/ viernes 17 de julio de 2020

La sobrecarga de la tierra y el proceso industrial que llevamos está devastando al planeta

Ya transcurrieron seis meses desde que nos enteramos de una infección respiratoria en la provincia de Wuhan, China. Un nuevo virus se dispersaba sobre el planeta: el coronavirus. Hoy nos tiene, como decía mi mamá: “con el Jesús en la boca”. Ha invadido nuestras vidas. Incluso, los que ya salieron adelante del ataque, tampoco pueden cantar victoria de que ya no serán agredidos por ese germen. Ya México aparece en el lugar número cuatro y todavía hay personas que dicen que la pandemia es un invento de los gobiernos. En muchos de los negocios que se han reabierto los protocolos se cumplen a la mitad. Las autoridades no alcanzan a supervisarlos. ¿A dónde vamos a llegar?

Hoy estamos frente a la primera pandemia globalizada, por ello, aunque hay estrategias exitosas, con un solo país donde no sea bien atendida la contingencia, la amenaza de propagación seguirá latente. En la actualidad, hay un gran desplazamiento de personas que viajan a través de todos los continentes y pueden ser portadores de diferentes virus.

Sin duda estamos obligados a cambiar nuestra relación con el planeta y con la naturaleza, si no lo hacemos nos enfrentaremos a nuevos virus, más potentes y agresivos que podrían aniquilar millones de vidas humanas. No perdamos de vista que el virus vino de la naturaleza por la incorrecta relación que tenemos con ella. El proceso industrial que llevamos está devastando a la tierra, y es responsable de los desequilibrios que padecemos. A ello hay que agregarle, entre otras cosas, el calentamiento global, la escasez de agua potable y la destrucción de nuestra biodiversidad. Aquí en Saltillo el abasto de agua potable cada día es más complicado. En la región lagunera, al suroeste del estado de Coahuila, en la región de los tanques del municipio de Viesca, por la escasez de lluvia en la cuenca alta del río Aguanaval, se mantienen casi secos los almacenamientos de agua del Tanque Aguilereño y la presa de Genty. En estos días estamos viviendo las más altas temperaturas de los últimos años.

Como dice el geógrafo estadounidense David Harley: “COVID-19 es la venganza de la naturaleza por más de cuarenta años de maltrato y abuso a manos de un extractivismo neoliberal violento y no regulado”. No se nos debe olvidar que, en las anteriores pandemias que han azotado a la humanidad a lo largo de la historia, la recuperación ha sido lenta. Europa tardó 200 años para reponerse de la peste negra (la bubónica). Con base en los datos existentes, en Europa, entre 1346 y 1353, esa pandemia causó la muerte de gran parte de su población, este continente se redujo de 475 a 350 millones de habitantes. Es la más catastrófica que se ha conocido en la historia. La otra pandemia es la gripe española. Se cree que se originó posiblemente en Estados Unidos, entre 1918-1920 infectó a 500 millones de personas y causó 50 millones de muertes.

Hay quienes sostienen que ya estamos dentro de la sexta extinción en masa y que la siguiente pandemia está muy próxima. La primera extinción masiva tuvo lugar hace aproximadamente 440 millones de años, por movimientos geológicos internos. La segunda extinción masiva ocurrió hace aproximadamente 360 millones de años, debido a grandes glaciaciones que redujeron las temperaturas y el nivel del mar. La tercera extinción masiva sucedió hace 250 millones de años, fue la que más ha impactado la vida en la Tierra, se considera que desaparecieron un 95% de las especies. Hace aproximadamente 210 millones de años, se produjo la cuarta extinción masiva. Se cree que la causa debió ser volcánica. La quinta extinción masiva, que tuvo lugar hace 65 millones de años, es la más famosa de todas porque en esta desaparecieron los dinosaurios.

Algunos científicos, alertan que hemos inaugurado una nueva era geológica, donde la actividad humana es responsable de la producción masiva de muerte de seres vivos. Yuval Noah Harari en su libro Sapiens. De animales a dioses. Sostiene: “Pero el registro histórico hace que Homo Sapiens aparezca como un asesino ecológico en serie”.

Los datos de los principales elementos que perpetúan la vida nos muestra que el estado de la Tierra, año tras año, (agua, suelos, aire limpio, semillas, fertilidad, climas y otros) se está deteriorando cada día más. Esto se puede revertir si hacemos a un lado el consumo suntuoso.

