En nuestra gran ciudad de Torreón desde finales del siglo XIX se inició el establecimiento de centros de esparcimiento de diversa índole, entre otros los cines, las carpas, los teatros, boliches, billares y casinos. Entre los centros de diversión y esparcimiento de los torreonenses de la época, a finales de la época en que nos hemos ubicado, finales del siglo XIX, surgió un centro de diversión que se extendiera hasta hace relativamente pocos años en que fue prohibida la misma por decreto del ejecutivo del estado promulgado en el año 2015, es decir la anterior administración estatal.
En el año de 1894 el capitán Máximo Magallanes inauguró el que fue llamado como “centro de diversiones múltiples” el cual se ubicaba en la calle Valdez Carrillo entre las avenidas Hidalgo y Presidente Carranza, en tal centro de diversiones se llevaron a cabo espectáculos de toda naturaleza, artística, circense y de toda índole, pero la actividad ahí desarrollada que a nosotros nos interesa es la de las novilladas que ahí tuvieron lugar, convirtiéndose así en el primer centro taurino de nuestra gran ciudad.
Entre las avenidas Juárez y Morelos por la calle Jiménez, igualmente a finales del siglo XIX se construyó una modesta plaza de toros de madera, la que duró aproximadamente 20 o 25 años, esto en razón de que fue incendiada en tiempo de la revolución.
En la terminación norte de la calle Ramos Arizpe a finales del siglo XIX se construyó una plaza de toros a iniciativa de don Francisco Arzave, sin embargo su duración fue efímera, pero si alcanzó para que se celebraran corridas de toros formales así como novilladas.
En la avenida Morelos y Calle Múzquiz don Carlos González y el ingeniero José Farjas construyeron una plaza de toros con capacidad para 6000 aficionados, siendo inaugurada con un cartel compuesto por Antonio Fuentes y Nicanor Villa “Villita” pretendiendo sus dueños fuera una copia de la plaza de toros de Madrid, la que fue conocida como “plaza de la rueda”.
De Tlalnepantla estado de México, se trasladó una plaza de madera esto en la colonia Martínez Adame, en el año de 1879, ahí se despidió el gran torero “Rodolfo Gaona”.
En la colonia moderna en un sitio conocido como los arenales se construyó una plaza de toros, siendo su propietario don Fernando Rodríguez Rincón, siendo inaugurada el 24 de noviembre de 1934 con un cartel compuesto por Fermín Espinoza “Armillita” y Curro Caro, con un cupo para 8000 personas, el caso taurino de referencia ya para cumplir 90 años aún sigue en pie.
