/ viernes 22 de enero de 2021

Lorenzo de Médici, incrementó el brillo de la Florencia renacentista

Lorenzo de Médici, fue un líder multifacético florentino del siglo XV, pues a la vez que se distinguió como un excelente político, fue banquero, poeta y un influyente mecenas de las humanidades durante el renacimiento italiano, motivo por el cual fue llamado “El Magnífico”.

Nuestro personaje, hijo de Pedro I, nació en Florencia, Italia, el 1 de enero de 1449. A la muerte de su padre gobernó con su hermano Julián; ambos reprimieron la revolución de Valterra en 1472 y después renovar la alianza que existía con Venecia, Milán y Nápoles, pero la paz le duró poco, pues el gobernante del último reinado, conspiró en contra de los hermanos Médici y en la revuelta fue asesinado Julián.

Lorenzo tomó venganza ejecutando a los líderes, motivo por el cual el papa Sixto IV, excomulgó al soberano florentino, pues apoyó decididamente al rey Fernando de Nápoles desde el inicio de la conspiración. Las acciones guerreras contra los napolitanos continuaron varios años, hasta que 1480 Lorenzo concertó un tratado de paz con sus enemigos.

Cabe destacar que Lorenzo asumió la dirección de los bancos de los Médici a la muerte de su padre y dominó la ciudad mediante un Consejo que se denominó “de los Setenta”, por el número de ilustres personajes, salvo los Pazzi, quienes se confabularon en contra del soberano de Nápoles.

Mientras ejerció el poder, Lorenzo protegió a los artistas y promovió la construcción de obras en su punto más alto, al estilo de los gobernantes renacentistas.

A la muerte del papa Sixto IV buscó la alianza con Roma y consiguió entablar una relación entre el papado, Venecia, Milán y Nápoles, que le garantizó a Florencia una posición ventajosa.

Casó con Clara Orsini, con quien procreó tres hijos: Pedro y Julián, que le sucedieron en el gobierno, mientras que Juan logró ser papa con el nombre de León X.

Tuvo grandes inquietudes por el arte y su corte se convirtió en lo más depurado del saber humano. Lorenzo amaba la pintura, las letras y también la escultura, pero también se distinguió como un gran poeta, pues escribió sonetos a la manera de Petrarca y poesías eróticas de la colección “Selve D’Amore”. Así como otras obras, entre ellas un idilio campestre y un drama religioso.

Admirador de la Grecia y Roma antiguas, deseó convertir a Florencia en una nueva Atenas, convirtiéndose en el más grande mecenas de su época. Para ello acrecentó su palacio con una colección de esculturas y pinturas, amén de dar protección a poetas y pintores, entre ellos a Andrea del Verrochio, Ghirlandino, Botticelli, Polci y Miguel Ángel.

Vivió rodeado de un gran lujo y dispensó grandes sumas de dinero para financiar obras de arte. Por ello se le impuso el sobrenombre de “El Magnífico” y/o “El Padre de las Musas”.

Lorenzo de Médici murió en Careggi, Italia, en 1492, sobresaliendo en su vida como un gran estadista, continuados de la dinastía de los Médici, iniciada como una familia de orígenes modestos en el siglo XIV, pero con el paso del tiempo se convirtió en una casta rica y poderosa que se extendió por toda la península itálica y el resto del continente europeo.


(*) Compilador de historia.

¡Hasta la próxima!

Lorenzo de Médici, fue un líder multifacético florentino del siglo XV, pues a la vez que se distinguió como un excelente político, fue banquero, poeta y un influyente mecenas de las humanidades durante el renacimiento italiano, motivo por el cual fue llamado “El Magnífico”.

Nuestro personaje, hijo de Pedro I, nació en Florencia, Italia, el 1 de enero de 1449. A la muerte de su padre gobernó con su hermano Julián; ambos reprimieron la revolución de Valterra en 1472 y después renovar la alianza que existía con Venecia, Milán y Nápoles, pero la paz le duró poco, pues el gobernante del último reinado, conspiró en contra de los hermanos Médici y en la revuelta fue asesinado Julián.

Lorenzo tomó venganza ejecutando a los líderes, motivo por el cual el papa Sixto IV, excomulgó al soberano florentino, pues apoyó decididamente al rey Fernando de Nápoles desde el inicio de la conspiración. Las acciones guerreras contra los napolitanos continuaron varios años, hasta que 1480 Lorenzo concertó un tratado de paz con sus enemigos.

Cabe destacar que Lorenzo asumió la dirección de los bancos de los Médici a la muerte de su padre y dominó la ciudad mediante un Consejo que se denominó “de los Setenta”, por el número de ilustres personajes, salvo los Pazzi, quienes se confabularon en contra del soberano de Nápoles.

Mientras ejerció el poder, Lorenzo protegió a los artistas y promovió la construcción de obras en su punto más alto, al estilo de los gobernantes renacentistas.

A la muerte del papa Sixto IV buscó la alianza con Roma y consiguió entablar una relación entre el papado, Venecia, Milán y Nápoles, que le garantizó a Florencia una posición ventajosa.

Casó con Clara Orsini, con quien procreó tres hijos: Pedro y Julián, que le sucedieron en el gobierno, mientras que Juan logró ser papa con el nombre de León X.

Tuvo grandes inquietudes por el arte y su corte se convirtió en lo más depurado del saber humano. Lorenzo amaba la pintura, las letras y también la escultura, pero también se distinguió como un gran poeta, pues escribió sonetos a la manera de Petrarca y poesías eróticas de la colección “Selve D’Amore”. Así como otras obras, entre ellas un idilio campestre y un drama religioso.

Admirador de la Grecia y Roma antiguas, deseó convertir a Florencia en una nueva Atenas, convirtiéndose en el más grande mecenas de su época. Para ello acrecentó su palacio con una colección de esculturas y pinturas, amén de dar protección a poetas y pintores, entre ellos a Andrea del Verrochio, Ghirlandino, Botticelli, Polci y Miguel Ángel.

Vivió rodeado de un gran lujo y dispensó grandes sumas de dinero para financiar obras de arte. Por ello se le impuso el sobrenombre de “El Magnífico” y/o “El Padre de las Musas”.

Lorenzo de Médici murió en Careggi, Italia, en 1492, sobresaliendo en su vida como un gran estadista, continuados de la dinastía de los Médici, iniciada como una familia de orígenes modestos en el siglo XIV, pero con el paso del tiempo se convirtió en una casta rica y poderosa que se extendió por toda la península itálica y el resto del continente europeo.


(*) Compilador de historia.

¡Hasta la próxima!