@SalvadorHV

jshv0851@gmail.com

Ya transcurrieron seis meses desde que nos enteramos de una infección respiratoria en la provincia de Wuhan, China. Un nuevo virus se dispersaba sobre el planeta: el coronavirus. Hoy nos tiene, como decía mi mamá: “con el Jesús en la boca”. Ha invadido nuestras vidas. Incluso, los que ya salieron adelante del ataque, tampoco pueden cantar victoria de que ya no serán agredidos por ese germen. Ya México aparece en el lugar número cuatro y todavía hay personas que dicen que la pandemia es un invento de los gobiernos. En muchos de los negocios que se han reabierto los protocolos se cumplen a la mitad. Las autoridades no alcanzan a supervisarlos. ¿A dónde vamos a llegar?

Hoy estamos frente a la primera pandemia globalizada, por ello, aunque hay estrategias exitosas, con un solo país donde no sea bien atendida la contingencia, la amenaza de propagación seguirá latente. En la actualidad, hay un gran desplazamiento de personas que viajan a través de todos los continentes y pueden ser portadores de diferentes virus.

Sin duda estamos obligados a cambiar nuestra relación con el planeta y con la naturaleza, si no lo hacemos nos enfrentaremos a nuevos virus, más potentes y agresivos que podrían aniquilar millones de vidas humanas. No perdamos de vista que el virus vino de la naturaleza por la incorrecta relación que tenemos con ella. El proceso industrial que llevamos está devastando a la tierra, y es responsable de los desequilibrios que padecemos. A ello hay que agregarle, entre otras cosas, el calentamiento global, la escasez de agua potable y la destrucción de nuestra biodiversidad. Aquí en Saltillo el abasto de agua potable cada día es más complicado. En la región lagunera, al suroeste del estado de Coahuila, en la región de los tanques del municipio de Viesca, por la escasez de lluvia en la cuenca alta del río Aguanaval, se mantienen casi secos los almacenamientos de agua del Tanque Aguilereño y la presa de Genty. En estos días estamos viviendo las más altas temperaturas de los últimos años.

Como dice el geógrafo estadounidense David Harley: “COVID-19 es la venganza de la naturaleza por más de cuarenta años de maltrato y abuso a manos de un extractivismo neoliberal violento y no regulado”. No se nos debe olvidar que, en las anteriores pandemias que han azotado a la humanidad a lo largo de la historia, la recuperación ha sido lenta. Europa tardó 200 años para reponerse de la peste negra (la bubónica). Con base en los datos existentes, en Europa, entre 1346 y 1353, esa pandemia causó la muerte de gran parte de su población, este continente se redujo de 475 a 350 millones de habitantes. Es la más catastrófica que se ha conocido en la historia. La otra pandemia es la gripe española. Se cree que se originó posiblemente en Estados Unidos, entre 1918-1920 infectó a 500 millones de personas y causó 50 millones de muertes.

Hay quienes sostienen que ya estamos dentro de la sexta extinción en masa y que la siguiente pandemia está muy próxima. La primera extinción masiva tuvo lugar hace aproximadamente 440 millones de años, por movimientos geológicos internos. La segunda extinción masiva ocurrió hace aproximadamente 360 millones de años, debido a grandes glaciaciones que redujeron las temperaturas y el nivel del mar. La tercera extinción masiva sucedió hace 250 millones de años, fue la que más ha impactado la vida en la Tierra, se considera que desaparecieron un 95% de las especies. Hace aproximadamente 210 millones de años, se produjo la cuarta extinción masiva. Se cree que la causa debió ser volcánica. La quinta extinción masiva, que tuvo lugar hace 65 millones de años, es la más famosa de todas porque en esta desaparecieron los dinosaurios.

Algunos científicos, alertan que hemos inaugurado una nueva era geológica, donde la actividad humana es responsable de la producción masiva de muerte de seres vivos. Yuval Noah Harari en su libro Sapiens. De animales a dioses. Sostiene: “Pero el registro histórico hace que Homo Sapiens aparezca como un asesino ecológico en serie”.

Los datos de los principales elementos que perpetúan la vida nos muestra que el estado de la Tierra, año tras año, (agua, suelos, aire limpio, semillas, fertilidad, climas y otros) se está deteriorando cada día más. Esto se puede revertir si hacemos a un lado el consumo suntuoso.

@SalvadorHV

jshv0851@gmail.com