/ martes 25 de agosto de 2020

La educación en la nueva realidad

Queridos amigos, ha iniciado el nuevo Ciclo Escolar, asumiendo todas y todos que el COVID-19 esta aquí, pero, ni con eso, podemos nosotros dejar de seguir avanzando como sociedad y de seguir educando a nuestras niñas y niños. Hoy, a la sociedad en general nos toca innovar, persistir, y ser más fuertes que nunca, con unidad y compromiso por México.

Habiendo dicho esto, hay que tener presente que esta generación de niñas y niños sin duda será la más solidaria y perceptiva de la historia, con competencias que se han construido en el contexto más difícil posible, lo cual tiene como consecuencia que el aprendizaje sea aún más significativo.

Hoy, todos construimos aprendizajes: alumnas y alumnos, padres y m adres de familia, y los maestros y maestras. La contingencia nos hermana más allá de nuestras barreras ideológicas, económicas y políticas: en la medida que todos hemos perdido nuestra normalidad, todos podemos entender la importancia de la comunidad.

Estas tres semanas serán de repaso, a través de cursos remediales en lectura, escritura y matemáticas, pero a la vez en seguridad y bienestar emocional.

A título personal, me preocupa que haya niñas y niños que por carencias económicas deserten sus estudios, o que en sus padres no exista el interés de apoyarles a continuarlos. El modelo educativo hoy sin duda será diferente, con deficiencias tecnológicas y humanas entendibles, pero es trabajo de todas y todos entenderlo y hacer lo posible por que este funcione, en tanto las medidas sanitarias no nos permitan recuperar nuestra normalidad.

La educación ha sido, es, y seguirá siendo, en palabras de Nelson Mandela, el arma más poderosa para transformar el mundo. No existen razones que justifiquen que hoy haya niñas y niños que no estén inscritos en una escuela. Ya sea en el sistema privado si se prefiere o a través de la educación pública, pero es derecho de los niños y obligación de los padres el que sus hijos reciban estudios.
Queridos amigos, ha iniciado el nuevo Ciclo Escolar, asumiendo todas y todos que el COVID-19 esta aquí, pero, ni con eso, podemos nosotros dejar de seguir avanzando como sociedad y de seguir educando a nuestras niñas y niños. Hoy, a la sociedad en general nos toca innovar, persistir, y ser más fuertes que nunca, con unidad y compromiso por México.

Habiendo dicho esto, hay que tener presente que esta generación de niñas y niños sin duda será la más solidaria y perceptiva de la historia, con competencias que se han construido en el contexto más difícil posible, lo cual tiene como consecuencia que el aprendizaje sea aún más significativo.

Hoy, todos construimos aprendizajes: alumnas y alumnos, padres y m adres de familia, y los maestros y maestras. La contingencia nos hermana más allá de nuestras barreras ideológicas, económicas y políticas: en la medida que todos hemos perdido nuestra normalidad, todos podemos entender la importancia de la comunidad.

Estas tres semanas serán de repaso, a través de cursos remediales en lectura, escritura y matemáticas, pero a la vez en seguridad y bienestar emocional.

A título personal, me preocupa que haya niñas y niños que por carencias económicas deserten sus estudios, o que en sus padres no exista el interés de apoyarles a continuarlos. El modelo educativo hoy sin duda será diferente, con deficiencias tecnológicas y humanas entendibles, pero es trabajo de todas y todos entenderlo y hacer lo posible por que este funcione, en tanto las medidas sanitarias no nos permitan recuperar nuestra normalidad.

La educación ha sido, es, y seguirá siendo, en palabras de Nelson Mandela, el arma más poderosa para transformar el mundo. No existen razones que justifiquen que hoy haya niñas y niños que no estén inscritos en una escuela. Ya sea en el sistema privado si se prefiere o a través de la educación pública, pero es derecho de los niños y obligación de los padres el que sus hijos reciban estudios.