/ viernes 29 de mayo de 2020

Jesús González Herrera

Un distinguido lagunero coahuilense que prestó grandes servicios a la patria en la época de la Reforma en México, quien se distinguió por ser un fiel colaborador del inmortal Benito Juárez y haber participado activamente en la etapa histórica antes citada en la cual luchó denodadamente en contra de las fuerzas extranjeras que pretendían apoderarse de nuestra patria, al que no se le ha dado el lugar que le corresponde entre los personajes del actual México.

Nuestro personaje lagunero es el general don Jesús González Herrera, quien fue originario de la hacienda de Santa Ana de los Hornos, la que dependía jurisdiccionalmente de Viesca, conocida con anterioridad como San José del Álamo en donde nació en el año de 1832, siendo sus padres el señor José María González Borrego y la señora Pilar Herrera. La niñez y juventud de nuestro personaje transcurrieron en su lugar de origen, el cual era propiedad de don Leonardo Zuloaga, en donde aprendió lo concerniente al trabajo de la tierra, señalándose que en tal actividad destacó, al igual que en el manejo de los caballos, siendo reconocido en la región como un gran conocedor.

En el año de 1860, Zuloaga lo envía con una tropa a ponerse a las órdenes del reaccionario Domingo Cajen, quien luchaba contra el inmortal Juárez, afortunadamente para la causa liberal, González Herrera, decide no ponerse a las órdenes de tal persona y romper definitivamente con Zuloaga. A partir de tal año se incorpora con el grupo de matamorenses del que forma parte otro gran lagunero don Juan de la Cruz Borrego, convirtiéndose en guía y jefe de todos los laguneros que aspiran a poseer en propiedad un pedazo de tierra. En el mes de septiembre de 1864 un grupo de matamorenses por conducto de nuestro personaje depositó en la cueva del tabaco, el archivo de la nación lo que le costó la vida a varios de los custodios, el que permaneció oculto hasta el año de 1867.

El 28 de agosto de 1864 Benito Juárez dicta el histórico acuerdo mediante el que se les dota en propiedad a los matamorenses de 352 lotes de 113 hectáreas cada uno para igual número de familias que luchaban con las fuerzas de la República contra el imperio, lo que constituyó el primer reparto agrario en La Laguna, dotándolos igualmente de agua rodada del Aguanaval y posteriormente del río Nazas. En el año de 1866 nuestro personaje participó en la histórica batalla de “Santa Isabel” junto a don Andrés Viesca, en la que se distinguió por su valor y decisión al grado de llamar la atención de sus superiores y después ya en el año de 1867 al triunfo de la república, regresa a Viesca en donde residía, en donde es atacado en su casa y juntamente con su esposa repele la agresión.

En el año de 1876 de paso a su hogar acampó en un lugar al que uno de sus biógrafos lo nombra como: “rancho del Torreón” para continuar hasta el llamado “paso del huacal”, cerca a la hacienda de “la concha” lugar en el que pernoctó. El jefe político de Viesca, Doroteo Rosales al enterarse de la presencia del gran republicano, ordena atacarlo y después de haberse batido valientemente cae víctima de las balas enemigas, siendo su cadáver objeto de inhumanos ultrajes y al fin fue sepultado en el panteón de Mayrán.

Un distinguido lagunero coahuilense que prestó grandes servicios a la patria en la época de la Reforma en México, quien se distinguió por ser un fiel colaborador del inmortal Benito Juárez y haber participado activamente en la etapa histórica antes citada en la cual luchó denodadamente en contra de las fuerzas extranjeras que pretendían apoderarse de nuestra patria, al que no se le ha dado el lugar que le corresponde entre los personajes del actual México.

Nuestro personaje lagunero es el general don Jesús González Herrera, quien fue originario de la hacienda de Santa Ana de los Hornos, la que dependía jurisdiccionalmente de Viesca, conocida con anterioridad como San José del Álamo en donde nació en el año de 1832, siendo sus padres el señor José María González Borrego y la señora Pilar Herrera. La niñez y juventud de nuestro personaje transcurrieron en su lugar de origen, el cual era propiedad de don Leonardo Zuloaga, en donde aprendió lo concerniente al trabajo de la tierra, señalándose que en tal actividad destacó, al igual que en el manejo de los caballos, siendo reconocido en la región como un gran conocedor.

En el año de 1860, Zuloaga lo envía con una tropa a ponerse a las órdenes del reaccionario Domingo Cajen, quien luchaba contra el inmortal Juárez, afortunadamente para la causa liberal, González Herrera, decide no ponerse a las órdenes de tal persona y romper definitivamente con Zuloaga. A partir de tal año se incorpora con el grupo de matamorenses del que forma parte otro gran lagunero don Juan de la Cruz Borrego, convirtiéndose en guía y jefe de todos los laguneros que aspiran a poseer en propiedad un pedazo de tierra. En el mes de septiembre de 1864 un grupo de matamorenses por conducto de nuestro personaje depositó en la cueva del tabaco, el archivo de la nación lo que le costó la vida a varios de los custodios, el que permaneció oculto hasta el año de 1867.

El 28 de agosto de 1864 Benito Juárez dicta el histórico acuerdo mediante el que se les dota en propiedad a los matamorenses de 352 lotes de 113 hectáreas cada uno para igual número de familias que luchaban con las fuerzas de la República contra el imperio, lo que constituyó el primer reparto agrario en La Laguna, dotándolos igualmente de agua rodada del Aguanaval y posteriormente del río Nazas. En el año de 1866 nuestro personaje participó en la histórica batalla de “Santa Isabel” junto a don Andrés Viesca, en la que se distinguió por su valor y decisión al grado de llamar la atención de sus superiores y después ya en el año de 1867 al triunfo de la república, regresa a Viesca en donde residía, en donde es atacado en su casa y juntamente con su esposa repele la agresión.

En el año de 1876 de paso a su hogar acampó en un lugar al que uno de sus biógrafos lo nombra como: “rancho del Torreón” para continuar hasta el llamado “paso del huacal”, cerca a la hacienda de “la concha” lugar en el que pernoctó. El jefe político de Viesca, Doroteo Rosales al enterarse de la presencia del gran republicano, ordena atacarlo y después de haberse batido valientemente cae víctima de las balas enemigas, siendo su cadáver objeto de inhumanos ultrajes y al fin fue sepultado en el panteón de Mayrán.