/ viernes 19 de marzo de 2021

La pandemia de Covid-19 obligó a adaptarse a las instituciones educativas en el mundo

Durante este último año, la pandemia de Covid-19 no dejó alternativa a las instituciones educativas en el mundo, hubo que adaptarse rápidamente a las nuevas realidades y a un dudoso porvenir. Sin duda esta crisis nos plantea problemas insospechados. Nos ha evidenciado muchos de los problemas estructurales de nuestros sistemas educativos y de nuestras sociedades. Como es el problema de que en el País de cada diez estudiantes que egresan de preparatoria, a lo más cuatro alcanzan a llegar a una carrera universitaria, mientras que en Chile son siete. Tampoco podemos seguir ignorando la brecha en el acceso a tecnologías dirigidas a la expansión del conocimiento o seguir aplazando la mejora de los sistemas de aprendizaje tradicional con herramientas digitales. Todo ello está empezando a cambiar a raíz de la pandemia del coronavirus.

En la Universidad Autónoma de Coahuila (UAdeC), en marzo de 2020, la pandemia nos obligó, de un día para otro, a que más de 38 mil estudiantes se fueran a sus casas a estudiar en línea y a que más de 3 mil profesores se adaptaran a enseñar, a través de la plataforma de Microsoft Teams. En este año de pandemia hemos acrecentado en un período muy corto de tiempo nuestras capacidades socio-técnicas, que a la vez ha posibilitado expandir y proyectar nuestros entornos de aprendizaje, enseñanza, innovación y también estamos ensayando maneras de enseñanza-aprendizaje que antes no habíamos imaginado posibles.

Todas las instituciones de educación superior, estamos enfrentando esta nueva circunstancia que ha provocado el Covid-19, en la que la impartición de clases y todo el modelo educativo está a prueba, y exige que se corresponda a esta realidad, que sea adaptable, flexible y ajustable. Por ejemplo, el regreso a clases semipresenciales nos plantea algunas interrogantes: ¿cómo lo podemos hacer de forma segura?, ¿qué distancia debe existir entre los estudiantes en los salones?, ¿qué opciones hay para los estudiantes foráneos?, ¿cómo podemos mantener nuestras escuelas diseminadas en el estado, limpias y seguras?

Las instituciones de educación superior en Coahuila y en todo el mundo, deben trabajar juntas para acelerar la innovación. Este necesario montaje colectivo de modelos educativos, no significa abandonar el núcleo intelectual de una universidad, sino más bien modernizarlo para adaptarse a las necesidades de una sociedad global avanzada técnicamente y de alta velocidad. Las universidades tanto públicas como privadas deben entrelazarse, analizar a detalle los problemas compartidos y desarrollar soluciones colaboradoras.

En la UAdeC, planeamos reanudar las clases semipresenciales. Cada escuela y facultad debe diseñar un regreso ordenado y progresivos a clases. No será lo mismo el regreso de los estudiantes a las aulas de las Escuelas y Facultades que tienen más de dos mil estudiantes, a las que su matrícula ronda en cien estudiantes. Por ello deben de definir con mucha precisión, las clases que se seguirán impartiendo de forma digital, junto con otras modalidades de aprendizaje, como lo son aquellas que requieren de prácticas; o definir muy bien cómo atender las materias como matemáticas, física, química, finanzas, contabilidad, entre otras, las que llamamos aprendizaje sincrónico de inmersión total e inmersión digital. Dejar la opción para que los estudiantes que reciben tal clase de su profesor de manera presencial, en pequeño grupo, al mismo tiempo sus compañeros que no se encuentran en el aula, lo puedan recibir de forma digital y los que no pudieron asistir, lo puedan consultar en otro momento de forma asincrónica. Hoy tenemos que repensar todas las formas posibles.

En tanto pensamos en formas de regresar a las aulas, la salud y la seguridad de nuestra comunidad universitaria representan el factor más importante y nuestros planes se ajustarán de acuerdo con las recomendaciones de los expertos de salud. No obstante, planeamos ofrecer estas diferentes modalidades, ya que es esencial brindar a los estudiantes el mayor número de opciones con la mayor flexibilidad que sea posible, reunirlos donde se encuentren, sin importar el lugar que sea.

