/ lunes 17 de agosto de 2020

Memoria y cultural regional

En tiempos de pandemia es bueno reflexionar sobre la forma en que los grupos humanos perdemos la memoria de forma casi inemdiata.

Lo podemos apreciar, una vez más, cuando realizamos un recorrido por los ranchos y ejidos de la Comarca Lagunera y vemos lo que queda de antiguas haciendas del municipios como el 6 de octubre, Gregorio García, California, Lequeitio, Batopilas o Lerdo, polos económicos agroindustrial que apenas hace 90 años fueron reflejo del empuje lagunero y orgullo de los grupos étnicos que estuvieron llegando desde el último tercio del siglo XIX.

El esplendor de las haciendas del municipio de Francisco I. Madero, Coahuila, mejor conocido como "Chávez", por ejemplo, duró un siglo y ahora sus ruinas están habilitadas como viviendas ejidales o como empresas maquiladoras, incluso maquiladoras cerradas.

La casa grande de "El Porvenir" data de 1880 y la de "Lequeitio", de 1897. El tren se detuvo por primera vez en la estación de la hacienda "Linares", en 1902, y el auge del algodón y los viñedos continuó con la Reforma Agraria impulsada por el presidente mexicano Lázaro "Tata" Cárdenas el 30 de noviembre de 1936 y floreció hasta que la corrupción política (exceso de burocracia y venta de "Algodón de luna", por ejemplo), el retiro de subsidios a los campesinos, el agotamiento del suelo y la migración de los jóvenes maderenses a los Estados Unidos acabó por diezmar la población y la actividad económica del municipio en los años 90 del siglo XIX.

Todo comenzó en 1730, cuando el Marqués de Aguayo abrió a la agricultura estas tierras bañadas por el Río Nazas poco antes de desembocar en las lagunas de Mayrán, que pertenecían a la Nueva Vizcaya (hoy Durango) y se incorporaron a Coahuila y Texas, en 1787. El tren llegó a la Laguna en 1895 y en 1902 la gente bailó al ritmo de cuadrillas y valses en la inauguración de la estación que todos llamaron "Chávez" en honor al dueño de la tierra que colinda al norte con Sierra Mojada y San Pedro de las Colonias y al sur con Torreón y Matamoros.

La estación fue nombrada "Abelardo Rodríguez" en 1932 y en 1936 surgió Francisco I. Madero como municipio. "Chávez" fue elevada al rango de ciudad en 1986 con el nombre oficial del antiguo terrateniente de Parras, Coahuila, que dirigió sus haciendas desde San Pedro de las Colonias, Coahuila y que luego sería presidente y mártir de la Revolución Mexicana.

En este municipio convivieron ejidatarios y dueños de haciendas algodoneras que vivieron años de gloria con la proliferación de despepitadoras de algodón, haciendas vinícolas como "Batopilas" que fabricó el brandy homónimo, precursor del famoso "Viejo Vergel" y tierras para sembrar cereales.

Finisterre, Chávez y El Porvenir fueron escenario de batallas militares en la Revolución Mexicana, igual que las dunas de Acatita , hay cascos de haciendas que en su nombre llevan el origen de sus dueños. Tal es el caso de "Covadonga", "Finisterre" y" Lequeitio", otros recuerdan a la Reforma Agraria, como "6 de octubre", "El Porvenir" o "Hidalgo". El recorrido termina en Finisterre y regresa a la carretera Torreón-San Pedro a la altura del monumento a Lázaro Cárdenas para visitar la presa Guadalupe y ver su hermosa edificación de ladrillo.

La arquitectura de adobe y ladrillo en estos sitios habla de una cultura vernácula que creció y desapareció rápidamente y de la que se están cayendo sus restos.

En tiempos de pandemia es bueno reflexionar sobre la forma en que los grupos humanos perdemos la memoria de forma casi inemdiata.

Lo podemos apreciar, una vez más, cuando realizamos un recorrido por los ranchos y ejidos de la Comarca Lagunera y vemos lo que queda de antiguas haciendas del municipios como el 6 de octubre, Gregorio García, California, Lequeitio, Batopilas o Lerdo, polos económicos agroindustrial que apenas hace 90 años fueron reflejo del empuje lagunero y orgullo de los grupos étnicos que estuvieron llegando desde el último tercio del siglo XIX.

El esplendor de las haciendas del municipio de Francisco I. Madero, Coahuila, mejor conocido como "Chávez", por ejemplo, duró un siglo y ahora sus ruinas están habilitadas como viviendas ejidales o como empresas maquiladoras, incluso maquiladoras cerradas.

La casa grande de "El Porvenir" data de 1880 y la de "Lequeitio", de 1897. El tren se detuvo por primera vez en la estación de la hacienda "Linares", en 1902, y el auge del algodón y los viñedos continuó con la Reforma Agraria impulsada por el presidente mexicano Lázaro "Tata" Cárdenas el 30 de noviembre de 1936 y floreció hasta que la corrupción política (exceso de burocracia y venta de "Algodón de luna", por ejemplo), el retiro de subsidios a los campesinos, el agotamiento del suelo y la migración de los jóvenes maderenses a los Estados Unidos acabó por diezmar la población y la actividad económica del municipio en los años 90 del siglo XIX.

Todo comenzó en 1730, cuando el Marqués de Aguayo abrió a la agricultura estas tierras bañadas por el Río Nazas poco antes de desembocar en las lagunas de Mayrán, que pertenecían a la Nueva Vizcaya (hoy Durango) y se incorporaron a Coahuila y Texas, en 1787. El tren llegó a la Laguna en 1895 y en 1902 la gente bailó al ritmo de cuadrillas y valses en la inauguración de la estación que todos llamaron "Chávez" en honor al dueño de la tierra que colinda al norte con Sierra Mojada y San Pedro de las Colonias y al sur con Torreón y Matamoros.

La estación fue nombrada "Abelardo Rodríguez" en 1932 y en 1936 surgió Francisco I. Madero como municipio. "Chávez" fue elevada al rango de ciudad en 1986 con el nombre oficial del antiguo terrateniente de Parras, Coahuila, que dirigió sus haciendas desde San Pedro de las Colonias, Coahuila y que luego sería presidente y mártir de la Revolución Mexicana.

En este municipio convivieron ejidatarios y dueños de haciendas algodoneras que vivieron años de gloria con la proliferación de despepitadoras de algodón, haciendas vinícolas como "Batopilas" que fabricó el brandy homónimo, precursor del famoso "Viejo Vergel" y tierras para sembrar cereales.

Finisterre, Chávez y El Porvenir fueron escenario de batallas militares en la Revolución Mexicana, igual que las dunas de Acatita , hay cascos de haciendas que en su nombre llevan el origen de sus dueños. Tal es el caso de "Covadonga", "Finisterre" y" Lequeitio", otros recuerdan a la Reforma Agraria, como "6 de octubre", "El Porvenir" o "Hidalgo". El recorrido termina en Finisterre y regresa a la carretera Torreón-San Pedro a la altura del monumento a Lázaro Cárdenas para visitar la presa Guadalupe y ver su hermosa edificación de ladrillo.

La arquitectura de adobe y ladrillo en estos sitios habla de una cultura vernácula que creció y desapareció rápidamente y de la que se están cayendo sus restos.