/ domingo 28 de febrero de 2021

Los soplones tienen miedo

Muchos mexicanos nos movemos como si el año todavía se encontrara en esos días que siguen a las fiestas y resacas, estamos como suspendidos en el tiempo, somnolientos, esperando que una vacuna nos regrese de golpe al pasado. Pero el futuro nos alcanzó violentamente hasta con misiones al Planeta Rojo simultáneas, y debemos asimilarlo en algún momento. Nurit Martínez, reportera de asuntos especiales de El Sol de México, nos recuerda que cumplimos oficialmente un año sumidos en la pandemia, y en este país se suman contagiados a un ritmo, oficial, de seis mil 200 por día en promedio. Han muerto más de 185 mil madres, padres, hijos, abuelos, abuelas, conocidos, amigos, compañeros de trabajo, jefes, exnovias, exnovios, esposas y esposos, y está infectado el subsecretario de Salud-vocero, Hugo López-Gatell, que el periódico oficial de la cuatroté advertía como hospitalizado desde el miércoles pasado.

Aunque en muchos persiste la impresión de que el año aún se encuentra en sus primeros días, lo cierto es que estamos arrancando el tercer mes del año 2021 y para los empresarios involucrados en este gran negocio no pasa de noche que en la Secretaría de Hacienda, de Arturo Herrera, aún no queda listo el marco con el que se regirán las contrataciones de limpieza a nivel federal. Y menos cuando el gobierno le declaró una guerra abierta al outsourcing y hace de su discurso frase de batalla el combate a la corrupción. El equipo de Thalía Lagunas, en la Oficialía Mayor, está en el centro de todas las miradas. De primera instancia porque el aseo se ha convertido en piedra angular desde el inicio de la pandemia de Covid-19, pues es indispensable para su contención y la administración pública puede convertirse en un foco rojo en caso de no prevenir un brote masivo.

Hay nuevos ajustes y reglas en marcha, y temores entre los que quieren los millones de estos negocios. Algunos cambios, muchos temen, abren la competencia a otras empresas como Aseo Privado Institucional, Servicios y Sistemas Institucionales para Inmuebles, Cleanium, y Comercializadora Morelos. Sospechan que detrás de todas ellas se encuentra José Juan Reyes Domínguez, quien presuntamente ha perfeccionado un esquema de simulación de competencia que le habría permitido llevarse a casa varios contratos.

Hay expedientes que indican que esas compañías entregaron cotizaciones escalonadas para participar en un proceso de Segalmex. También en la Secretaría de Salud, de Jorge Alcocer, aparecieron en una propuesta conjunta Aseo Privado, Comercializadora Morelos, Sistemas Institucionales y Cleanium, que se llevaron un contrato que terminará hasta 2023. Los que concursan por estos millones están queriendo denunciar, pero tienen miedo. Pasa en otros negocios también entre Gobierno y privados. Saben que están ante una forma de hacer negocios que funcionaba bien en los dos sexenios anteriores. Quieren advertirle a la cuatroté que los van a engañar, pero tienen miedo de saber si lo que realmente pasa es que no hay inocencia en estas contrataciones, y quemarse por andar lloriqueando, en un momento en el que el pleito contra los que son críticos puede representar una salida del país cargada de repudio.

Muchos mexicanos nos movemos como si el año todavía se encontrara en esos días que siguen a las fiestas y resacas, estamos como suspendidos en el tiempo, somnolientos, esperando que una vacuna nos regrese de golpe al pasado. Pero el futuro nos alcanzó violentamente hasta con misiones al Planeta Rojo simultáneas, y debemos asimilarlo en algún momento. Nurit Martínez, reportera de asuntos especiales de El Sol de México, nos recuerda que cumplimos oficialmente un año sumidos en la pandemia, y en este país se suman contagiados a un ritmo, oficial, de seis mil 200 por día en promedio. Han muerto más de 185 mil madres, padres, hijos, abuelos, abuelas, conocidos, amigos, compañeros de trabajo, jefes, exnovias, exnovios, esposas y esposos, y está infectado el subsecretario de Salud-vocero, Hugo López-Gatell, que el periódico oficial de la cuatroté advertía como hospitalizado desde el miércoles pasado.

Aunque en muchos persiste la impresión de que el año aún se encuentra en sus primeros días, lo cierto es que estamos arrancando el tercer mes del año 2021 y para los empresarios involucrados en este gran negocio no pasa de noche que en la Secretaría de Hacienda, de Arturo Herrera, aún no queda listo el marco con el que se regirán las contrataciones de limpieza a nivel federal. Y menos cuando el gobierno le declaró una guerra abierta al outsourcing y hace de su discurso frase de batalla el combate a la corrupción. El equipo de Thalía Lagunas, en la Oficialía Mayor, está en el centro de todas las miradas. De primera instancia porque el aseo se ha convertido en piedra angular desde el inicio de la pandemia de Covid-19, pues es indispensable para su contención y la administración pública puede convertirse en un foco rojo en caso de no prevenir un brote masivo.

Hay nuevos ajustes y reglas en marcha, y temores entre los que quieren los millones de estos negocios. Algunos cambios, muchos temen, abren la competencia a otras empresas como Aseo Privado Institucional, Servicios y Sistemas Institucionales para Inmuebles, Cleanium, y Comercializadora Morelos. Sospechan que detrás de todas ellas se encuentra José Juan Reyes Domínguez, quien presuntamente ha perfeccionado un esquema de simulación de competencia que le habría permitido llevarse a casa varios contratos.

Hay expedientes que indican que esas compañías entregaron cotizaciones escalonadas para participar en un proceso de Segalmex. También en la Secretaría de Salud, de Jorge Alcocer, aparecieron en una propuesta conjunta Aseo Privado, Comercializadora Morelos, Sistemas Institucionales y Cleanium, que se llevaron un contrato que terminará hasta 2023. Los que concursan por estos millones están queriendo denunciar, pero tienen miedo. Pasa en otros negocios también entre Gobierno y privados. Saben que están ante una forma de hacer negocios que funcionaba bien en los dos sexenios anteriores. Quieren advertirle a la cuatroté que los van a engañar, pero tienen miedo de saber si lo que realmente pasa es que no hay inocencia en estas contrataciones, y quemarse por andar lloriqueando, en un momento en el que el pleito contra los que son críticos puede representar una salida del país cargada de repudio.