/ viernes 6 de septiembre de 2019

Librería Astillero en Torreón

Apuntes

Por toda la avenida Morelos, frente a una institución de Educación Superior del sector privado, entre las calles Ildefonso Fuentes y Leona Vicario, cerca del corazón de Torreón emergió hace cinco años cumplidos, El Astillero Libros. Es un espacio íntimo para la lectura en una arteria pública donde circulan todo tipo de historias.

Hace tiempo me preguntaba cuánto tiempo le quedaban de vida a las librerías y a los sitios donde se puede tomar café, trabajar y leer. Con agrado reconozco que pensaba que faltaba poco para que desaparecieran, puedo ratificarlo: aún hay lectores empedernidos y bohemios de la literatura.

Me encontré con un sitio repleto de títulos que creí no encontraría –al menos aquí en La Laguna- y que solamente podría solicitar a través de paquetería a la Ciudad México (CDMX).

Me comentan que hace cinco años, comenzaron operaciones en la Ciudad de Torreón y que han surfeado toda clase de situaciones típicas de los sitios para quienes se escapan de letargo de la ignorancia. Sitios donde los libros y el café son el común denominador.

Me encontré por ejemplo, un título grandioso e inmejorable para esto de aliviar un posible dolor tras la desaparición –en un futuro- del libro físico con EL LIBRO Y LA LECTURA COMO CAÓTICA FICCIÓN de QUEHACER EDITOIAL 14.

En su página 07 lanzan un cuestionamiento: ¿Tiene futuro el libro? Y si lo tiene, ¿cuál es?

EL FUTURO DEL LIBRO Y A LECTURA de Alejandro Zenker.

Sin duda estos cuestionamientos de los colectivos en la región que fomentan la lectura son la zozobra que día a día está presente, amén de que haya más personas asiduas a leer. Pero las circunstancias políticas, sociales, económicas y culturales son el aderezo del tema. Cito textualmente lo expresado por Alejandro Zenker: “La importancia de esto para un grupo de editores está a la vista: no se puede disociar el pasado, el presente y, sobre todo, el futuro del libro y de la lectura de ese complejo entorno en el que estamos insertos”.

Reconozco que es la primera vez que acudo a esta librería, también felicito que en lugar de estar cerrando pequeños negocios como este; se abran y se frecuenten a diario para que sobrevivan en una oleada de vicisitudes propias del ejercicio literario.

Apuntes

Por toda la avenida Morelos, frente a una institución de Educación Superior del sector privado, entre las calles Ildefonso Fuentes y Leona Vicario, cerca del corazón de Torreón emergió hace cinco años cumplidos, El Astillero Libros. Es un espacio íntimo para la lectura en una arteria pública donde circulan todo tipo de historias.

Hace tiempo me preguntaba cuánto tiempo le quedaban de vida a las librerías y a los sitios donde se puede tomar café, trabajar y leer. Con agrado reconozco que pensaba que faltaba poco para que desaparecieran, puedo ratificarlo: aún hay lectores empedernidos y bohemios de la literatura.

Me encontré con un sitio repleto de títulos que creí no encontraría –al menos aquí en La Laguna- y que solamente podría solicitar a través de paquetería a la Ciudad México (CDMX).

Me comentan que hace cinco años, comenzaron operaciones en la Ciudad de Torreón y que han surfeado toda clase de situaciones típicas de los sitios para quienes se escapan de letargo de la ignorancia. Sitios donde los libros y el café son el común denominador.

Me encontré por ejemplo, un título grandioso e inmejorable para esto de aliviar un posible dolor tras la desaparición –en un futuro- del libro físico con EL LIBRO Y LA LECTURA COMO CAÓTICA FICCIÓN de QUEHACER EDITOIAL 14.

En su página 07 lanzan un cuestionamiento: ¿Tiene futuro el libro? Y si lo tiene, ¿cuál es?

EL FUTURO DEL LIBRO Y A LECTURA de Alejandro Zenker.

Sin duda estos cuestionamientos de los colectivos en la región que fomentan la lectura son la zozobra que día a día está presente, amén de que haya más personas asiduas a leer. Pero las circunstancias políticas, sociales, económicas y culturales son el aderezo del tema. Cito textualmente lo expresado por Alejandro Zenker: “La importancia de esto para un grupo de editores está a la vista: no se puede disociar el pasado, el presente y, sobre todo, el futuro del libro y de la lectura de ese complejo entorno en el que estamos insertos”.

Reconozco que es la primera vez que acudo a esta librería, también felicito que en lugar de estar cerrando pequeños negocios como este; se abran y se frecuenten a diario para que sobrevivan en una oleada de vicisitudes propias del ejercicio literario.