/ sábado 17 de noviembre de 2018

La Revolución en Torreón

El 15 de septiembre de 1910 se inauguraron dos grandes obras, la primera de ellas fue el edificio de la Escuela oficial número uno a la que por la significativa fecha se le llamó “Escuela del Centenario” así como el Casino de La Laguna. En el balcón central de este edificio, el entonces presidente de Torreón, el doctor Leopoldo Escobar, celebró la ceremonia del Grito de Independencia y ahí fue donde públicamente los torreonenses manifestaron su apoyo a la causa de don Francisco I. Madero; el pueblo reunido frente al casino y en la entonces plaza ‘2 de Abril’ gritó “Viva México” “Viva Madero” “Viva la Revolución”.

Después de lo anterior, en el quiosco de la plaza, Eugenio Aguirre Benavides, para ese entonces de 26 años de edad, pronunció un sentido discurso para motivar al pueblo torreonense para apoyar a don Francisco I Madero y a su movimiento revolucionario, lo que le costó que fuera encarcelado afortunadamente por un corto tiempo ya que después de ser amonestado por la primera autoridad municipal fue dejado en libertad. Con anterioridad a lo mencionado, don Francisco I. Madero fue recibido por los directivos del club antirreleccionista, entre los que se encontraban el profesor Manuel N. Oviedo, Adrián y Eugenio Aguirre Benavides y Orestes Pereyra, entre otros, realizando un mitin en la casa del Dr. José Ma. Rodríguez, quien encabezaba a los antirreleccionistas; la casa aún existe en la esquina de la avenida Matamoros y calle Juan Antonio de la Fuente.

Cabe mencionar que el primer preso político en Torreón por la causa maderista fue don Adrián Aguirre Benavides, quien fue aprehendido poco tiempo después que Madero, acusándolo de un delito del orden común. En el mes de noviembre el profesor Manuel N. Oviedo recibió directamente de Madero el contenido del “Plan de San Luis”, por lo que de inmediato reunió en su casa a los más decididos partidarios de la causa, entre ellos a don Mariano López Ortiz, doctor José María Rodríguez, don Indalecio de la Peña, Orestes Pereyra y sus hijos, así como un grupo de maestros y gente liberal, para el efecto de leerles el Plan de San Luis, todo esto en secreto, por la vigilancia de que eran objeto las personas mencionadas, quienes eran identificados con la causa maderista.

Al constituirse los grupos antirreleccionistas en Torreón y Gómez Palacio, Durango, ambos grupos se relacionaron y acordaron cumplir con lo señalado en el Plan de San Luis que fijaba para que iniciara la Revolución el domingo 20 de noviembre de 1910, los maderistas Jesús Agustín Castro, Orestes Pereyra, Benjamín Argumedo, Gregorio García, Epitacio Rea, José y Cosme Villa, Lázaro Chacón y Martín Triana, así como grupos de hombres de Torreón y Gómez Palacio, atacaron la presidencia y cárcel pública de tal ciudad liberando a los presos, haciéndose de las armas que ahí se encontraban. Al día siguiente a las siete de la mañana emprendieron la retirada por el camino a Lerdo, el saldo fue el de seis revolucionarios muertos y varios heridos reclutando gente en el camino.

A partir de tal momento, los grupos revolucionarios se concretaron a sumar adeptos a la causa y a realizar lo que actualmente se conoce como “guerra de guerrillas” atacando pequeñas poblaciones, destruyendo puentes y vías del ferrocarril, todo esto hasta el mes de mayo de 1911 cuando ya debidamente organizados, llevaron a cabo la primera toma de Torreón, acción bélica en la que participaron Sixto Ugalde, Jesús Agustín Castro, Orestes Pereyra, Gregorio García y Benjamín Ugalde, comandados por don Emilio Madero. La primera toma de Torreón fue decisiva, juntamente con la toma de Ciudad Juárez, para que Porfirio Díaz renunciara a la Presidencia de la República, de ahí la importancia de la gente de Torreón en la Revolución Mexicana.


