/ martes 18 de agosto de 2020

Lo más importante

Queridos amigos, las últimas semanas han sido de mucha reflexión. La pandemia nos ha quitado tanto, y no solo en el sentido de los directamente afectados por el COVID, sino de todo aquello que era nuestra normalidad, y de todas las ramificaciones que se han dado a consecuencia de sus efectos.

Empleos perdidos, salud deteriorada, esparcimiento nulo, cambios en la vida diaria de todas las personas en el mundo. Así de frágil es la vida, así de efímera, de dinámica y cambiante. Lo que hoy es, mañana puede no serlo, y algo que vemos tan cotidiano como ir a la tienda o convivir con la familia y seres queridos, ha cambiado quizá para siempre.

Es en momentos como estos, momentos de absoluta tristeza y miedo, que estamos obligados a detener la espiral y buscar los pequeños destellos de luz que nos hacen salir adelante. Todo túnel tiene un final, y en ocasiones los pesares se sienten más extensos de lo que en realidad son, pero lo importante es buscar no las razones para rendirnos, sino los motivos para seguir luchando a pesar de la adversidad.

Queridos amigos, ser valiente no significa no tener miedo, significa salir adelante y enfrentar los problemas, a pesar del temor que tengamos. Ser fuerte no significa ser invulnerable, sino que sigamos luchando, a pesar del dolor y del cansancio. Los tiempos fáciles se disfrutan, los tiempos difíciles, se superan.

Hoy, es un tiempo difícil para todos. Todos tenemos nuestras luchas. Muchas familias han perdido miembros, empleos, y todos, sin distinción, hemos perdido nuestra cotidianeidad, pero lo que no debe quitarnos nunca ni el COVID ni ninguna otra calamidad, es nuestra empatía y nuestra capacidad de compartir las emociones con los demás, y las propias. Eso, creo yo, es lo que de verdad nos define como seres humanos.

Amigas y amigos, he de admitir que estas fechas tampoco han sido fáciles para mi entorno personal, y han requerido de mucha fuerza, mucha solidaridad, y mucho amor. Afortunadamente, los hemos tenido en exceso, y habremos de salir más unidos y fuertes que nunca, y es que al final, eso es la familia: lo que nos queda cuando no tenemos otra cosa, el último aliento, el máximo resguardo. Una familia es una gran bendición, y es mucho más fuerte que todos sus integrantes por separado.

Aunando a esto, no podemos dejar de lado el valor de las amigas y amigos. Gracias a todas y a todos quienes han estado presentes. Su calidez y acompañamiento es parte de la fortaleza en estos momentos difíciles.

Estimados lectores, les abrazo en la distancia. No salgan, salvo que sea necesario, y de hacerlo, usen su cubrebocas y sus debidas protecciones. No olvidemos que lo más importante, es la vida, y que los tiempos difíciles nos pueden quitar todo, pero menos la decisión de enfrentar con valentía y templanza el futuro; esa, nadie nos la puede quitar.

Queridos amigos, las últimas semanas han sido de mucha reflexión. La pandemia nos ha quitado tanto, y no solo en el sentido de los directamente afectados por el COVID, sino de todo aquello que era nuestra normalidad, y de todas las ramificaciones que se han dado a consecuencia de sus efectos.

Empleos perdidos, salud deteriorada, esparcimiento nulo, cambios en la vida diaria de todas las personas en el mundo. Así de frágil es la vida, así de efímera, de dinámica y cambiante. Lo que hoy es, mañana puede no serlo, y algo que vemos tan cotidiano como ir a la tienda o convivir con la familia y seres queridos, ha cambiado quizá para siempre.

Es en momentos como estos, momentos de absoluta tristeza y miedo, que estamos obligados a detener la espiral y buscar los pequeños destellos de luz que nos hacen salir adelante. Todo túnel tiene un final, y en ocasiones los pesares se sienten más extensos de lo que en realidad son, pero lo importante es buscar no las razones para rendirnos, sino los motivos para seguir luchando a pesar de la adversidad.

Queridos amigos, ser valiente no significa no tener miedo, significa salir adelante y enfrentar los problemas, a pesar del temor que tengamos. Ser fuerte no significa ser invulnerable, sino que sigamos luchando, a pesar del dolor y del cansancio. Los tiempos fáciles se disfrutan, los tiempos difíciles, se superan.

Hoy, es un tiempo difícil para todos. Todos tenemos nuestras luchas. Muchas familias han perdido miembros, empleos, y todos, sin distinción, hemos perdido nuestra cotidianeidad, pero lo que no debe quitarnos nunca ni el COVID ni ninguna otra calamidad, es nuestra empatía y nuestra capacidad de compartir las emociones con los demás, y las propias. Eso, creo yo, es lo que de verdad nos define como seres humanos.

Amigas y amigos, he de admitir que estas fechas tampoco han sido fáciles para mi entorno personal, y han requerido de mucha fuerza, mucha solidaridad, y mucho amor. Afortunadamente, los hemos tenido en exceso, y habremos de salir más unidos y fuertes que nunca, y es que al final, eso es la familia: lo que nos queda cuando no tenemos otra cosa, el último aliento, el máximo resguardo. Una familia es una gran bendición, y es mucho más fuerte que todos sus integrantes por separado.

Aunando a esto, no podemos dejar de lado el valor de las amigas y amigos. Gracias a todas y a todos quienes han estado presentes. Su calidez y acompañamiento es parte de la fortaleza en estos momentos difíciles.

Estimados lectores, les abrazo en la distancia. No salgan, salvo que sea necesario, y de hacerlo, usen su cubrebocas y sus debidas protecciones. No olvidemos que lo más importante, es la vida, y que los tiempos difíciles nos pueden quitar todo, pero menos la decisión de enfrentar con valentía y templanza el futuro; esa, nadie nos la puede quitar.