Las instituciones de educación superior deben de estar comprometidas, no sólo con sus estudiantes, sino también con sus comunidades. Hoy la educación es un proceso para toda la vida.

jshv0851@gmail.com

Durante este último año, la pandemia de Covid-19 no dejó alternativa a las instituciones educativas en el mundo, hubo que adaptarse rápidamente a las nuevas realidades y a un dudoso porvenir. Sin duda esta crisis nos plantea problemas insospechados. Nos ha evidenciado muchos de los problemas estructurales de nuestros sistemas educativos y de nuestras sociedades. Como es el problema de que en el País de cada diez estudiantes que egresan de preparatoria, a lo más cuatro alcanzan a llegar a una carrera universitaria, mientras que en Chile son siete. Tampoco podemos seguir ignorando la brecha en el acceso a tecnologías dirigidas a la expansión del conocimiento o seguir aplazando la mejora de los sistemas de aprendizaje tradicional con herramientas digitales. Todo ello está empezando a cambiar a raíz de la pandemia del coronavirus.

En la Universidad Autónoma de Coahuila (UAdeC), en marzo de 2020, la pandemia nos obligó, de un día para otro, a que más de 38 mil estudiantes se fueran a sus casas a estudiar en línea y a que más de 3 mil profesores se adaptaran a enseñar, a través de la plataforma de Microsoft Teams. En este año de pandemia hemos acrecentado en un período muy corto de tiempo nuestras capacidades socio-técnicas, que a la vez ha posibilitado expandir y proyectar nuestros entornos de aprendizaje, enseñanza, innovación y también estamos ensayando maneras de enseñanza-aprendizaje que antes no habíamos imaginado posibles.

Todas las instituciones de educación superior, estamos enfrentando esta nueva circunstancia que ha provocado el Covid-19, en la que la impartición de clases y todo el modelo educativo está a prueba, y exige que se corresponda a esta realidad, que sea adaptable, flexible y ajustable. Por ejemplo, el regreso a clases semipresenciales nos plantea algunas interrogantes: ¿cómo lo podemos hacer de forma segura?, ¿qué distancia debe existir entre los estudiantes en los salones?, ¿qué opciones hay para los estudiantes foráneos?, ¿cómo podemos mantener nuestras escuelas diseminadas en el estado, limpias y seguras?

Las instituciones de educación superior en Coahuila y en todo el mundo, deben trabajar juntas para acelerar la innovación. Este necesario montaje colectivo de modelos educativos, no significa abandonar el núcleo intelectual de una universidad, sino más bien modernizarlo para adaptarse a las necesidades de una sociedad global avanzada técnicamente y de alta velocidad. Las universidades tanto públicas como privadas deben entrelazarse, analizar a detalle los problemas compartidos y desarrollar soluciones colaboradoras.

En la UAdeC, planeamos reanudar las clases semipresenciales. Cada escuela y facultad debe diseñar un regreso ordenado y progresivos a clases. No será lo mismo el regreso de los estudiantes a las aulas de las Escuelas y Facultades que tienen más de dos mil estudiantes, a las que su matrícula ronda en cien estudiantes. Por ello deben de definir con mucha precisión, las clases que se seguirán impartiendo de forma digital, junto con otras modalidades de aprendizaje, como lo son aquellas que requieren de prácticas; o definir muy bien cómo atender las materias como matemáticas, física, química, finanzas, contabilidad, entre otras, las que llamamos aprendizaje sincrónico de inmersión total e inmersión digital. Dejar la opción para que los estudiantes que reciben tal clase de su profesor de manera presencial, en pequeño grupo, al mismo tiempo sus compañeros que no se encuentran en el aula, lo puedan recibir de forma digital y los que no pudieron asistir, lo puedan consultar en otro momento de forma asincrónica. Hoy tenemos que repensar todas las formas posibles.

En tanto pensamos en formas de regresar a las aulas, la salud y la seguridad de nuestra comunidad universitaria representan el factor más importante y nuestros planes se ajustarán de acuerdo con las recomendaciones de los expertos de salud. No obstante, planeamos ofrecer estas diferentes modalidades, ya que es esencial brindar a los estudiantes el mayor número de opciones con la mayor flexibilidad que sea posible, reunirlos donde se encuentren, sin importar el lugar que sea.

Las instituciones de educación superior deben de estar comprometidas, no sólo con sus estudiantes, sino también con sus comunidades. Hoy la educación es un proceso para toda la vida.

jshv0851@gmail.com