El 15 de septiembre de 1910 se inauguraron dos grandes obras, la primera de ellas fue el edificio de la Escuela oficial número uno a la que por la significativa fecha se le llamó “Escuela del Centenario” así como el Casino de La Laguna. En el balcón central de este edificio, el entonces presidente de Torreón, el doctor Leopoldo Escobar, celebró la ceremonia del Grito de Independencia y ahí fue donde públicamente los torreonenses manifestaron su apoyo a la causa de don Francisco I. Madero; el pueblo reunido frente al casino y en la entonces plaza ‘2 de Abril’ gritó “Viva México” “Viva Madero” “Viva la Revolución”.

Después de lo anterior, en el quiosco de la plaza, Eugenio Aguirre Benavides, para ese entonces de 26 años de edad, pronunció un sentido discurso para motivar al pueblo torreonense para apoyar a don Francisco I Madero y a su movimiento revolucionario, lo que le costó que fuera encarcelado afortunadamente por un corto tiempo ya que después de ser amonestado por la primera autoridad municipal fue dejado en libertad. Con anterioridad a lo mencionado, don Francisco I. Madero fue recibido por los directivos del club antirreleccionista, entre los que se encontraban el profesor Manuel N. Oviedo, Adrián y Eugenio Aguirre Benavides y Orestes Pereyra, entre otros, realizando un mitin en la casa del Dr. José Ma. Rodríguez, quien encabezaba a los antirreleccionistas; la casa aún existe en la esquina de la avenida Matamoros y calle Juan Antonio de la Fuente.

Cabe mencionar que el primer preso político en Torreón por la causa maderista fue don Adrián Aguirre Benavides, quien fue aprehendido poco tiempo después que Madero, acusándolo de un delito del orden común. En el mes de noviembre el profesor Manuel N. Oviedo recibió directamente de Madero el contenido del “Plan de San Luis”, por lo que de inmediato reunió en su casa a los más decididos partidarios de la causa, entre ellos a don Mariano López Ortiz, doctor José María Rodríguez, don Indalecio de la Peña, Orestes Pereyra y sus hijos, así como un grupo de maestros y gente liberal, para el efecto de leerles el Plan de San Luis, todo esto en secreto, por la vigilancia de que eran objeto las personas mencionadas, quienes eran identificados con la causa maderista.

Al constituirse los grupos antirreleccionistas en Torreón y Gómez Palacio, Durango, ambos grupos se relacionaron y acordaron cumplir con lo señalado en el Plan de San Luis que fijaba para que iniciara la Revolución el domingo 20 de noviembre de 1910, los maderistas Jesús Agustín Castro, Orestes Pereyra, Benjamín Argumedo, Gregorio García, Epitacio Rea, José y Cosme Villa, Lázaro Chacón y Martín Triana, así como grupos de hombres de Torreón y Gómez Palacio, atacaron la presidencia y cárcel pública de tal ciudad liberando a los presos, haciéndose de las armas que ahí se encontraban. Al día siguiente a las siete de la mañana emprendieron la retirada por el camino a Lerdo, el saldo fue el de seis revolucionarios muertos y varios heridos reclutando gente en el camino.

A partir de tal momento, los grupos revolucionarios se concretaron a sumar adeptos a la causa y a realizar lo que actualmente se conoce como “guerra de guerrillas” atacando pequeñas poblaciones, destruyendo puentes y vías del ferrocarril, todo esto hasta el mes de mayo de 1911 cuando ya debidamente organizados, llevaron a cabo la primera toma de Torreón, acción bélica en la que participaron Sixto Ugalde, Jesús Agustín Castro, Orestes Pereyra, Gregorio García y Benjamín Ugalde, comandados por don Emilio Madero. La primera toma de Torreón fue decisiva, juntamente con la toma de Ciudad Juárez, para que Porfirio Díaz renunciara a la Presidencia de la República, de ahí la importancia de la gente de Torreón en la Revolución Mexicana.