/ viernes 4 de septiembre de 2020

Informe en 2 minutos

Queridos lectores, todos quienes nos dedicamos al servicio público tenemos la obligación innegable de rendir cuentas. Sea a través de transparencia, de solicitudes de información, de requerimientos de autoridad, o de cuantas maneras contempla la ley, nadie debiera escaparse de la obligación constitucional de informar a la ciudadanía.

En ese sentido, habría que tener presente que es la “información”, definida por la Real Academia Española como la “comunicación o adquisición de conocimientos que permiten ampliar o precisar los que se poseen sobre una materia determinada”. En ese sentido, informar no es solamente hablar o entregar datos, sino ampliar o precisar los conocimientos que se poseen al respecto.

Estimados amigos, de la simple interpretación literal de la palabra, podemos concluir que las conferencias mañaneras del Presidente no son espacios informativos. En efecto, el Presidente se apersona y hace referencia a los temas de actualidad, pero la gran mayoría de las veces sus opiniones son eso, opiniones subjetivas fundadas en datos ocultos, adicionadas de descalificaciones a la oposición o felicitaciones a su propio desempeño.

Solo como referente, dos ejemplos recientes:

· Constantemente, el Presidente ha dicho que su gobierno es “el mejor gobierno en el peor momento”. ¿Mejor comparado con cuál? ¿Se refiere a nivel nacional o internacional? ¿Es la pandemia de Covid el peor momento de la historia mundial? ¿Utiliza algún estudio basado en datos científicos para afirmar esto, algún sondeo estricto, o de donde se toma este dato?

· El 12 de agosto, el Presidente dijo, literal, “no crean que yo vengo aquí con ideas bien analizadas, vengo a hablar de lo que siento”. Ah caray. ¿Entonces es un espacio informativo, o es un espacio motivacional o de autoayuda? Si no viene con ideas “bien analizadas”, entonces, ¿viene con ideas mal analizadas? ¿viene sin idea?

Más allá de lo lamentable de sus espacios diarios, esta semana el Presidente rindió su Segundo Informe de Gobierno, que quizá a mucha gente le haya pasado de noche porque, en plena pandemia, el Informe es como “juicio de experto”, en Palacio Nacional, ante un público reducido, esgrimiendo lo que siente, y no ideas analizadas o escenarios que correspondan a la realidad.

Y precisamente por eso el Informe tuvo muy poco impacto, porque si se le compara con una conferencia mañanera, solo se pueden apreciar dos diferencias notables: El Título, y que en este caso no se permitieron preguntas de los periodistas o de la audiencia presente. Si a eso consideramos que el Presidente realmente no comparte información, sino emociones, y que aún ante los cuestionamientos de los medios, responde virtualmente cualquier cosa, pues podemos concluir que las diferencias son esencialmente de forma, pero no de fondo.

La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, quien ha sido reconocida por su excelente manejo del Covid-19, presentó su informe de gobierno en tan solo dos minutos. El Presidente López Obrador, cuyo gobierno ha superado el escenario catastrófico de la pandemia que ellos mismos plantearon, en un discurso de 47 minutos quizá nos otorgo dos minutos de información pertinente. Vaya diferencias.

Queridos lectores, todos quienes nos dedicamos al servicio público tenemos la obligación innegable de rendir cuentas. Sea a través de transparencia, de solicitudes de información, de requerimientos de autoridad, o de cuantas maneras contempla la ley, nadie debiera escaparse de la obligación constitucional de informar a la ciudadanía.

En ese sentido, habría que tener presente que es la “información”, definida por la Real Academia Española como la “comunicación o adquisición de conocimientos que permiten ampliar o precisar los que se poseen sobre una materia determinada”. En ese sentido, informar no es solamente hablar o entregar datos, sino ampliar o precisar los conocimientos que se poseen al respecto.

Estimados amigos, de la simple interpretación literal de la palabra, podemos concluir que las conferencias mañaneras del Presidente no son espacios informativos. En efecto, el Presidente se apersona y hace referencia a los temas de actualidad, pero la gran mayoría de las veces sus opiniones son eso, opiniones subjetivas fundadas en datos ocultos, adicionadas de descalificaciones a la oposición o felicitaciones a su propio desempeño.

Solo como referente, dos ejemplos recientes:

· Constantemente, el Presidente ha dicho que su gobierno es “el mejor gobierno en el peor momento”. ¿Mejor comparado con cuál? ¿Se refiere a nivel nacional o internacional? ¿Es la pandemia de Covid el peor momento de la historia mundial? ¿Utiliza algún estudio basado en datos científicos para afirmar esto, algún sondeo estricto, o de donde se toma este dato?

· El 12 de agosto, el Presidente dijo, literal, “no crean que yo vengo aquí con ideas bien analizadas, vengo a hablar de lo que siento”. Ah caray. ¿Entonces es un espacio informativo, o es un espacio motivacional o de autoayuda? Si no viene con ideas “bien analizadas”, entonces, ¿viene con ideas mal analizadas? ¿viene sin idea?

Más allá de lo lamentable de sus espacios diarios, esta semana el Presidente rindió su Segundo Informe de Gobierno, que quizá a mucha gente le haya pasado de noche porque, en plena pandemia, el Informe es como “juicio de experto”, en Palacio Nacional, ante un público reducido, esgrimiendo lo que siente, y no ideas analizadas o escenarios que correspondan a la realidad.

Y precisamente por eso el Informe tuvo muy poco impacto, porque si se le compara con una conferencia mañanera, solo se pueden apreciar dos diferencias notables: El Título, y que en este caso no se permitieron preguntas de los periodistas o de la audiencia presente. Si a eso consideramos que el Presidente realmente no comparte información, sino emociones, y que aún ante los cuestionamientos de los medios, responde virtualmente cualquier cosa, pues podemos concluir que las diferencias son esencialmente de forma, pero no de fondo.

La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, quien ha sido reconocida por su excelente manejo del Covid-19, presentó su informe de gobierno en tan solo dos minutos. El Presidente López Obrador, cuyo gobierno ha superado el escenario catastrófico de la pandemia que ellos mismos plantearon, en un discurso de 47 minutos quizá nos otorgo dos minutos de información pertinente. Vaya diferencias.