exhorto al Presidente Electo, a sus legisladoras y legisladores, y a sus simpatizantes en general a la cordura, al sentido común y a la responsabilidad. Hoy tienen en sus manos el triunfo que siempre quisieron, un triunfo que les da mayoría absoluta en los parlamentos. Entiendan que ya no son candidatos, ni oposición. Su voz es la de nuestras instituciones, sus aciertos los del país, y sus errores, nos costarán a todas y a todos.

Presidente Electo, ya terminó la campaña. Ganó. Asuma el rol que le corresponde, por su bien y por el bien de México.

¿Presidente o Candidato?

A estas alturas, la política nacional empieza a darse cuenta de que, poco a poquito, la próxima administración federal no será ni tan buena, ni tan tersa, ni tan noble como se tenía previsto. Ser oposición es un trabajo fácil, pero hoy, que son gobierno electo, y que todos los reflectores están encima, comienzan a reflejarse grietas ligeras entre lo que se dijo y lo que se planea hacer.

Hace apenas una semana, las y los diputados de Morena presentaron un punto de acuerdo pidiéndole al Gobierno de la República que suspendiera la Reforma Educativa; lo anterior raya en lo ridículo, ya que las y los legisladores de Andrés Manuel López Obrador cuentan con mayoría absoluta, y podrían derogar la Reforma Educativa en una sesión, claro, si esa fuera su verdadera intención.

Hace días, la designada futura Secretaria de Energía, Rocío Nahle, comentó que los impuestos a los hidrocarburos y energéticos se mantendrían idénticos en el próximo gobierno… debo admitir estimados lectores, que tuve que checar dicha nota dos veces, ya que Rocío y una servidora fuimos compañeras de legislatura y ella, un día si y otro también, pedía hacer uso de la tribuna para hablar de la urgencia que había de quitar los impuestos federales a la gasolina.

El Presidente Electo, peor aún, muestra cada vez más una conducta que, en el mejor de los casos, puede catalogarse como “errática”. El día de ayer, ante preguntas de la reportera Lorena García, él prefirió evadirlas, caminar tres pasos, y después regresar y darle un beso no solicitado en su mejilla. Imagínese usted, amable lector, que pensaría si su hija le dijera que el director de la escuela le dio un beso, o si su superior en el trabajo lo hiciera, sin que Ud. se lo pidiera ni lo consintiera.

En días pasados, también, nuestro Presidente Electo hizo uso de la palabra para decir que México estaba absolutamente quebrado, y que vería cuáles de sus promesas podía cumplir. Calculen amigos lectores, qué pensaría cualquier empresario nacional e internacional con intenciones de invertir en un país, y que su titular lo recibiera diciendo que el país estaba quebrado y la política pública era incierta.

Andrés Manuel López Obrador sin duda es un buen candidato. Tiene 18 años en ese papel. Por desgracia, parece que ha olvidado que hoy ya no puede evadir preguntas, ni escoger a quien sí o a quien no contestar, ni mucho menos actuar de manera irresponsable. Hoy ya no es el que abandera la oposición, sino el que representa a las instituciones, y esa responsabilidad no es menor.

A través de esta columna, exhorto al Presidente Electo, a sus legisladoras y legisladores, y a sus simpatizantes en general a la cordura, al sentido común y a la responsabilidad. Hoy tienen en sus manos el triunfo que siempre quisieron, un triunfo que les da mayoría absoluta en los parlamentos. Entiendan que ya no son candidatos, ni oposición. Su voz es la de nuestras instituciones, sus aciertos los del país, y sus errores, nos costarán a todas y a todos.

Presidente Electo, ya terminó la campaña. Ganó. Asuma el rol que le corresponde, por su bien y por el bien de México.